BRASILIA.—El tiempo que resta hasta que finalice el mandato de Dilma Rousseff en el 2018 es suficiente para cambiar la historia de Brasil, afirmó este viernes el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva.
Aclamado por decenas de miles de manifestantes que colmaron la Avenida Paulista en una manifestación en defensa de la democracia y contra el juicio político de la dignataria, Lula instó a sus compatriotas a aprender a convivir en la diversidad, informó Prensa Latina.
Tenemos que convencer a quienes no gustan de nosotros de que la democracia es acatar el voto de la mayoría, señaló el fundador del Partido de los Trabajadores en medio de incesantes gritos de “No habrá golpe”.
Recordó que él había perdido las elecciones en 1989, 1994 y 1998 y en ninguno de los casos llamó a sus partidarios a salir a las calles para protestar contra quien resultó vencedor en las urnas.
Lula, reseñó la Agencia Brasil, defendió la existencia de un país sin odio, pero también criticó a quienes participan en manifestaciones a favor de un juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff.
Insistió además en que el camino democrático es el único que hace posible hacer un gobierno con la participación del pueblo.
Ellos tienen que saber que quienes están hoy aquí vestidos de rojo son parte de aquellos que producen el pan de cada día del pueblo brasileño, remarcó.
La multitudinaria concentración de ayer en Sao Paulo, donde según estimados de la Secretaría de Seguridad Pública se congregaron más de 80 000 personas, fue una de las realizadas en todas las entidades federativas en respuesta a la convocatoria del Frente Brasil Popular, que reúne a más de 80 organizaciones.
En Río de Janeiro la Prefectura estimó en más de 75 000 los manifestantes, mientras en Salvador de Bahía, Recife y Fortaleza se reportó la asistencia también de decenas de miles de ciudadanos.
Entre los participantes en la marcha en Sao Paulo estuvo también el presidente nacional de la Central Unica de Trabajadores (CUT), Vagner Freitas, quien declaró al diario Brasil de Fato que este era un acto de todos los brasileños y no de un sector o una clase social.