
CAMAGüEY.—¡Qué cosas tiene la vida! Apenas seis meses faltaban para llegar al siglo de pródigo vivir y se nos fue la cubanísima cantante, la negra linda de elegantes turbantes, la amiga de criollo carisma siempre presente en tertulias y descargas, allí donde se defendiera lo mejor de la cultura nacional.
Murió Candita Batista a los 99 años de edad sin dejar nunca de cantar, su mayor pasión, y de tirar uno que otro “pasillito”, en cómplice comunión con un público que la idolatró, lo mismo en los más afamados escenarios que en la intimidad de su casa de la calle Cristo, en pleno corazón de su entrañable Camagüey.
Su fallecimiento, al decir de Sergio Morales Vega, presidente de la filial camagüeyana de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, no cierra el ciclo de su existencia: su voz seguirá siendo una eterna caricia, un canto permanente a la vida, una convocatoria al optimismo, a la alegría y al patriotismo.
“Todos los públicos me han querido y yo también los he adorado”, aseguraba Candita en sus encuentros con la prensa, al reseñar los triunfos en Cuba y en casi una veintena de países de América, Europa y África, a donde llevó su timbre de voz peculiar y la alegría contagiosa de los más auténticos ritmos afrocubanos.
Fueron los españoles, confesó un día, los que la bautizaron como la Vedette Negra de Cuba, calificativo con el que, quizá, pretendieron sintetizar su versatilidad artística, capaz de hacer suyas, a base de talento, composiciones como Angelitos Negros, del poeta venezolano Andrés Eloy Blanco.
Con genuino orgullo evocaba los rechazos que sufrió antaño por el color de su piel. Nada, sin embargo, pudo impedir que se abriera camino en el arte y compartiera escenario con grandes de la música, como Ernesto Lecuona, Bola de Nieve, Rosita Fornés, Lola Flores, Charles Aznavour, Josephine Baker y Nat King Cole.
A tales cumbres llegó quien naciera el 3 de octubre de 1916, en áreas cañeras del antiguo central Senado, en Camagüey, cuyos vecinos más allegados constituyeron el público que primero la aclamó y la animó a seguir cuando a los 13 años los deleitaba con sus canciones desde la altura de un improvisado cajón de madera.
Excelente elección, premiada a la postre con una trayectoria artística como cantante y vocalista seguida por varias generaciones que la vieron triunfar y la acompañaron luego en el sosiego de espacios ya para entonces familiares, como la Casa de la Trova Patricio Ballagas o el patio de la Uneac.
“Pero a los 99 años, ¿todavía canta y baila?”, le preguntó en su momento una periodista amiga, a lo que Candita respondió con la sonrisa de siempre:
“Claro que sí. No como antes, pero siempre tengo la disposición de hacerlo: el ritmo no se pierde, Cuba no se pierde…”.
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CANDIDA BATISTA, “LA REINA DE LOS TAMBORES BATÁ”.
Nació en Camagüey el 3 de octubre de 1916, de desbordante alegría y energía formidable, inició su vida artística en 1932 y cinco años después se instaló en la capital cubana, donde integró varias agrupaciones vocales.
Candita fue una mujer con más de siete décadas de vida artística y en su repertorio figuran los más diversos géneros de la música popular cubana, como el son, la guaracha, el feeling, la rumba y el guaguancó. No obstante, fue lo “afro” lo que marcó su estilo.
Batista desarrolló una carrera artística de más de siete décadas, durante las cuales llevó la música cubana a unos 20 países de América Latina, Europa y África, entre ellos México, Panamá, Colombia, España, Francia, Alemania, Italia, Egipto y Marruecos.
El diario Juventud Rebelde destacó que el excelente talento de Batista, quien llevaba varios días hospitalizada en Camagüey, “la llevó a compartir escenario con figuras de la talla de (…) Lola Flores, Charles Aznavour, Josephine Baker, y Nat King Cole”, entre otros.
Batista con su voz de contralto se mantuvo activa como cantante profesional hasta los 94 años.
Durante más de siete décadas interpretó “los más diversos géneros de la música popular cubana”, aunque fueron los ritmos de origen africano, como “la rumba y el guaguancó, los que marcaron su estilo”, destaca Cubadebate.
Entre los reconocimientos que recibió por su relevante trayectoria artística figuran el título de Hija Ilustre de la Provincia de Camagüey, la Medalla Alejo Carpentier y la Distinción por la Cultura Nacional.
Candita Batista, la “vedette negra” de Cuba, falleció el viernes a los 99 años en su natal ciudad de Camagüey, al este de La Habana.
Los restos de la cantante fueron sepultados este sábado en Camagüey, a 530 km al este de La Habana.
Agencies/EcuRed/InternetPhotos/TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.
Arnoldo Varona, Editor.