El Kremlin se ha acogido a la teoría de la conspiración contra Rusia para reaccionar ante las acusaciones contra el entorno de Vladímir Putin en el marco del escándalo de una élite mundial pringada en paraísos fiscales. “Putinofobia” ha sido la etiqueta con la que ha Dmitri Peskov, el secretario de Prensa del presidente, ha calificado las informaciones que atribuyen a los amigos del jefe del Estado la evasión de miles de millones de dólares, utilizando como principal tapadera al violonchelista Serguéi Rolduguin, padrino de una de las hijas del jefe del Estado. Para Peskov, se trata de una acción intencionada en la que estarían involucrados los servicios secretos norteamericanos.
El Kremlin suele mostrar indiferencia o desdén ante acusaciones de corruptelas o irregularidades que afectan a altos funcionarios del Estado, producto de investigaciones realizadas en Rusia y especialmente por el político Alexéi Navalni. Sin respuesta se acumulan hoy escandalosas historias de lujosas viviendas de coste muy superior a las posibilidades de sus titulares, miembros del Gobierno. Sin respuesta quedan los oscuros relatos de lucrativos negocios de los parientes de altos cargos públicos e historias de relaciones privilegiadas entre la política y los negocios. Es más, las denuncias no solo no provocan investigaciones, sino que en ocasiones se traducen en la desaparición de los datos que las sustentaban en los registros públicos.
En el caso de las denuncias formuladas por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), la reacción oficial se centra en considerar las acusaciones como elementos de una campaña internacional contra el jefe del Estado, que no es nombrado directamente en los documentos de la compañía panameña Mossack Fonseca.
“Aunque no figura en ninguna parte, para nosotros es evidente que el principal fin de esas filtraciones era y es nuestro presidente, especialmente en vista de las inminentes elecciones parlamentarias y las elecciones presidenciales dentro de dos años”, manifestó Peskov. Semanas antes de que se difundiera la investigación, Peskov, basándose en las preguntas que le formulaban representantes de los medios implicados en la investigación, ya había advertido que se estaba preparando una acción contra Putin. “Yo entiendo que allí [en la publicación] se nombran y figuran otros apellidos, otros jefes de Estado y de gobierno y diferentes deportistas, pero resulta evidente que el principal objetivo está dirigido contra nuestro país y contra el presidente Putin personalmente”, afirmó.
“Es evidente que el nivel de putinofobia ha llegado a tal punto que a priori resulta imposible hablar bien de Rusia, de los éxitos y las actividades de Rusia y que es necesario hablar mal y mucho”, afirmó el secretario de Prensa, según el cual el “ataque informativo” ha sido causado por la necesidad de “atajar” los éxitos rusos en Siria, según la agencia TASS. Peskov lamentó que los medios no hayan prestado suficiente atención al apoyo ruso en la situación en torno a Palmira, precisó la agencia Interfax.
Preguntado sobre el cellista Rolduguin, Peskov manifestó que tanto este como otras muchas personas de diferentes campos de actividad continúan siendo amigos de Putin”. “Putin tiene muchos amigos en Rusia y en el extranjero”, subrayó el funcionario, quien figura también en los documentos de la ICIJ, en relación con una empresa registrada en las islas Vírgenes en 2014, cuyo beneficiario es la patinadora Tatiana Navka. Peskov se casó con Navka en 2015 y ha dicho que “mi esposa nunca tuvo una compañía en un paraíso fiscal”.
Según la investigación, por las cuentas de una empresa fundada por Rolduguin en 2011, han pasado cerca de 2.000 millones de dólares. “Los bancos estatales no dan créditos de centenares de millones de dólares a los violonchelistas”, manifestó Navalni, que se pronunció por un proceso de “impeachment” contra Putin y lo acusó de “guardar el dinero particular robado en el lugar más inesperado y con el personaje más inesperado”. Todos los implicados, los directivos del VTB (segundo banco del país) y el Sberbank y de la petrolera Rosneft deberían comparecer ante los tribunales y ser incluidos en todas las listas de sanciones, opinó Navalni. Según el político, esos esquemas ficticios por los que los empresarios rusos transferían enormes cantidades a Rolduguin, de acuerdo con la investigación del ICIJ, recuerdan al modo de financiación del castillo que Nikolái Shamálov construyó para Vladímir Putin en Gelendzhik, en la costa del mar Negro. Nikolái Shamálov, un amigo del presidente, es el padre de Kiril Shamálov, considerado el esposo de Yekaterina Tíjonova, que es una de las dos hijas del presidente.
Navalni llama la atención sobre el hecho de que los parientes de los patriotas más acérrimos guardan su dinero en paraísos fiscales y que el de Panamá es solo un paraíso fiscal entre muchos y ni siquiera el más importante. Entre los implicados están el sobrino de Nikolái Pátrushev, el secretario del Consejo de Seguridad, y parientes de dirigentes de corporaciones del Estado, viceministros del Interior y hasta el hijo del ministro de Desarrollo Económico, Serguéi Ulukáiev.
Las empresas de Arkadi Rotemberg dieron créditos a empresas registradas en paraísos fiscales vinculadas con Serguéi Rolduguin en condiciones comerciales, según manifestó un representante oficial del empresario al servicio RBK. Los préstamos se concedieron para un proyecto concreto, cuyos detalles el portavoz se negó a concretar. Según dijo, los créditos debían ser devueltos para 2013. En 2013, según los documentos, tres empresas en paraísos fiscales pertenecientes a Arkadi Rotenberg y a su hijo Igor firmaron un acuerdo para dar un crédito a la compañía de Rolduguin (por 185 millones de dólares a 10 años y al 2%).