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General: Colombia en ruta hacia la paz
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From: Ruben1919  (Original message) Sent: 24/06/2016 02:07
23.6.2016
Comienza el camino hacia la paz definitiva; paz con justicia social, sin la cual la primera es una ilusión. Ojalá que ahora se pueda avanzar a lo largo de esta ruta erizada de peligros y acechanzas de todo tipo. Porque son todavía muchos los que en Colombia, y en Estados Unidos (recordar las 7 bases concedidas por Uribe a las tropas del Pentágono) no quieren la paz, para quienes la guerra es un redituable negocio. Confío en que el pueblo colombiano logrará prevalecer sobre las minorías reaccionarias que viven del conflicto armado.


Y corresponde rendir este pequeño homenaje a dos figuras gigantescas, que fueron las que se empeñaron en la búsqueda de la paz cuando nadie la creía posible: Hugo Chávez y Piedad Córdoba. Esto que hoy se ha logrado se le debe en gran medida a que ellos descubrieron ese camino de la paz, a su incansable labor, contra viento y marea, enfrentando todo tipo de amenazas y presiones. Salud Piedad, un gran abrazo para tí !!!, y un postrero reconocimiento al comandante Hugo Chávez, porque este logro es una conquista histórica de muchos, pero sobre todo de ustedes dos, que creyeron que la paz era posible cuando casi nadie lo creía.


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From: Ruben1919 Sent: 24/06/2016 10:57

EL MUNDO › EL GOBIERNO DE COLOMBIA Y LAS FARC FIRMARON EL PACTO DEL CESE DEL FUEGO BILATERAL Y DEFINITIVO

“Llegó la hora de ser un país en paz”

Juan Manuel Santos y Timochenko cerraron la primera fase del largo proceso de pacificación. “Hemos puesto un punto final al conflicto armado con las FARC”, dijo, eufórico, en La Habana, el presidente de Colombia.

Santos, Castro y Timochenko posan para la foto histórica con el acta del cese del fuego bilateral y definitivo.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el gobierno colombiano firmaron ayer el acuerdo del cese al fuego bilateral y definitivo, que representa un paso decisivo para poner fin a un conflicto interno de más de 50 años.

“Llegó la hora de vivir sin guerras y ser un país en paz. Hoy es un día histórico para nuestro país. Después de 50 años de enfrentamiento hemos puesto un punto final al conflicto armado con las FARC. Lograr este acuerdo nos llena de fe y esperanza”, afirmó el presidente colombiano, Juan Manuel Santos. “El acuerdo alcanzado significa el fin de las FARC como grupo armado”, aseguró con euforia Santos, quien invitó a la guerrilla a dirimir la diferencia por los cauces democráticos a partir de ahora. El garante de Cuba, Rodolfo Benítez, leyó el comunicado conjunto número 76 con los puntos en los que se llegó a un acuerdo: cese del fuego y dejación de armas, garantías de seguridad y lucha contra las organizaciones criminales incluyendo las denominadas sucesoras del paramilitarismo y sus redes de apoyo, y sobre la refrendación. El acuerdo del cese del fuego no es el último paso del proceso paz colombiano, pero sí el más importante, porque las partes se comprometen a cesar las operaciones militares ofensivas y dar por terminada la confrontación y uso de las armas en la política.

El mandatario colombiano aprovechó su intervención para recordar que los niños y jóvenes de Colombia no han conocido un solo día sin conflicto armado. Además, señaló que los colombianos veían a diario noticias con imágenes de dolor y sufrimiento y se acostumbraron al horror de la guerra, pero con la firma de este acuerdo darán vuelta esta trágica página de la historia.

El jefe máximo de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri, alias Timochenko, dijo ayer que las Fuerzas Armadas colombianas y las de esa guerrilla serían aliadas al servicio de la paz. “Fuimos adversarios, en adelante tendremos que ser fuerzas aliadas por el bien de Colombia”, manifestó Timochenko en un discurso ante diferentes mandatarios en La Habana. “Colombia necesita que se produzca efectivamente una definitiva reconciliación. Basta ya de la violencia y de los delirios por ella”, expresó Timochenko y agregó: “Las FARC completamos el pasado 27 de mayo 52 años de resistencia guerrillera y hoy vemos el sueño de la paz mucho más cerca que nunca. Aun en los momentos más difíciles siempre creímos que la paz era posible”.

El acuerdo fue refrendado por Humberto de la Calle, jefe negociador gubernamental, y por el jefe guerrillero Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez, en presencia del presidente Santos y el jefe de las FARC Timochenko. También estuvieron presentes el presidente de Cuba, Raúl Castro, y representantes de los países garantes, como el canciller de Noruega, Borge Brende. Como países acompañantes estuvieron la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y el jefe de Estado venezolano, Nicolás Maduro; el presidente de República Dominicana, Danilo Medina; el presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, y el de México, Enrique Peña Nieto. El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, diplomáticos de Estados Unidos y de la Unión Europea también presenciaron el evento.

El documento establece que una vez que entre en vigencia el acuerdo, a partir del primer día la Fuerza Pública reorganizará sus esquemas para que las FARC puedan retornar y reorganizarse en 23 zonas. A partir del día cinco se desplazarán a esas zonas siguiendo las rutas establecidas en el acuerdo. Serán 23 zonas veredales transitorias de normalización, que tienen como objetivo la dejación de armas y la reincorporación de la vida civil de los guerrilleros. Serán ocho campamentos, indicó el garante de Cuba. Así mismo, las FARC designarán a 60 integrantes –hombres y mujeres– que podrán moverse por diferentes zonas del país para dar cumplimiento a lo acordado. También designarán 10 personas que podrán moverse a nivel municipal en cumplimiento de tareas relacionadas con el acuerdo de paz. Se garantizará a todos los rebeldes medidas de seguridad. “Alrededor de cada zona habrá una zona de seguridad donde sólo habrá equipo de monitoreo. Será de un kilómetro a la redonda”, leyó Benítez.

Las delegaciones, en el acuerdo, pidieron al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, agilizar la misión técnica que se encargará de verificar la dejación de armas. La ONU recibirá la totalidad de las armas de las FARC tras su dejación acordada con el gobierno colombiano, para su destrucción y la construcción de tres monumentos con lo que quede de ellas. Sobre la dejación de armas, el acuerdo fija que existirá sólo un punto de almacenamiento, donde estarán los contenedores en los que estarán las armas. Siempre resguardadas por el mecanismo de monitoreo de la ONU. Al firmar el cese del fuego, ambas partes se comprometen a contribuir al surgimiento de una nueva cultura que proscriba la utilización de las armas en el ejercicio de la política. Además, asumen trabajar en pos de un consenso nacional para que todos los sectores apuesten por un ejercicio de la política en el que primen los valores de la democracia y el debate civilizado y no haya espacio para la intolerancia y la persecución por razones políticas. Se establecerá una hoja de ruta para que a más tardar 180 días después de la firma del acuerdo final se haya terminado el proceso de dejación de las armas.

El objetivo del presente acuerdo es la terminación definitiva de las acciones ofensivas entre la fuerza pública y el grupo insurgente. Se crearán las condiciones para la implementación del acuerdo final y preparar la institucionalidad y al país para la reincorporación a la vida civil de las FARC. Aunque las partes no anunciaron cuándo se llegará al acuerdo final, Santos afirmó que se firmará el Colombia. “El acuerdo final lo firmaremos en Colombia y hoy quiero agradecerle finalmente a Cuba, al presidente Raúl Castro, nuestro generoso anfitrión’’, dijo el mandatario, que el lunes estimó que el diálogo de paz podría concluir el 20 de julio, fiesta nacional de Colombia. Sin embargo, Timochenko se había mostrado menos entusiasta que Santos, al advertir que la paz sólo sería posible si los negociadores del gobierno aprovechan los últimos minutos para conseguir lo que no han podido en cuatro años de debate.

La paz con las FARC no significa empero terminar el conflicto armado en Colombia, donde aún resta alcanzar un acuerdo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista), segunda guerrilla activa, y terminar con las bandas criminales remanentes de grupos paramilitares desmovilizados hace una década.


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From: Ruben1919 Sent: 24/06/2016 10:59

EL MUNDO › COMO VIVIERON LOS COLOMBIANOS LAS NOTICIAS DESDE LA HABANA

Anochecer de un día agitado

Colombia salió a la calle para festejar la paz. Con manifestaciones y marchas en todo el país, la emoción desbordó a un pueblo atravesado por un conflicto del que todos se sienten víctimas. “Cuando cesa la guerra, crece la vida”.

Desde Medellín

En la Plaza Botero, de Medellín, pintaron lápidas para la guerra que duró más de 50 años.

Se camina con la certeza de que, ante los ojos, aparecerá esa imagen anhelada desde que se conocen las entrañas de la guerra: la gente se abraza, ondean banderas blancas, se escucha música colombiana y todos bailan celebrando que Colombia conocerá la paz. Al doblar la esquina, cientos de personas rodean flores y tambores en medio del piso, entre las esculturas de Fernando Botero que, en silencio, parecen otros espectadores de esta escena increíble: ahora sí, el último día de la guerra en Colombia. Horas antes, en La Habana, el presidente Juan Manuel Santos y el comandante de las FARC Timoleón Jiménez se dieron la mano tras anunciar que esa guerrilla depone las armas. “¡Silencio a los fusiles! ¡Que en paz descanse la guerra! ¡Sí se pudo!”, dice una mujer al micrófono invitando a los transeúntes a congregarse en esta fiesta por la paz.

“Hemos nacido, hemos crecido y hemos resistido pacíficamente todos estos años de guerra. Sigamos unidos. Sabemos que lo viene será difícil, pero también sabemos que juntos y juntas lo lograremos”, repite la vocera de la Ruta Pacífica de las Mujeres que convocó a este Plantón por la Paz en la capital de Antioquia. También están aquí las madres de los secuestrados, las viudas que buscan a sus maridos desaparecidos en La Escombrera, los hombres valientes con quienes año tras año se juntaron mercados y fuerzas del gobierno para los familiares de los niños que nos asesinan en las lomas de esta comuna, para los desplazados que no aguantan las confrontaciones en las montañas repletas de coca, para los huérfanos que no encuentran trabajo y empuñan un arma para aferrarse a sus sueños. Gerardo, con aproximadamente sesenta años, es uno de ellos. Hay un abrazo eterno con un compañero y las lágrimas corren. Tantos inocentes enterrados y ahora, como nunca antes, se festeja la vida, la esperanza de un futuro en paz. “Nací para vivir este día, lo pude conocer, estamos vivos, lo estamos viviendo, es real”, susurra. Flota la promesa intrínseca de seguir juntos para lo que sigue: enfrentar los días duros en que la oposición y las fuerzas oscuras seguirán amenazando a quienes defienden este Proceso de Paz. “No importa, ha sido ha sido siempre, aquí estaremos, daremos la vida, hemos dado la vida ya, esos que no tienen más qué decir sino un disparo frente a la paz, esos no se acaban, pero nosotros tampoco, y seguro seremos más y más”, dice María Elena Toro, de Madres de la Candelaria, con las canas que ha ganado buscando por años a sus tres familiares desaparecidos.

“Ahora la misión es aprender a amarnos”, comenta Jeison Henao, habitante de un barrio popular llamado Moravia, quien, junto a unas quinientas personas, aplaude al ritmo de los tambores el grito que no cesa: “Sí se pudo. Sí se pudo”. “La felicidad es por los que vienen. Cuando cesa la guerra, crece la vida”, agrega el muchacho, que acaba de ser padre y ve en el anuncio de hoy no sólo la esperanza de vivir en un país diferente, sino de dejarle un pueblo en paz a su pequeña hija. Liseth y Anderson, niños de la Comuna 13 –un convulsionado barrio donde la presencia de la guerrilla y Fuerza Pública aliada con los paramilitares aporreó sus vidas–, le sacan fotografías a Jeison. “¡Estamos reportando el fin de la guerra! ¡Es real!”, se dicen, tocándose los hombros, las manos, y repiten: “¡Es real!”.

A un costado Yerson González sonríe a los chicos de la 13. “Parceritos”, se gritan los defensores de derechos humanos, los antimilitaristas, las mujeres, los investigadores sociales, los artistas, todos reunidos para aplaudir en este día histórico. “Transitemos al fin de la guerra. Es un momento de caminar al horizonte sin fusiles y con la palabra”, dice Yerson, quien por años ha hecho teatro para construir paz en las lomas de las zonas excluidas de esta ciudad donde, si bien las FARC se terminaron en los años noventa, se vive el rigor del conflicto por cuenta del narcotráfico y el paramilitarismo, así como por el desarraigo que expulsa a millones de campesinos a esta urbe.

“Muchas veces la garganta está atorada por el dolor, hoy está atorada por la alegría y en nombre de los que ya no están con nosotros es necesario trabajar por la paz”, comenta entusiasta Luz Amparo Sánchez, investigadora social y defensora de derechos humanos, junto a un grupo de “evangelizadores” de la paz que realizan pedagogía de los Diálogos de La Habana por municipios en Antioquia desde hace un año. El festejo conmueve. Muchos lloran y siguen abrazándose. Jairo Calle, reportero de radio por años, grita emocionado por dar las buenas noticias: “Me tocó esto. Nos tocó, hermana. ¡Nos tocó!”. El sol empieza a esconderse y, después de dos horas, los tambores siguen sonando. Entonan las melodías colombianas: cumbia, palmas, sonrisas, globos de colores, telas blancas que se ondean en el cielo azul claro, igual al sueño de todos los colombianos que, hastiados de medio siglo de violencias, cargan la esperanza de esa otra Colombia que hoy comienza a construirse



 
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