Un grupo de chavistas durante la irrupción en el Parlamento.
AFP
Venezuela: aquí nadie se rinde
El Parlamento denunciará a magistrados del Supremo y a las rectoras del Consejo Electoral ante la Corte Penal Internacional.
23/10/2016 21:19
Grupos chavistas asaltaron este domingo de forma violenta el Parlamento venezolano pocos minutos después de que los diputados opositores anunciaran el inicio de juicio político contra Nicolás Maduro por "romper el hilo constitucional y la existencia de un golpe de estado". Varias decenas de radicales violentos irrumpieron en medio del debate al grito de "¡Uh, ah, Chávez no se va!" y obligaron a suspender el pleno más esperado de la legislatura.
Sólo la aparición del alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, consiguió convencer a sus seguidores de que volvieran a sus habituales "trincheras", a pocos metros del Palacio Legislativo. La oposición acusa al propio Rodríguez, encargado por Maduro de evitar el revocatorio, de pagar a colectivos revolucionarios para que mantengan el hostigamiento constante contra diputados y periodistas desde la toma de posesión de la nueva Cámara en enero pasado.
Un hito histórico tras otro fue superado en un pleno especial preñado de tensión. El segundo asalto de su vida parlamentaria (el primero se produjo en 1848) fue la guinda de un pastel 'made in' Venezuela, un error monumental que no estaba previsto en el guión del chavismo. La situación se les escapó de las manos, como demostró la actitud de Rodríguez, abroncándoles para que se fueran de allí.
El asalto violento, que se realizó ante la tradicional connivencia de la Guardia Nacional, encargada de la custodia del edificio, amplificó y multiplicó las decisiones tomadas en el Hemiciclo, también inéditas. El Parlamento, al que el chavismo considera en desacato, denunciará también a magistrados del Tribunal Supremo (TSJ) y a las cuatro rectoras revolucionarias del Consejo Nacional Electoral (CNE) ante la Corte Penal Internacional. La mayoría opositora pretende nombrar en los próximos días a los nuevos miembros del poder electoral y del más alto tribunal.
Además, una comisión, encabezada por su presidente, el socialdemócrata Henry Ramos Allup, viajará a la sede de la OEA para reclamar la aprobación de la Carta Democrática contra el gobierno, una acción para la que cuenta con el respaldo deLuis Almagro, secretario general de la organización.
La oposición también pretende estudiar los viajes que Maduro realiza al exterior sin pedir permiso al Parlamento, lo que considera como "abandono del cargo presidencial". La acción más controvertida, sin embargo, tiene que ver con la creación de una comisión que investigará la "doble nacionalidad" del presidente. "Tenemos las pruebas fehacientes de que la madre de Nicolás Maduro es de nacionalidad colombiana, por lo que el presidente habría mentido en un documento público", aseguró la diputada Dennis Fernández.
No sólo un paso, sino varios hacia adelante, ha dado la oposición venezolana trasparalizar el chavismo la recogida del 20% de firmas del censo nacional, el último paso antes de convocar el referéndum para revocar al "hijo de Chávez". "Ustedes eligieron el golpe, nosotros elegimos la democracia", disparó Julio Borges, jefe del grupo parlamentario de la Unidad Democrática. "La última encuesta de Datanálisis aseguraba que en torno al 70% de la población estaba dispuesta a firmar contra Maduro.
"Convocamos al pueblo a la defensa activa, constante y valiente de la democracia", exhortó la Cámara en el último punto aprobado ayer. Mañana continuará la agenda de lucha opositora, con la constitución de las comisiones, y el miércoles con la llamada Toma de Venezuela, una jornada de protesta nacional.
La puesta en marcha del juicio político no pasará más allá de una censura política contra Nicolás Maduro, que incluso puede imponer el decreto de estado de excepción para paralizar la comisión que se debe crear. De poder acabar sus gestiones, la comisión parlamentaria remitiría un informe al Consejo Moral Republicano (Defensor del Pueblo, Fiscalía, Contraloría...), controlado por el chavismo, para acabar en el mismo donde terminan todas las iniciativas opositoras: el Tribunal Supremo de Justicia. Hugo Chávez no quiso saber nada de un proceso de "impeachment" parecido al de Estados Unidos y se conformó con esta versión light.
A la misma hora que se celebraba el pleno especial, su principal protagonista desde la distancia, Nicolás Maduro, se reunía con uno de los jeques de Arabia Saudita y también mantenía una videoconferencia, retrasmitida por televisión, con sus vicepresidentes. "El presidente les espera en la Mesa del Diálogo", aseguró Héctor Rodríguez, jefe parlamentario oficialista, que le había comunicado su líder desde tierras de Oriente Medio.