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General: La verdad sobre la fortuna de Fidel Castro
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Respuesta  Mensaje 1 de 7 en el tema 
De: t-maria2  (Mensaje original) Enviado: 28/11/2016 15:40

Menos mal que es Comunista, seguro que en su testamento lo reparte entre sus paisanos

La verdad sobre la fortuna de Fidel Castro

Juan Reinaldo Sánchez, ex guardespaldas del dictador cubano, revela en un libro los manejos secretos y discrecionales de quien dispone de los bienes cubanos a su antojo desde hace más de medio siglo. Extracto de La vida oculta de Fidel Castro

 

CAPITULO 12. La fortuna del monarca

¿Fidel Castro es pudiente? ¿Posee una fortuna oculta? ¿Dispone de una cuenta secreta en un paraíso fiscal? ¿Nada en oro? A menudo me han formulado esas preguntas. En 2006 la revista estadounidense Forbes intentó contestarlas publicando un artículo dedicado a las fortunas de los reyes, reinas y dictadores del planeta. Colocaba la de Fidel entre las diez primeras, al lado de las de Isabel II, el príncipe Alberto de Mónaco y el dictador guineano Teodoro Obiang. Avanzaba la cifra de novecientos millones de dólares a partir de una extrapolación: la revista había atribuido a Fidel Castro una parte de la cifra de negocios de empresas creadas y controladas por el Comandante (Corporación Cimex, el Centro de Convenciones y Medicuba), donde ha colocado a allegados que sujetan por él los cordones de la bolsa. Basándose en testimonios de numerosos altos funcionarios cubanos que desertaron, la revista afirmaba que Fidel malversaba y utilizaba una parte nada desdeñable de la riqueza nacional a su antojo. Lo cual no es falso. Y si bien la metodología de Forbes era aproximativa, la tónica era la adecuada...

La publicación estadounidense logró enfurecer al Comandante, quien pocos días después respondió a tan «infames calumnias». Afirmó que no poseía nada más que sus novecientos pesos de salario mensual, es decir, veinticinco euros. Lo cual resulta de lo más cómico cuando conoces la realidad de su tren de vida cotidiano, y cuando has visto año tras año a los dirigentes de las empresas del Estado seguir las instrucciones y rendir cuentas al Líder Máximo (quien lo decide todo), ya sea directamente o por mediación de sus dos ayudantes, Pepín Naranjo, su edecán, y Chomy, el secretario del Consejo de Estado (es decir, su secretario particular, puesto que Fidel preside la institución).

FIDEL CASTRO REINA COMO MONARCA ABSOLUTO SOBRE SU ISLA DE ONCE MILLONES DE HABITANTES

Nadie podrá jamás evaluar con precisión la fortuna del Comandante. Sin embargo, para acercarnos a la verdad, es preciso comprender antes la realidad cubana, partiendo del hecho de que Fidel Castro reina como monarca absoluto sobre su isla de once millones de habitantes. En Cuba, es la única persona que puede disponer de todo, apropiárselo, venderlo o darlo. Sólo él puede autorizar, de un plumazo, la creación (o el cierre) de una empresa del Estado, en la isla o en el extranjero. Reunidas en conglomerados, todas las sociedades nacionales son administradas como empresas privadas y colocadas bajo el control de tres instituciones principales: el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR, dirigido por su hermano Raúl hasta 2008), el Ministerio del Interior (MININT, estrechamente vigilado por Fidel) o el Consejo de Estado (presidido por él). Es Fidel quien nombra a los responsables y los revoca. De hecho, tal modelo de funcionamiento convierte a Fidel en el súper presidente y director general del «holding Cuba», cuyo organigrama concibió. ¡Cuántas veces lo habré oído, en su despacho, transmitir directrices económicas a Pepín, a Chomy o incluso a Abrantes, el ministro del Interior, relacionadas con la venta de tal activo o la creación de tal empresa fantasma en Panamá (con el fin de burlar el embargo estadounidense)!

Cuba es la «cosa» de Fidel. Es su dueño y señor, a la manera de un terrateniente del siglo xix. Todo sucede como si él hubiera transformado y ampliado la hacienda de su padre para hacer de Cuba una única hacienda de once millones de personas. Dispone de la mano de obra nacional a su capricho. Por ejemplo, cuando la Universidad de Medicina forma médicos, no es para que éstos ejerzan libremente su profesión, sino para que se conviertan en «misioneros» enviados bajo sus órdenes a chabolas de África, Venezuela o Brasil, conforme a la política internacionalista imaginada, decidida e impuesta por el jefe del Estado. Ahora bien, si están de misión en el extranjero, estos buenos samaritanos no perciben más que una parte del salario que debería pagarles el país de acogida, pues la parte más importante revierte al Gobierno cubano, que hace las veces de prestador de servicios. Del mismo modo, los hoteleros extranjeros, franceses, españoles o italianos, que contratan a personal cubano en la isla no retribuyen directamente a sus emplea- dos, como es el caso en cualquier sociedad libre: pagan los salarios al Estado cubano, que factura dicha mano de obra a precio de oro (y en divisas), antes de entregar una ínfima parte a los trabajadores en cuestión (en pesos cubanos, que no valen casi nada). Esta variante moderna de la esclavitud no deja de recordar la relación de dependencia que existía en las plantaciones del siglo XIX respecto del amo todopoderoso. Por lo demás, se halla en absoluta contradicción con los principios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los cuales estipulan textualmente que «todo trabajador tiene derecho a percibir un salario sin la intervención de un intermediario».

PARA LIBRARSE DE TODO CONTROL, FIDEL, QUE ESTÁ POR ENCIMA DE LAS LEYES, CREÓ EN LOS AÑOS 70 LA "RESERVA DEL COMANDANTE"

Para librarse de todo control, Fidel, que está por encima de las leyes, creó hace mucho (en los años sesenta) la famosa «reserva del Comandante». Se trata de una cuenta particular constituida con fondos especiales extraídos de la actividad económica nacional. Destinada al uso exclusivo del Comandante, escapa a toda comprobación. Fidel la utiliza a discreción. Casi sagrada, la reserva del Comandante es intocable. Por supuesto, Fidel explica que las necesidades de la Revolución, es decir, la amenaza de una agresión imperialista, imponen este tipo de gestión poco ortodoxo. En realidad, la reserva sirve tanto para los intereses privados de Fidel Castro como para la acción pública. Es la paga que le permite vivir como un rey sin preocuparse jamás de los gastos. Pero también es la que lo autoriza a mostrarse magnánimo cual gran señor cuando se desplaza por «sus» tierras, a través de «su» isla. En efecto, Fidel puede echar mano en todo momento de su hucha para ordenar construir un dispensario, una escuela, una carretera, o para atribuir vehículos a determinado municipio (porque la reserva comprende también un parque automovilístico) sin pasar por un ministerio o una administración. Basta con que el benefactor se vuelva hacia su edecán y le indique una cantidad para que el proyecto se convierta en realidad..., y para que Fidel pase por ser un hacedor de milagros. Es decir, un populista.

RESULTA INIMAGINABLE QUE NO HAYA TOMADO PRECAUCIONES POR SI ÉL O SU FAMILIA TIENEN QUE HUIR DE CUBA

Sin embargo, su relación con el dinero no es de la misma naturaleza que la de los nuevos ricos, como el italiano Silvio Berlusconi o el expresidente argentino Carlos Menem, tan propensos al lujo, el consumismo y los placeres in- mediatos. Cierto es que el austero Fidel Castro no descuida su propia comodidad. Cierto es que el Líder Máximo posee (en secreto) un yate de casi treinta metros. Pero no experimenta el deseo de sustituirlo por un modelo último grito, más moderno, más vistoso. Para él, la riqueza constituye ante todo un instrumento de poder, de supervivencia política, de protección personal. A este respecto, conociendo su carácter precavido y su mentalidad de viejo campesino español, resulta inimaginable que no haya tomado medidas y protegido sus espaldas (como hacen todos los dictadores), por si él y su familia tuvieran que huir de Cuba e instalarse en el extranjero, por ejemplo en Galicia, la tierra natal de su padre. Por otra parte, un día, Dalia, su mujer, me dijo como de pasada: «No te preocupes, Sánchez, el futuro de la familia está asegurado».

Al ser considerada un instrumento de la Revolución, en la cumbre del poder la reserva no se contempla como un tema tabú. Se habla de ella con normalidad, sin perífrasis, en presencia de Fidel o en boca de éste. No constituye un secreto de Estado. Lo que sí lo es, en cambio, es la cuantía de la reserva. (...) Cuando Cuba dependía de las subvenciones procedentes de la URSS, era frecuente oír a Fidel decir a Chomy, su secretario particular, que extrajera de dichas subvenciones un importe de x millones de dólares (porque la unidad de cuenta de Fidel es el dólar) y los ingresara en la reserva. Del mismo modo, el Líder Máximo podía disponer del petróleo soviético como le viniera en gana: donar una parte a Nicaragua o vender otra en el mercado negro para generar liquidez. Con el oro negro venezolano cedido por Hugo Chávez a precio de amigo estoy seguro de que ese modo de gestión a discreción ha perdurado.

Diversas fuentes alimentan ese fondo especial, empezando por las empresas colocadas bajo la tutela del Consejo de Estado (dirigido por Fidel), como indicaba la revista estadounidense Forbes en 2006. Entre éstas: la Corporación Cimex (bancos, construcción inmobiliaria, alquiler de vehículos, etc.), Cubalese (empresa disuelta en 2009, que proporcionaba a embajadas y empresas extranjeras servicios como el alquiler de mano de obra cubana o alojamientos) o incluso el Palacio de Convenciones, creado en 1979 para acoger la 6.ª cumbre de los No Alineados y dirigido por el fiel Abraham Maciques. Un día en que éste recibió a Fidel ante dicho centro de convenciones, a mediados de los años ochenta, lo vi entregarnos una bolsa de viaje que contenía un millón de dólares en efectivo. Como siempre, fue el edecán Pepín Naranjo el encargado de trasladar y consignar la cantidad en la reserva. Otro día, también a mediados de los años ochenta, fue el ministro del Interior José Abrantes quien entró en el despacho de Fidel con una maleta llena de billetes y pronunció la expresión consagrada: «¡Comandante, esto es para la Revolución!». Fidel se limitó a contestar: «Muy bien» y se volvió hacia Pepín para decirle que lo ingresara en la reserva.

Sé que el director de la Banca Nacional, Héctor Rodríguez Llompart, era el consejero económico de Fidel, pero desconozco los circuitos financieros y si existen cuentas en el extranjero (en mi opinión, tal sería el caso). Una cosa es cierta, no obstante: a Fidel nunca le ha faltado dinero en metálico. Pude constatarlo, por ejemplo, en Harare (Zimbabue), cuando me confiaron una maleta con doscientos cincuenta mil dólares en metálico para preparar la llegada del jefe del Estado cubano.

Entre los episodios más divertidos de que he sido testigo se encuentra éste: en cierta ocasión, oí a Fidel decir a Pepín y a Chomy que parte de los fondos de la reserva servirían para prestar dinero a la Banca Nacional, dirigida por Llompart. Ahora bien, ese par, Llompart y Fidel, habían fijado las tasas de interés en el 10 %. Dicho de otro modo, el Comandante iba a prestar un dinero que no le pertenecía al país que gobernaba, mediante la banca cuyas tasas de interés fijaba él, ¡y a embolsarse de paso el 10 % de los beneficios!

A la hora de alimentar la reserva, Fidel no escatima los medios. A tal efecto, es capaz de comportarse como un jefe de pyme. Así, ha contribuido con su flota de la Caleta del Rosario, su puerto deportivo particular, donde, además de su yate Aquarama II, posee dos barcos de pesca llamados Purrial de Vicana I y II, uno de cuyos capitanes se llama Emilio. Tras sus salidas al mar, sus capturas son enviadas a las unidades de congelación del puerto de La Habana y a la Unidad 160 (la plataforma logística de la escolta de Fidel). Estas capturas no se destinan al consumo de la familia Castro, que no come pescado congelado: se venden en uno de los mercados de alimentación más importantes de La Habana, el Super Mercado, situado en la esquina de la Tercera Avenida y la calle 70 del barrio de Miramar.

Del mismo modo que un grano no hace granero pero ayuda al compañero, una unidad de producción de pavos y una granja de cría de corderos coadyuvan al mismo propósito: aumentar la reserva. A lo que cabe añadir los negocios emprendidos en Luanda durante la guerra de Angola en el kandonga, el famoso mercado negro angoleño, donde los cubanos fueron hiperactivos a lo largo de quince años. Cosa que también permitió incrementar la reserva del Comandante.

En el momento de la aparición del artículo en Forbes, el historiador Eusebio Leal, muy cercano a Fidel, había salido a la palestra para defender la reputación del Comandante.

Como prueba del altruismo del Líder Máximo, reveló que en los años noventa éste le encargó distribuir entre los museos y los centros culturales 11.687 obsequios recibidos por él, entre los que había cuadros, joyas, objetos de marfil y valiosos tapices procedentes de ciento treinta y tres países. Puede que sea cierto. Pero no demuestra nada. Porque en lo que a mí respecta, bien que vi los diamantes de contrabando en el despacho de Fidel. Originarios de Angola, habían sido enviados por Patricio de la Guardia y Arnaldo Ochoa, jefe de la misión del MININT y jefe de la misión militar cubana, respectivamente, en ese país africano sumido en la guerra. Eran diamantes de pequeño tamaño, guardados en una caja de puros Cohiba. Chomy, el secretario, y Pepín, el edecán, se los iban pasando de mano en mano en presencia de Fidel, su médico personal, Eugenio Selman, y yo. Toda vía recuerdo su diálogo.

—Bien, Pepín, ya sabes lo que hay que hacer. Los vendes en el mercado internacional...

—Sí, Comandante —respondió el edecán, convertido de repente en experto en gemología—. Pero ya sabe que el valor de estas piedras no será demasiado elevado, porque son pequeñas... Bien, en todo caso algo han de valer, porque su tamaño será apreciado en joyería.

CONTRARIAMENTE A LO QUE AFIRMA, FIDEL SIEMPRE HA ESTADO AL CORRIENTE DE LAS ACTIVIDADES ILÍCITAS DE PATRICIO DE LA GUARDIA Y ARNALDO OCHOA

En lo tocante a los negocios, Fidel tiene en ocasiones la mentalidad de un pirata del Caribe. Situarse fuera de la ley, navegar en la informalidad, practicar el contrabando no le plantea ningún problema, puesto que las circunstancias lo exigen y su postura de resistencia ante el embargo estadounidense lo autoriza todo. Por otra parte, contrariamente a lo que él afirma, siempre ha estado al corriente de todas las actividades ilícitas (incluido el tráfico de drogas en los años ochenta) concebidas y llevadas a la práctica por Patricio de la Guardia y Arnaldo Ochoa, quienes, en el seno del Departamento MC (Moneda Convertible), se esforzaban por hacer acopio de divisas sin importarles los medios, con el fin de apoyar a la Revolución. Del mismo modo, Fidel estaba al corriente de las actividades paralelas del ministro del Interior José Abrantes, quien ordenaba fabricar falsos tejanos Levi's en talleres clandestinos (donde trabajaban prisioneros cubanos) y traficaba con Chivas Regal adulterado para comercializarlo en el mercado negro de Panamá. Y siempre con la misma finalidad: irrigar la «reserva del Comandante en Jefe».

Todas estas operaciones comerciales las conozco porque Fidel y su entorno hablaron de ello en mi presencia durante diecisiete años seguidos, y porque Pepín y Chomy, con los que yo colaboraba estrechamente a diario, rendían cuentas con regularidad al Comandante en Jefe sobre el particular, sin recelar de mi presencia porque, ciertamente, por entonces yo pertenecía al círculo más íntimo del Jefe.

(.........................)

Como resulta imposible evaluar la fortuna de Fidel Castro, al menos se puede intentar calcular su patrimonio. En un país donde no existe mercado inmobiliario, es difícil tasar la inmensa propiedad de Punto Cero (con su piscina, su parque arbolado y sus invernaderos) o la isla paradisíaca de Cayo Piedra. Estos bienes excepcionales no dejan de poseer un valor intrínseco, que sería fácil comparar con sus equivalentes en el mercado del lujo, muy cotizados en el mar de las Antillas, las Bahamas, Granada o Antigua. Así, la isla privada de Cayo Piedra valdría, como mínimo, entre dos y diez millones de dólares.

Ahora bien, el patrimonio de Fidel no se limita a esas dos residencias principales. A ellas hay que sumar docenas de otras. Para ceñirme a una evaluación rigurosa, objetiva y minimalista, me limitaré a la veintena de casas al servicio exclusivo del Comandante, que conozco por haberlas pisado y visto con mis propios ojos, sin tener en cuenta otras viviendas que podrían pasar por alojamientos oficiales.

Pasaremos revista a esa cartera inmobiliaria, región por región, de oeste a este de la isla. En la provincia de Pinar del Río, en el extremo occidental de Cuba, posee tres bienes: la casa del Americano (con piscina al aire libre), la granja de la Tranquilidad, en el paraje llamado Mil Cumbres (muy poco frecuentada por Fidel; yo sólo fui dos veces), y La Deseada, un pabellón de caza que conocí bien, situado en una zona pantanosa y donde caza patos en invierno.

En La Habana, el Comandante (aparte de la propiedad de Punto Cero), tiene seis eventuales residencias: la casa de Cojímar, que fue su primera vivienda tras el triunfo de la Revolución, en 1959; la de la calle 160, en el distrito de La Pla- ya, bastante lujosa; una tercera reservada a sus citas galantes: la casa de Carbonell, situada en el recinto de la Unidad 160; una adorable casita en Santa María del Mar, estilo años cincuenta, encarada al mar y al lado del hotel Trópico (en el municipio de La Habana del Este), y por último, las dos casas provistas de refugios antiaéreos para la familia Castro en caso de guerra: la casa de Punta Brava (donde Dalia vivió en 1961 antes de convivir con Fidel) y la casa del Gallego, muy cerca de la Unidad 160.

En la provincia de Matanzas, posee dos residencias de verano en los litorales norte y sur: en el norte, una casa situada en el corazón de la estación turística de Varadero, muy apreciada por los hijos que ha tenido con Dalia porque da a la playa; y en el sur, La Caleta del Rosario (en la bahía de Cochinos), donde una marina sirve de puerto de amarre para el yate Aquarama II y el resto de la flotilla privada del Comandante. Más al este, en la provincia de Ciego de Ávila, otra casa da a la arena fina: es la de la Isla de Turiguanó, cerca del centro turístico Cayo Coco, muy apreciado por buceadores de todo el mundo, en la costa septentrional de Cuba.

En la provincia de Camagüey, siempre más al este, se encuentra la pequeña hacienda de San Cayetano, la cual, aunque Fidel no monta a caballo, posee un picadero exterior (conocido como «palestra» en el mundo de la equitación). Otra vivienda, llamada Tabayito, siempre en Camagüey, queda oculta en el interior de un complejo que alberga otras viviendas reservadas a los miembros de la nomenklatura. Por último, conozco otra propiedad llamada Guardalavaca, en la provincia de Holguín, y dos residencias en Santiago de Cuba, la gran ciudad situada en la parte oriental de la isla: una casa en la calle Manduley (con dos pisos y una bolera) y otra, con piscina, en el interior de un complejo perteneciente al Ministerio del Interior.

No estoy seguro de que el presidente de Estados Unidos disponga de un patrimonio inmobiliario tan surtido. No obstante, cualquiera que sea la respuesta a este interrogante, Fidel jura y perjura, y te pide que lo creas, que sólo gana novecientos pesos al mes...

 


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Respuesta  Mensaje 2 de 7 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 28/11/2016 16:02
Ya quisiera esta mentecata chapetona tener siquiera la milésima parte de lo que tenía la familia Castro al momento de triunfar la Revolución ....fortuna que fué la primera en ser expropiada y de ahí la furia de juanita que se daba la gran vida viajando por el mundo mientras los hermanos se jugaban la vida por su Patria....

Respuesta  Mensaje 3 de 7 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 28/11/2016 20:32
La vida de lujo de Fidel Castro
Más de veinte Mansiones, Yates y Criadas
El guardaespaldas personal durante 17 años del líder cubano reveló que
el exdictador «vivía como un capitalista con todos los placeres de un monarca del siglo XVI»
  
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Fidel Castro se prepara para pescar desde las lanchas «Pionera I» y «Pionera II» unidas. Su exescolta va vestido de oscuro
           Redacción ABC.es
Aunque el guardaespaldas personal de Fidel Castro durante 17 años murió en su exilio de Miami hace un año y medio, llevándose consigo secretos de alto voltaje de la vida del dictador cubano, muchos de ellos los reveló en su libro «La vida oculta de Fidel Castro». El que fuera también ex teniente coronel del Ministerio del Interior (Minint), Juan Reinaldo Sánchez, reveló información acerca de la gran riqueza acumulada por el líder comunista, mientras el pueblo cubano vivía gracias a las ayudas de la URSS, primero, y sobrevivía a duras penas después tras la desmembración del bloque comunista y el fin de la Guerra Fría.
 
Sánchez, a quien Castro elegía en 1977 para formar parte del primer anillo de su seguridad, aseguró en su libro que mandatario poseía una paradisíaca isla privada conocida como Cayo Piedra, más de veinte mansiones, una marina con yates, cuentas bancarias cifradas, una mina de oro, criadas, cocineros uniformados y hasta una fábrica de quesos para su uso personal.
 
Este licenciado en Derecho con formación en espionaje y contraespionaje, tirador de élite y cinturón negro de karate y yudo dedicó 26 años de su vida a la seguridad del expresidente de Cuba, 17 de los cuales fue su sombra. «Más que su ingratitud sin límites hacia quienes lo han servido, le reprocho su traición, ha traicionado la esperanza de millones de cubanos», llegó a decir antes de morir.
 
El exguardaespaldas explicó en una entrevista a ABC que «uno de los mayores secretos de la dictadura cubana es la vida privada oculta que Fidel siempre ha mantenido como secreto de Estado, mientras exportaba al mundo la imagen de un sacrificado revolucionario que nunca se tomaba vacaciones, cuando en realidad vivía como un capitalista con todos los placeres de un monarca del siglo XVI y manejaba Cuba como si fuera un señor feudal».
 
«La Deseada»
Contaba Sánchez que en la mayoría de esas más de veinte mansiones repartidas por toda la isla se alojaban Castro y él durante los viajes. Dos de ellas contrastan especialmente con la vida llena de carencias de los cubanos. «La Deseada», un coto de caza situado en la provincia de Pinar del Río donde Castro pasaba los fines de semana en la temporada de lluvias —acompañado de su segunda mujer, Dalia Soto del Valle— y disparaba a los patos que emigran de Florida a la isla.
 
Pero el resto del año, sobre todo en agosto, los Castro preferían cayo Piedra, una pequeña isla cercana a Bahía de Cochinos «con un radio de exclusión marítima de tres millas solo para Fidel». En este paraíso tienen casa propia y de invitados con piscina de agua dulce, delfinario, criadero de tortugas, helipuerto, guarnición permanente, los yates «Aquarama II» y «Pionera I», y un restaurante flotante por el que pasaron el escritor Gabriel García Márquez, el dueño de la CNN Ted Turner, la periodista estadounidense Barbara Walters, el empresario francés Gérard Bourgoin, el expresidente colombiano Alfonso López Michelsen o el dictador de la extinta RDA Erich Honecker. La mayoría de los «privilegiados» eran extranjeros, según los ojos del ex teniente coronel.
 
La fábrica de quesos
Otro de los datos que sorprenden sobre Fidel Castro es la fábrica de quesos, yogures y helados para su propio consumo o de quien él decida que poseía, de nombre Portugalete. Estaba en la localidad de Nazareno, a unos dos o tres kilómetros del llamado punto cero, la casa habanera del dictador en Siboney, según Juan Reinaldo Sánchez.
 
Es una vivienda tipo clase media-alta en Estados Unidos pero a años luz de la del cubano corriente. Allí Castro recibía la visita de amigos como Cristina Fernández de Kirchner en un salón pintado de lila con vidrieras de colores. «Fidel Nunca comía carne roja ni cerdo, y ahora que está enfermo menos. En alguna ocasión tomaba cordero. Pero su menú preferido era a base de pescados, mariscos y pollo», señalaba hace un par de años el exescolta.
 
Un equipo de cocineros uniformados se turnaban para prepararle la comida y varias criadas se ocupan de la casa «dirigidas por su mujer». «Por tener, tenía hasta un doble a quien paseaban en su coche y con su uniforme por las calles de La Habana cuando Fidel fue hospitalizado en 1983 y 1992», apuntaba.
 
Fidel Castro amasó una fortuna de 900 millones de dólares
La revista financiera estadounidense 'Forbes' consideró que el expresidente cubano, Fidel Castro, era el séptimo mandatario más rico del mundo, con una fortuna calculada de 900 millones de dólares.

La lista la forman los 10 gobernantes o soberanos más adinerados del planeta, encabezados por el rey de Arabia Saudí, Abdulá Bin Abdelaziz, al que la publicación le calcula una fortuna de 21.000 millones de dólares.

Forbes en alguna ocasión llegó a decir que en las cuentas de Castro hubo un saldo de $900 millones de dólares, de acuerdo a su valor en 2012, es decir, tenía unos 800 millones de euros y con ese dinero quedó en el séptimo lugar entre los 10 mandatarios más adinerados del mundo.
 
Con tanto dinero, Castro superó a las reinas Isabel de Inglaterra y Beatriz, de Holanda, de acuerdo con el listado de la prestigiosa publicación. De todos modos, el dictador cubano quedó por debajo de la riqueza del rey de Arabia Saudita, Abdullah Bin Abdelaziz, quien se ubicó en el primer lugar de la tabla con $21.000 millones de dólares, seguido por el Sultán de Brunei, Hassanal Bolkiah, con $20.000 millones; la del Presidente de Emiratos Árabes Unidos, Jalifa bin Zayed Al Nahyan con $19.000 millones; el Emir de Dubai, Mohamad bin Rachid con $14.000 millones, la del Príncipe de Liechtenstein, Hans-Adam, con $4.000 millones, y el Príncipe de Mónaco, Alberto II con $1.000 millones de dólares.

Según Forbes, a pesar de eso, lo sorprendente es que Castro tenía más dinero que el presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, quien alcanza los $ 600 millones de dólares; la Reina Isabel II de Inglaterra, con $500 millones de dólares y finalmente la Reina Beatriz de Holanda, con $270 millones.
¿Cómo amasó tanto dinero?

Para los creadores del listado, Fidel Castro logró aumentar su riqueza enormemente en los últimos años, dado que en 2003 tan sólo se le calculaban unos $ 110 millones. Dos años después, llegó a tener U$ 550 millones (una suma cinco veces superior).
 
En 2012 el patrimonio del presidente cubano casi se duplicó hasta llegar a los $900 millones de dólares.
“Suponemos que él tiene el control económico sobre una red de compañías estatales que incluye el Palacio de Convenciones, Cimex, tiendas al por menor y Medicuba, que vende vacunas y otros productos farmacéuticos producidos en Cuba”; pues según expertos, esta sería la única forma en la que el mandatario reúna dicha cifra.

Por supuesto, en aquel año (2012) el gobierno castrista reaccionó enérgicamente contra la publicación de ese informe al afirmar que tomaría acciones legales contra lo que consideró una “infamia”.

El mismo Fidel pronunció una de tantas frases célebres cuando tuvo la oportunidad de referirse a la revista. “Si pueden probar que tengo cuentas bancarias en el extranjero con $900 millones, $1 millón, $500,000, $100,000 o $1, renuncio. Si prueban que tengo un solo dólar, entrego mi puesto”, manifestó y después dijo:

“Es tan ridículo decir que tengo una fortuna de $900 millones ¿Para qué voy a necesitar tanto dinero si pronto cumpliré 80 años?”.
 
Obviamente es imposible saber a ciencia cierta cuánto dinero acumuló el dictador durante las décadas que ha tenido a Cuba sometida. Sin embargo, en los últimos años un grupo de empresarios cubanos y exiliados han denunciado que Fidel controla más de una docena de empresas valoradas de forma conjunta en $500 millones (€440,8 millones).

Se presume que Castro tiene mucho dinero escondido en Suiza. Pero la muerte lo alcanzó sin que pueda llevarse un solo centavo. Por último, los Simpson hicieron su propio cálculo de la riqueza del fallecido dictador y, si les creemos, esta supera por mucho más los $900 millones de dólares que estimó Forbes.
  
Fidel_fortuna.jpg (345×466)
  
FUENTE ABC.es

Respuesta  Mensaje 4 de 7 en el tema 
De: t-maria2 Enviado: 28/11/2016 21:45

La fortuna  que tenían los padres de Fidel Castro, procedía de la explotación que estos hicieron de los cubanos, no olvides que su padre Angel Castro Argiz era emigrante de España concretamente de  Galicia, y su madre hija de descendientes españoles,

El padre, un gallego de orígenes muy modestos, es hoy un personaje de leyenda.La propaganda oficial cubana lo presenta como un benefactor, un pacífico plantador de cedros. En cambio, su nieta renegada, la polémica Alina Fernández, lo ha descrito como un asesino sin escrúpulos. Las versiones más equilibradas lo muestran como un hombre surgido de la nada, con la determinación y fiereza necesarias para construir su particular imperio en una salvaje comarca del oriente cubano, una zona que a principios del siglo XX se asemejaba al Oeste norteamericano, tal y como afirma el analista de la CIA Brian Latell, autor del libro Después de Fidel.


Respuesta  Mensaje 5 de 7 en el tema 
De: talitita Enviado: 28/11/2016 23:23
y cuando salio a la luz las declaraciones ocultas este hombre con alta traicion a la Patria ? seguramente ya en el exhilio, pensando que en un año y medio de vida su libro se venderia como pan caliente

Respuesta  Mensaje 6 de 7 en el tema 
De: talitita Enviado: 28/11/2016 23:24
Hayyy Juanita, no logro herencia

Respuesta  Mensaje 7 de 7 en el tema 
De: Gran Papiyo Enviado: 29/11/2016 00:52
Es lógico que el enemigo intente por todos los medios posibles enlodar la gigante figura de Fidel.
Tantas, tantas, tantas y tantas mentiras ha vomitado el Imperialismo y sus lacayos, que nada nos debe sorprender.
Todos sabemos que es una constante acusar de ladrones y corruptos a todos aquellos que han intentando "repartir la torta" de manera más pareja a lo largo de la Historia.
Pero, lo cierto es que ninguno de nosotros puede afirmar con absoluta certeza si Fidel no se privaba de nada o vivía en la más absoluta austeridad.
Lo que sí podemos afirmar es todo lo bueno que hizo por su pueblo, por su Patria, por Latinoamérica, por Africa y por la Humanidad en su conjunto.
Eso sí está a la vista de todos.
Y el que no lo ve es porque está ciego o porque está del lado de las minorías privilegiadas que no toleran la idea de que todas las naciones merecen ser libres y soberanas, que todas las personas somos iguales y merecemos el mismo trato, las mismas oportunidades y el mismo acceso a una vida digna.
Fidel luchó por ello toda su vida. Permanentemente arriesgó el pellejo por el prójimo y por un mundo mejor, más justo y más humano.
Por eso, la raza de malditos que siempre ha dominado y sometido al planeta, nos bombardeará constantemente con un sinfín de mentiras tratando de desvirtuar la Historia.
Pero la única verdad es la realidad.
Y la realidad, mal que les pese a algunos, está ante nuestros ojos, de una manera clara, reveladora y contundente.
 
SALUDOS REVOLUCIONARIOS 
(Gran Papiyo)          


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