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General: Plan Cóndor al banquillo , Alas para la justicia .-
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 05/03/2013 13:53 |
Plan Cóndor al banquillo: Alas para la justicia |
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Escrito por Moisés Pérez Mok |
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05 de marzo de 2013, 02:19Por Moisés Pérez Mok
Buenos Aires, 5 mar (PL) La apertura hoy aquí del juicio oral y público en la causa conocida como Plan Cóndor marca solo el inicio de algo que en opinión de la periodista e investigadora argentina Stella Calloni "va a ser grande".
Precedido por una larga etapa de investigación y dos procesos (1999 y 2001) relacionados con esta coordinación represiva entre dictaduras suramericanas, el que acontecerá a partir de este martes en el Tribunal Oral en lo Criminal Federal No.1 de esta capital tendrá carácter histórico, vaticinó.
En 1999, rememoró Calloni en diálogo con Prensa Latina, empezó la presentación de los hechos que fundamentaban la existencia del Plan Cóndor, y dos años después las Coordinaciones Represivas del Cono Sur fueron consideradas como una asociación ilícita.
Autora del libro "Operación Cóndor, pacto criminal", el cual forma parte de las pruebas que serán presentadas en el juicio, la especialista en política internacional señaló que por este mismo designio criminal también se abrieron juicios en España e Italia.
Sin embargo, el que se iniciará hoy en los tribunales de esta urbe adquiere especial significación por haber sido Argentina el país donde más ciudadanos extranjeros fueron desaparecidos.
Entre estos figuran dos diplomáticos cubanos, que fueron secuestrados en 1976, recluidos y torturados en "Automotores Orletti", uno de los centros clandestinos de detención que funcionó bajo la órbita del Primer Cuerpo del Ejército durante la última dictadura militar, y luego desaparecidos.
Ese antiguo taller había sido alquilado por agentes de la Secretaría de Inteligencia del Estado (Side) y funcionó como una de las bases principales de las fuerzas de inteligencia extranjeras que operaban en esta nación suramericana, en el marco de la también llamada Operación Cóndor.
En el juicio que empezará este martes serán juzgados 25 imputados por crímenes de lesa humanidad, entre quienes figuran los ex dictadores Jorge Rafael Videla y Reynaldo Benito Bignone y el ex comandante del III Cuerpo del Ejército Luciano Benjamín Menéndez.
El tribunal -dijo la víspera el Centro de Información Judicial- dispuso la unificación de cuatro causas (Plan Cóndor I,II,III y Automores Orletti II), por lo que la duración del debate se prevé sea de dos años como mínimo, pues deberán declarar alrededor de 500 testigos por estos hechos.
En conjunto, los 25 imputados deberán responder por más de 220 casos de presuntas violaciones de los derechos humanos y la comisión de delitos como asociación ilícita y privación ilegítima de la libertad.
Además de Videla, Bignone y Menédez, comparecerán ante el tribunal Santiago Omar Riveros, Eduardo Samuel De Lío, Carlos Humberto Caggiano Tedesco, Ramón Díaz Bessone, Antonio Vañek, Carlos Horacio Tragant, Bernardo Menéndez, Jorge Carlos Olivera Róvere, Eugenio Guañabens Perelló y Carlos Miguel Landoni.
También, Ernesto Alais, Humberto Lobaiza, Felipe Alespeiti, Manuel Juan Cordero, Federico Minicucci, Néstor Falcón, José Julio Mazzeo, Horacio de Verda, Rodolfo Feroglio, Luis Sadi Pepa, Enrique Olea, Mario Gómez Arenas, Juan Avelino Rodríguez y Miguel Ángel Furci.
A solo horas del comienzo del juicio, el subsecretario de Derechos Humanos de la Nación, Luis Alén, denunció ayer sendas amenazas de bomba contra las sedes de esa Secretaría y del Archivo Nacional de la Memoria, ubicado en la antigua Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA).
En ambos casos, las advertencias intimidatorias fueron realizadas a nombre de un autodenominado "Comando Patriótico" para exigir que se ponga fin al enjuiciamiento de los genocidas de la última dictadura militar argentina, indicó el funcionario.
Advirtió, sin embargo, que pese a esos intentos de amedrentamiento no hay posibilidad de volver atrás en el enjuiciamiento a los represores del terrorismo de Estado.
tgj/mpm |
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El plan de la represión sin fronteras
El proceso que comienza mañana abarca a 106 víctimas del Plan Cóndor, con mayoría de uruguayos, pero también argentinos, paraguayos, chilenos, bolivianos y un peruano. Hay 25 represores acusados, entre ellos Videla, Bignone, Riveros y Menéndez.
Por Alejandra Dandan
Mañana empieza el juicio oral por el Plan Cóndor, la primera causa que se abrió a fines de los ’90 cuando aún estaban en vigencia las leyes de obediencia debida y punto final y que logró perforar el cerco de impunidad a los crímenes de la dictadura. Será un escenario de justicia atravesado por la presencia de víctimas de las dictaduras del Cono Sur que todavía esperan la apertura de procesos similares en sus propios países. El juicio recoge tres tramos de la causa elevada entre 2008 y 2012 por 106 víctimas del Cóndor, entre las que hay una mayoría de uruguayos, pero también paraguayos y chilenos, todos caídos en Argentina. También hay argentinos, entre ellos tres caídos en Brasil. Serán juzgados 25 represores, entre otros los responsables locales de la coordinación represiva: Jorge Rafael Videla, Reynaldo Benito Bignone, Santiago Omar Riveros, Luciano Benjamín Menéndez y Antonio Vañek. También va a ser juzgado el uruguayo Manuel Cordero, represor que actuó en el centro clandestino de Automotores Orletti. Al juicio se acopló el tramo de Orletti II, por otras 65 víctimas. Estará a cargo del Tribunal Oral Federal N°1, se prevé el paso de unos 450 testigos y una duración estimada en dos años.
“La causa se abrió con una denuncia muy bien fundada hecha por Emilio Mignone, Raúl Zaffaroni, David Baigun, Alberto Pedroncini y Martín Abregú”, recuerda el fiscal Miguel Angel Osorio, a cargo de la instrucción. “Se tomó un grupo de casos donde no había aparecido el cuerpo de las víctimas y la causa avanzó mediante el concepto del ‘delito permanente’: a través de esa lógica se indicó que acá se ha secuestrado a una persona; que todavía no se sabe qué sucedió con ella y por lo tanto se presume que el delito se sigue ejecutando. Como el delito continúa es imposible de amnistiar, indultar o no hacer nada. El eje era ése: el Estado tenía la obligación de hacer cesar el delito; después, si quiere amnistiar puede hacerlo o no, pero primero tiene que hacer lo primero.”
Al comienzo, la causa tuvo 12 casos, entre ellos la uruguaya Sara Méndez, secuestrada en Buenos Aires, arrojada en Orletti y a la que le habían robado a su hijo Simón Riquelo, que para entonces seguía sin aparecer. Había víctimas de otros países, pero el expediente no asumió la perspectiva del Plan Cóndor hasta 2003, cuando dio un “salto cualitativo”, dice Osorio, a partir de inconstitucionalidad de las leyes de impunidad y la reapertura de las causas. Algunas víctimas de la causa original pasaron a expedientes específicos y luego se acumularon nuevos hechos. En 2008 se elevó el primer tramo con 18 imputados y en 2012, otros dos. Además de los 106 casos que ahora llegan a juicio oral, la instrucción acumula denuncias e investigaciones por otras 240 víctimas. Los acusados
Uno de los graves problemas que tuvo la causa fue la demora. Entre los tres tramos del expediente sobre el Plan Cóndor sumaban originalmente 32 acusados, la mayoría elevados en 2008. Entre ese momento y este comienzo varios murieron y otros están separados del juicio por razones de salud. Es el caso de Albano Harguindeguy, Cristino Nicolaides y Antonio Bussi, en el primer grupo, y Ramón Genaro Díaz Bessone y Ernesto Alais, en el segundo.
Pablo Ouviña y Mercedes Moguilansky son los fiscales que llevarán la acusación del juicio. Ellos indican que en las últimas dos semanas, además, la mayoría de los imputados está pidiendo de todo, entre otras cosas la suspensión del juicio por motivos de salud, por lo cual se vienen ordenando pericias y chequeos médicos.
Los represores que hasta ahora están en juicio son 25. De ellos, 23 están procesados por asociación ilícita y privación ilegal de la libertad, las figuras legales con las que logró abrirse la causa. No están acusados por tormentos ni por homicidios, aunque en varios casos está probado el “traslado” o asesinato de las víctimas, como el de Carlos Santucho, el contador hermano del jefe del PRT, a quien asesinaron en un tanque de agua en Orletti.
La acusación es distinta para Manuel Cordero y Miguel Angel Furci. Los dos estuvieron en Orletti y son los únicos autores directos. Cordero es uruguayo y fue extraditado desde Brasil. La Justicia argentina lo requirió en dos causas: Cóndor y Orletti, pero Brasil lo extraditó sólo por la primera, por lo tanto –aunque es uno de los represores más nombrados de Orletti–, entra a juicio solo por Cóndor. Está acusado por privación ilegal de la libertad y no por asociación ilícita, como el resto, porque Brasil dio ese cargo por prescripto. Furci está procesado por privación ilegal de la libertad y tormentos por 67 víctimas de Orletti. Las víctimas
Un dato del juicio estará dado por la configuración de las víctimas. Entre los 106 detenidos desaparecidos no hubo sobrevivientes, todos los casos tienen que ver con actuación de fuerzas argentinas aquí o en el extranjero. Todos los extranjeros cayeron en Argentina. Y los hechos son posteriores al golpe del 24 de marzo del ’76, por un criterio original, aunque ahora la instrucción investiga casos de 1974.
El grupo de víctimas más importante es de Uruguay (48), luego siguen Paraguay, Chile, Bolivia y un caso de Perú. Hay tres argentinos que cayeron en Brasil durante la Contraofensiva del ‘78: Norberto Armando Habegger, Susana Pinus de Binstock y Horacio Campligia. Entre los chilenos están Edgardo Enriquez Espinosa, del comité central del MIR, secuestrado en Buenos Aires el 10 de abril de 1976. Cristina Carreño Araya, de una familia del PC chilena, perseguida por la dictadura de Augusto Pinochet. Cristina salió de Chile a Hungría, viajó a Argentina en 1978 y fue secuestrada el 26 de julio de ese año. Otro caso es el del estudiante suizo-chileno Alexis Jaccar Siegler, al que secuestraron el 16 de mayo de 1977, cuando hacía escala en Buenos Aires para seguir viaje hacia Chile. Volverá a aflorar el secuestro de María Claudia Irureta Goyena, pero esta vez en la perspectiva del Plan Cóndor y por su propio “caso”: Claudia era la nuera del poeta Juan Gelman, secuestrada en Buenos Aires, trasladada y desaparecida en Uruguay cuando estaba embarazada de Macarena Gelman. La lógica del Cóndor
Osorio definió el Plan Cóndor cuando terminó de instruir el primer tramo de la causa: “La relación entre los organismos de inteligencia de Chile, Paraguay, Uruguay, Bolivia, Brasil y la Argentina distó de situarse en una mera colaboración legal para derivar en la verdadera implementación de un dispositivo que no hacía más que reproducir, a nivel internacional, el mismo dispositivo de aniquilamiento que imperaba hacia el interior de cada una de esas jurisdicciones: tal el alcance pactado, justamente, por los países integrantes del operativo Cóndor”.
Puede pensarse que, a la luz del Plan, el debate judicial va a abordar el modo en que actuó la represión fronteras adentro de cada uno de los países, incluso Uruguay, con causas bloqueadas por la Suprema Corte de Justicia. Los fiscales no tienen jurisdicción para investigar la represión puertas adentro en cada país, pero sí la obligación de seguir el circuito de cada una de las víctimas de la causa.
“Todos los países tienen interconexiones por medio de tratados, de diplomáticos, Inteligencia, etcétera –dice el fiscal Ouviña–. Lo que hicieron durante la vigencia del Cóndor fue aprovechar lo que ya estaba y buscar otro tipo de contacto para hacer todo más rápido. Eliminaron las formalidades pero no sólo para acelerar los tiempos sino directamente para secuestrar personas, buscar información para secuestrar, llevar adelante pedidos. Hay argentinos y chilenos secuestrando y torturando juntos; argentinos y uruguayos o chilenos y paraguayos.”
El contexto eran los exilios que se dieron en todo el continente por las distintas dictaduras, dice Moguilansky. La primera dictadura fue la de Chile, que produjo enorme cantidad de exiliados en Argentina. Y Argentina es el último país donde cae la democracia, cuando todavía albergaba a buena parte de refugiados de otros países. En ese sentido, el expediente funciona a la vez como un mapa entre exilio, refugio y represión. Hay zonas del país como Mendoza en que se refugiaron chilenos, o Jujuy donde estaban quienes venían de Bolivia, o los uruguayos en Buenos Aires. En esa línea, aparecen secuestros y luego traslados a los países de origen. En el caso de los chilenos, ingresan a centros clandestinos de detención. Y con los uruguayos se abrirá el eje de los vuelos. El rol del Acnur y de la Vicaria chilena en el auxilio a los perseguidos políticos, así como el de los consulados y embajadas constituidas como ratoneras, también serán puntos del debate.
“Si los militantes perseguidos en otros países vinieron para acá y desaparecieron estando exiliados, eso es Cóndor –dice el fiscal Osorio–. Si vinieron y trabajaron con o en alguna organización de superficie, ahí ya no es Cóndor. Es decir, no importa la nacionalidad de la víctima, importa si realmente los victimarios actuaron ejecutando ese plan de coordinación represiva a nivel no sólo continental, sino a nivel mundial, si se quiere llamarlo así, porque actuaron en Europa, en Estados Unidos.” Los documentos
Ese es otro eje del debate. Los documentos. Una de las pruebas documentales más importantes es un documento desclasificado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, en el que aparece una definición sobre el Cóndor. El documento es un cable de septiembre de 1976, de un agente especial del FBI a la embajada estadounidense en la Argentina. Allí deja expresado que el plan está destinado a la “recopilación e intercambio de información sobre ‘izquierdistas’, ‘comunistas’ o ‘marxistas’, con vistas a la eliminación de sus actividades mediante el desarrollo de operaciones conjuntas en sus respectivos territorios”. El cable sitúa en el armado del dispositivo a Chile, Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay y un acuerdo de Brasil de información confidencial. Describe tres momentos: 1) intercambio de información, 2) ubicación del blanco, 3) ejecución o traslado de la víctima a cualquier otro país signatario.
Una parte del debate seguramente atravesará la discusión acerca de cómo debe leerse el documento, si puede tomarse como comienzo del Plan Cóndor cuando las evidencias muestran que las fuerzas represivas actuaron en conjunto desde antes. Los fiscales del juicio señalan antecedentes de 1975 y en la instrucción Osorio trazó un corte posterior a la muerte de Juan Perón.
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Documentos de la CIA confirman que Operación Cóndor buscó "liquidar" a defensores de DD.HH.
Publicado: 17 dic 2016 04:34 GMT
La Casa Blanca desclasificó más de 500 documentos confidenciales, por solicitud de una ONG, que demuestran cómo la CIA y el Departamento de Estado colaboraron con la Operación Cóndor durante las dictaduras del Cono Sur para liquidar a defensores de DD.HH. vinculados a la izquierda.
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Asesinar a los exiliados de las sangrientas dictaduras del Cono Sur era parte del Plan Cóndor, confirmaron documentos desclasificados de la CIA y el Departamento de Estado.
Se trata de más de 500 documentos con información que revela cómo EE.UU. colaboró con los regímenes dictatoriales de Argentina, Chile y Uruguay, para "liquidar" a líderes sociales y políticos de izquierda, no sólo en sus países de origen, sino en Europa, donde muchos iban como exiliados y se dedicaban a la defensa de los Derechos Humanos.
"Dirigentes no terroristas también fueron elegidos para ser asesinados; algunos líderes de Amnistía fueron mencionados como blancos", refiere uno de los informes de inteligencia de la CIA, fechado en mayo de 1977.
El portal Política Argentina detalla que algunos de los agentes encargados asesinar a las víctimas fueron entrenados en Buenos Aires, viajaron a Europa disfrazados de empresarios y tenían como tarea inflitrarse en organizaciones de defensa de DD.HH. "para exponer sus conexiones marxistas y socialistas".
Otro de los papeles confidenciales, citado por La Jornada, refiere que los países de la red Cóndor tenían previsto aniquilar a los latinoamericanos que vivían en Francia: "Con la presentación de esta documentación reveladora, el Presidente Obama ha avanzado la causa de los derechos humanos en Argentina y otros lugares", sostuvo Carlos Osorio, director del proyecto de documentación del Cono Sur.
Los documentos se hicieron públicos por la presión de varias organizaciones no gubernamentales, dedicadas a buscar la verdad de los crímenes de la dictadura militar argentina, como CELS y las Madres de Plaza de Mayo, refiere RFI. En marzo de este año, luego de su visita a Buenos Aires, el presidente de EE.UU., Barack Obama, prometió que divulgaría la información que confirma lo que ya se sabía: la mano de Washington en la brutal represión del Cono Sur.
Según las declaraciones que dio en esa misma fecha la asesora de seguridad y política exterior de Obama, Susan Rice, serán más de 4.000 documentos secretos que saldrán a la luz "por pedido del Gobierno argentino". Se estima que sólo en ese país hubo más de 30.000 desaparecidos.
Nazareth Balbás
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¿Va a ir Kissinger al banquillo? ¿Van a ir otros muchos responsables de Yanquilandia?
Me temo que NO.
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