"No se me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de soportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible-
no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar".
Este fragmento hace parte de Espantapájaros, el poema que escribió Oliverio Girondo a mediados de los 50 y que Eliseo Subiela, director de cine argentino, volvería famoso a finales del siglo XX. El lado oscuro del corazón (1992), es la historia de Oliverio (Darío Grandinetti), alter ego del poeta argentino, que busca una mujer que “pueda volar”. En su búsqueda, Girondo mantiene relaciones sexuales con distintas mujeres a las que tira de su cama cuando no lo convencen. Después de la proyección de este filme Subiela tuvo reconocimiento a nivel mundial.
Antes, sin embargo, ya había impactado en el cine de Argentina. Su estética y su forma poética de narrar hicieron de sus cintas piezas refrescantes en un país que acababa de salir de la guerra. Artífice de un lenguaje personal cargado de realismo mágico y relaciones humanas atormentadas. Eliseo Subiela murió en San Isidro, a las afueras de Buenos Aires, con 71 años. La información fue confirmada por el cineasta Gabriel Arbós, directivo de la asociación Directores Argentinos Cinematográficos y amigo de Subiela.
Tenía planes de hacer un largometraje titulado Corte Final y una obra de teatro a la que llamó La vida real. “Es una historia sobre dos actores de una película argentina de los años 40’ que aparecen en un cine que se acaba de cerrar. Y aparecen en el escenario sin saber por qué. Finalmente se plantean de dónde vienen, adónde van y para qué están ahí, que son las preguntas que nos hacemos todos”, contó Subiela. Su salud estaba deteriorada. Hace tres meses sufrió un infarto, producto de una larga enfermedad de coronaria. “El infarto fue una de las mejores cosas que me pasó en la vida”, dijo luego en una entrevista, “es un trabajo insalubre, el cine. Yo entendí la señal y cambié todo”. En esa charla reveló que había “perdido el miedo a la muerte”.