El presidente Donald Trump defendió el tono elevado que sostuvo en las conversaciones telefónicas con los mandatarios de Australia y México argumentando: "Debemos ser duros".
En un discurso durante el Desayuno de Oración Nacional, un multitudinario evento celebrado cada 1 de febrero en Washington, dijo que "la nación tiene que ser "más dura al tratar con otros países", informó el diario 'USA Today'.
Trump pidió a los estadounidenses no preocuparse "por los informes de sus duras llamadas telefónicas con los líderes mundiales", y añadió: "Estamos siendo aventajados virtualmente por todas las naciones del mundo. Eso no volverá a pasar".
Así, intentó calmar el revuelo causado por la revelación del tono utilizado durante las pláticas con Enrique Peña Nieto y Malcolm Turnbull.
Caso por caso
Para 'The New York Times', la llamada entre Trump y el primer ministro australiano amenaza con convertirse en un problema diplomático entre Estados Unidos y Australia.
Trump habría colgado la llamada cuando fue presionado para que aceptara a 1.250 refugiados que permanecen en suelo australiano, según un convenio firmado con el expresidente Barack Obama.
Agrega el diario que ese altercado amenaza con "causar un daño duradero a las relaciones entre los dos países y podrían conducir a Canberra a acercarse más a China, que tiene una sólida relación comercial con Australia y está compitiendo con Washington para convertirse en la fuerza dominante en la región Asia-Pacífico".
En el caso mexicano, ambas partes se adelantaron a explicar que no existió discordia entre ambos mandatarios y que se reiteró la oferta permanente de Estados Unidos para ayudar a sus vecinos a combatir a las bandas de narcotraficantes y controlar los cruces fronterizos.