La multitud aglomerada el lunes y martes últimos en las calles de Buenos Aires, primero en apoyo a los maestros y después para respaldar la convocatoria de la Confederación General del Trabajo, mostró algo de lo que se avecina si el Gobierno no pone freno a sus políticas neoliberales como mismo han afirmado varias voces sindicales.
Muchos, como los maestros y los trabajadores de la Salud, claman desesperadamente por la apertura de paritarias, como se les conoce aquí a las negociaciones salariales, en busca de un sueldo justo que compense la inflación, que en 2016 cerró con poco más del 40 por ciento.
Se cuentan unos 70 mil en la contundente marcha de los docentes, que retumbó con fuerza. Unas 20 cuadras taponadas con carteles y duras consignas contra el presidente Mauricio Macri.
Los educadores, unidos, paralizaron las jornadas durante 48 horas en el mismo día que debió iniciar el ciclo lectivo en las escuelas públicas, dejando a 12 millones de niños sin clases.
Miles de ellos, con sus tradicionales guardapolvos blancos, dieron una lección pero en las calles, porque, como rezaba uno de los tantos carteles 'hoy no estamos dejando de enseñar, ... estamos enseñándolos a luchar por sus derechos'.
El clima precedido por la protesta de los educadores se fue elevando y la víspera, como se esperaba, otros miles y miles de obreros salieron a manifestarse contra los despidos y suspensiones de los últimos meses, contra los tarifazos y políticas antipopulares.
Pero también por caída de la producción industrial y el aumento indiscriminado de importaciones que afectan al sector.
Ayer las calles del centro porteño eran intransitables mientras cientos de personas se desplazaban hacia el ministerio de Producción, donde se realizó el acto, que terminó a gritos y reclamos a los dirigentes sindicales de la Confederación para que ponga fecha a un paro general ya.
Cansados de la burocracia sindical, los manifestantes fueron duros y reclamaron a los líderes poner día y hora a la huelga.
En tanto el ministro de Producción, Francisco Cabrera, salió a refutar las acusaciones formuladas durante la movilización en una entrevista con el programa Va de vuelta, de la Radio Nacional.
'El año 2016 se crearon 80 mil empleos registrados, no es cierto que haya destrucción del empleo. Hubo siete por ciento menos de importaciones, por lo tanto es falso que haya una lluvia de importaciones', aseguró.
'Estamos parados en una economía dañada que además tuvo un 2016 duro, donde estamos tratando de revertir esta situación... No es el momento de tomar una medida de fuerza es el momento para sentarse y seguir adelante con un diálogo', consideró.
La protesta social crece mientras los docentes aseguran que seguirán dando la pelea con un plan de lucha y las centrales obreras también.