Intentos de cordialidad El entusiasmo de los concentrados, la disciplina que aplicaron para que el despliegue visual se ajustara a lo previsto, fueron acompañados sin descanso por invocaciones, que intentaban ser cordiales, a la independencia en el marco de una república. Ese verbal espíritu de concordia para una reclamación que provoca graves desafíos, fue subrayado con ocasión y sin ella. “No estamos aquí para denunciar 300 años de agravios, sino para anunciar 300 años de alegrías”, se afirmó desde la tribuna. O la sugerencia, “que esta revolución sea la de la sonrisa”.
Con o sin banderas Con un guion articulado en línea con las recientes intervenciones públicas del presidente Artur Mas, uno de los intervinientes, al apelar a todos los españoles, sostuvo que “aquí no vamos a romper nada, sino que vamos a convivir de forma diferente.” “Esto no va de banderas, sino que va de libertad”.
La concentración en forma de V, que ocupó 5,2 kilómetros abarrotados de gente, respondía a la primera consonante de Via Lliure capa la República Catalana (Vía libre hacia la República Catalana). Frase reivindicativa que fue repetida sin acritud por activa y por pasiva.
El fallido Estatuto de Autonomía fue descrito como el último intento para que Cataluña fuera tratada en pie de igualdad. Esa norma fue recurrida por el PP ante el Constitucional, después de una campaña de desprestigio de Cataluña en la que recogió las firmas exigidas. El alto Tribunal lo rechazó partes sustantivas del mismo, después de haber sido votado por lo catalanes. De ahí, la frase transmitida por el servicio de megafonía: “Lo que empezó en las urnas, acabará en las urnas.” Es decir, el veintisiete de septiembre.
Ausencia del presidente y de la alcaldesa Como es habitual, la cifra de los participantes depende de quién y cómo se hace el recuento. Si la organización contó dos millones, la Guardia Urbana se quedó en 1,4. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se abstuvo de participar porque no comparte el objetivo de la independencia, y el presidente de la Generalitat, Artur Mas, tampoco acudió para intentar la cabriola de mantenerse por encima del bien y del mal. Carteles con su imagen, en versión seductora, acompañaron a los concentrados.
Margarita Sáenz-Diez es periodista y analista política
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha destacado hoy el “orgullo, confianza e ilusión” que genera la “multitudinaria concentración” independentista y ha reclamado al Estado que deje el “orgullo imperial” y no “amenace con las leyes” como si los soberanistas fuesen “casi delincuentes”.
Declaración institucional tras reunirse con los organizadores En una declaración institucional tras recibir en el Palau de la Generalitat a los organizadores de la movilización de hoy en la avenida Meridiana de Barcelona con motivo de la Diada, Mas ha afirmado que “en la calle se influye pero en las urnas se decide”. En el primer día de la campaña de las elecciones del 27 de septiembre y tras una nueva Diada reivindicativa, Mas ha lanzado desde la Galería Gótica del Palau de la Generalitat un mensaje a las instituciones del Estado y al Gobierno central para que “tomen note” de las imágenes de la Meridiana, que “hablan por sí solas”.
“Dejad el orgullo imperial” “Dejad esta miopía política y dejad el orgullo imperial, dejad de amenazar con las leyes como si fuéramos casi delincuentes. Somos gente normal, serena, pacífica, ilusionada: poned las leyes al servicio del diálogo, al servicio de la democracia y, si alguna en algún momento hay que cambiarla, cambiémosla entre todos, no pasa nada, no se hundirá el mundo”, ha afirmado. El candidato de Junts pel Sí ha considerado que después de “tantas manifestaciones, tanto apoyo institucional y tantas urnas puestas en la calle” los catalanes tienen derecho a ser “escuchados” y ser “ayudados” en lo que debería ser “la implementación” de los “mandatos democráticos” de las urnas.
Mensaje “potentísimo” El presidente de la Generalitat ha resaltado la “inmensa capacidad de movilización” de Cataluña y su “civismo”, que es, ha apuntado, un mensaje “potentísimo de cara a Europa y a todo el mundo”. Ha destacado la “ilusión” que ha visto en las calles, que le da “confianza y orgullo”, porque significa, ha dicho, que “tenemos un pueblo en marcha” a través de un movimiento independentista que no va “en contra de nadie”, tampoco de España, según ha recalcado. TTras recordar que Cataluña ya está en el primer día de la campaña electoral, ha subrayado que el 27S los catalanes “tienen la posibilidad no solo de influir sino de decidir”.
La CUP se frota las manos con los resultados y ve “una oportunidad” para la independencia
Inés Verdejo 21/12/2015
Antonio Baños confirma que la posibilidad de un nuevo Congreso con el apoyo de los grupos independentistas supone que "el problema catalán ya no podrá ser despachado" por Rajoy.
Antonio Baños, número uno de la CUP en el Parlament, ha reconocido que el resultado de las elecciones generales supone una posibilidad para que “el problema catalán ya no podrá ser despachado con la displicencia rajoyana habitual”.
“Facilitar el Gobierno de España a cambio de poderse marchar sería la última voltereta del independentismo”, ha afirmado Baños, proponiendo con bastante ironía que ERC, Democràcia i Llibertat(DL) y otros partidos minoritarios darían el apoyo necesario al PSOE y a Podemos con la condición de que se celebre un referéndum.
La posibilidad de que Sánchez se acerque a las formaciones independentistas para desterrar a la fuerza más votada, en este caso al PP, ha causado una sensación notable de alegría en los anti sistemas radicales de la CUP que han reconocido que la situación del nuevo Congreso abre “una oportunidad”a la independencia y se alejan del contundente rechazo de Rajoy al secesionismo.
El dirigente de la CUP ha asegurado que tras las generales se consolida la tendencia apuntada en las elecciones catalanas: que Catalunya “camina hacia la izquierda y la plena soberanía”.
También ha tenido ocasión para reconocer los buenos resultados de EnComúPodem, que para él supone “una izquierda sustituta del PSC e ICV” que conlleva a dar un paso más en la plurinacionalidad y el derecho a decidir en el centro de su programa.
La CUP celebró este domingo una asamblea extraordinaria para decidir si inviste o no a Artur Mas como presidente de Cataluña, en la que se efectuó la tercera y definitiva votación.
Artur Mas / Albert Gea / Reuters
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Se reporta que la última consulta de la CUP terminó con empate entre los partidarios de investir a Artur Mas y los que defienden la convocatoria de unas nuevas elecciones en marzo. Cada una de las opciones recibió el apoyo de 1.515 militantes. La dirección de la CUP se reunió para decidir cómo resolver esta situación inesperada.
Las fuentes de la CUP informan que la formación anticapitalista pospondrá la decisión hasta el 2 de enero, según EFE.
Han sido necesarias un total de tres votaciones, ya que tras las dos primeras consultas se evidenció una división máxima en la CUP. En la primera consulta un 47,14% de los militantes (1.418) dieron el 'no' a la investidura de Mas, mientras que un 45,17% (1.359) votaron a favor. La segunda ronda se saldó con 1.512 votos (49,7%) en contra y 1.482 (48,71%) a favor.
¿Qué plan tiene la CUP?
Inicialmente, la CUP disponía de cuatro opciones para resolver la situación, reporta 'El Mundo'. La primera sería aceptar la investidura de Mas y el plan que ofrecía Junts pel Sí.
La segunda opción, la que más respaldo tiene, es rechazar la formula anterior y asumir la posibilidad de llevar a cabo unas nuevas elecciones en marzo.
Las otras dos opciones contaban con poco apoyo de los militantes y fueron rechazadas tras dos primeras votaciones: investir a Artur Mas sin acuerdo, y la cuarta, abstenerse en el debate de investidura y que se convocaran elecciones para marzo.
De este modo, quedan dos opciones: o se logra la investidura de Artur Mas como presidente catalán o habrá nuevas elecciones.
¿Qué consecuencias tendría el posible 'sí' a la independencia de Cataluña?
Dejar de formar parte de España, el objetivo que persigue Artur Mas, podría significar para Cataluña dejar de formar parte de Unión Económica y Monetaria Europea. Esta salida afectaría a la economía catalana en muchos aspectos. Los aranceles en exportaciones e importaciones elevarían los precios y Cataluña debería fijar con la Unión nuevas tarifas. Además, las exportaciones exteriores y las ventas a España se verían afectadas por la Tarifa Exterior Común, ya que dejarían de ser internas.
En España, el bipartidismo perdió en las urnas el domingo 20 de diciembre: el Partido Popular (PP) se quedó sin mayoría absoluta y el Partido Socialista (PSOE) se reafirmó como segunda fuerza, aunque hizo la peor elección en su historia. Como ninguna agrupación consiguió la cantidad de escaños suficientes (176) para hacerse con la mayoría absoluta requerida para investir al nuevo presidente, la única salida es la búsqueda de pactos. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, le dijo no a un nuevo gobierno de Mariano Rajoy y abrió el diálogo con el partido de izquierda Podemos. Pero Sánchez no la tiene fácil: una disputa de poder con líderes regionales de su formación podrían truncar sus ambiciones de convertirse en el próximo jefe de gobierno de España.
Casi un desconocido hasta hace dos años, el economista de 43 años logró la candidatura del PSOE con el apoyo de centristas que dominan el partido y gozan de plena confianza en los mercados. Sin embargo, con el correr de la campaña y como suele ocurrir –ante la presión de Podemos– Sánchez se fue corriendo a la izquierda mientras hacía equilibrio para denunciar al “populismo” de Pablo Iglesias, líder de la formación emergente que quedó en tercer lugar, pese a los pronósticos agoreros del establishment. En el último debate de campaña, el candidato socialista le dijo a Rajoy: “Usted ha recortado todo menos la corrupción”. Y en otro momento le recordó al líder del PP el escándalo por la contabilidad paralela de su partido.
“En el PSOE hay dos almas pugnando, una que busca recuperar una idea de la izquierda, donde seguramente esté Sánchez, pero después están los que realmente mandan, que van en dirección de lo que dice la Troika”, dijo uno de los fundadores de Podemos, Juan Carlos Monedero. Es más, Monedero cree probable que al final el PSOE termine pactando con el PP y el centro-derechista Ciudadanos.
Y es que los barones y baronesas regionales del PSOE cuestionan la decisión de Sánchez de tender puentes con Podemos en su intento de formar gobierno, una decisión que tomó sin consultarlos. “La política de alianzas se decide en el comité federal”, dijo en Navidad Susana Díaz, presidenta de Andalucía y quien fuera mencionada para liderar el partido antes de la elección de Sánchez. “No debemos sentarnos con quienes busquen romper España”, sostuvo Díaz, en referencia a que Podemos plantea un referéndum sobre la autonomía de Cataluña, algo impensable para los socialistas. Muchos dirigentes del PSOE rechazan la idea de un país plurinacional y se lo han hecho saber a Sánchez. Los más beligerantes son los presidentes de Extremadura y Castilla-La Mancha: Guillermo Fernández Vara y Emiliano García-Page.
Sánchez dijo que como líder del PSOE es quien dirige los lineamientos políticos del partido, algo que en verdad no hace falta decir si no sintiera que le retacean apoyos. El político pospuso hasta la primavera el congreso partidario en el que debe elegirse nuevo secretario general, una manera de asegurar su permanencia en el cargo si fracasaran los pactos y hubiera nuevas elecciones en 2016.
Lo cierto es que Sánchez tendrá muchas dificultades para negociar con Iglesias ante las condiciones que le quieren imponer los dirigentes regionales. La resolución que hoy debatirá el Comité Federal del PSOE rechaza la defensa de Podemos de un referéndum para Cataluña y la imposibilidad de pactar con ese partido si mantiene esa demanda.
Juzgan a Artur Mas por la consulta independentista de Cataluña en medio de protestas (VIDEO)
Publicado: 6 feb 2017 07:53 GMT | Última actualización: 6 feb 2017 11:24 GMT
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Miles de personas se manifiestan en Barcelona en contra del juicio al expresidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, por organizar la consulta independentista, acusado de desobediencia y prevaricación.
Cataluña no abandona sus intentos independentistas
Recientemente el Parlamento de la región aprobó el presupuesto para el 2017, y entre sus gastos se prevé la celebración de un referendo
Los intentos de Cataluña por separarse de España continúan siendo noticia: recientemente el Parlamento de la región aprobó el presupuesto para el 2017, y entre sus gastos se prevé la celebración de un referendo.
En una de las votaciones más polémicas de la legislatura y con un apretado margen de victoria, los grupos independentistas Juntos por el Sí y Candidatura de Unidad Popular se impusieron con 64 votos a favor; mientras que, con 62 votos, se opusieron Ciudadanos, Partido por los Socialistas, Cataluña Sí se Puede y el Partido Popular.
Desde finales de septiembre del pasado año, el presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, había anunciado la celebración de otro referendo independentista, previsto para septiembre del 2017.
«O referéndum o referéndum», dijo en aquel momento el proindependentista Puidgemont, mientras que el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, pidió avanzar hacia una etapa de diálogo y dejar atrás los mensajes sobre la consulta.
«El referéndum en Cataluña no se va a celebrar. Eso lo sabe todo el mundo», afirmó Rajoy recientemente.
Cataluña cuenta con un elevado nivel de autonomía y posee un Parlamento propio.
Los catalanes se consideran ahogados económicamente por España: anualmente deben pagar 16 000 millones de euros al Gobierno central. Según RT, esa cifra corresponde al 8 % del PIB de la Comunidad Autónoma.
«Estos 16 000 millones bien gestionados servirían para dar una buena sanidad, educación, la red de trenes, a los catalanes. Incluso quedaría dinero para ser solidarios con otras regiones», afirmó Xavier Sala-i-Martin, portavoz de thecatalanproject.org.
Uno de los momentos principales del movimiento independentista se alcanzó el 9 de noviembre del 2014, cuando en una consulta popular sobre si Cataluña debía ser un Estado y, en caso afirmativo, cuestionaba si debía ser independiente, el 80 % de las 2 305 290 personas que participaron (alrededor de un 33 % de los electores) votaron al Sí-Sí.
El 9N, como se le conoce al suceso, había sido prohibido anteriormente por el Tribunal Constitucional español; aun así el entonces presidente de la Comunidad, Artur Mas, lo efectuó.
Debido a ello, Mas fue sentenciado recientemente a dos años de inhabilitación para ejercer cargos públicos.
Tras conocerse la sentencia el pasado 13 de marzo, el expresidente de Cataluña adelantó que recurrirá al Tribunal Supremo y dejó claró que «no se arrepiente de nada».
Por su parte, Puidgemont vio el resultado como un obstáculo «que no solo superaremos, sino que nos estimulará» en el proceso de independencia.
¿OTRO REFERÉNDUM SIN EL SÍ DEL GOBIERNO?
Puidgemont dijo que el nuevo referendo será vinculante porque el gobierno catalán «aplicará el resultado».
Además, adelantó que en esta ocasión tendrá una sola pregunta, y en caso de perder el Sí, convocará a nuevas elecciones.
Sin embargo, la Constitución de España autoriza únicamente al gobierno central para la convocatoria de una consulta sobre la soberanía de determinada región.
En caso de celebrarse sin el permiso, Cataluña se expondría al Artículo 155 de la Carta Magna, aplicable en caso de que una Comunidad Autónoma desobedezca al Gobierno central o actúe de forma que atente contra España.
El texto añade que «el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquella al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general».
La CUP ha iniciado este martes una ofensiva en las redes sociales y en la calle para exigir que se concrete "ya" la fecha y la pregunta del referéndum.
"Pedimos un gran pacto social y político para fijar la fecha y la pregunta", ha explicado Núria Gibert, portavoz de los 'cupaires' y concejala en el Ayuntamiento de Sant Cugat, durante la presentación de la campaña frente al Arc de Triomf de Barcelona. Los anticapitalistas repartirán 250.000 papeletas con su reivindicación.
Las papeletas recogen la misma propuesta de pregunta que presentaron hace unas semanas los diputados anticapitalistas ('¿Vol que Catalunya esdevingui una República independent?'), aunque en esta ocasión amplía el abanico de idiomas. Destacados, en cuerpo de letra más grande, en catalán y aranés, y más pequeño en castellano, rumano y árabe. Estas cinco lenguas son las más habladas en Catalunya, según Idescat, explican en la CUP.
En el reverso de la papeleta, la CUP exige un "acuerdo" y recuerda el "esfuerzo muy importante" que han realizado para que no haya excusas para la no celebración de la consulta de autodeterminación, votando unos presupuestos con un "contenido social" que denostan.
"Hacen falta concreciones ya. Concreciones en su organización y en los aspectos centrales de su celebración", añaden, antes de recalcar que el referéndum no puede depender "de los ritmos que imponga el Estado", en referencia a los juicios e inhabilitaciones.
"Exigimos claramente y urgentemente un acuerdo: un acuerdo para una pregunta clara y binaria sobre la independencia; y un acuerdo para la fecha del referéndum. No hay excusas", concluyen.