Un cumpleaños por todo lo alto

CLAUDIA MARTÍNEZ CAMERERO

El cuatro de abril resulta una fecha muy importante para el pueblo cubano. Fue ese día cuando se crearon hace ya 56 y 55 años, la Organización de Pioneros José Martí y la Unión de Jóvenes Comunistas respectivamente.

La jornada previa a la celebración constituye siempre motivo de alegría en toda la Isla. Actividades político-culturales, recreativas y la esperada gala, con sede en el capitalino teatro Karl Marx, prometían un merecido reconocimiento a niños, adolescentes y jóvenes.

Pero esta festividad tuvo algo diferente, es la primera de tantos abriles después de la desaparición física del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Quizás por esa razón la emotividad, la efusividad y la sensibilidad repletaban el alma no solo de los que asistieron sino de todos los espectadores de la Isla.

Sin embargo el nombre de Fidel estuvo más presente que nunca en aquel teatro que tantas veces atrás lo acogió, hasta la medalla conmemorativa aniversario 55 de la UJC recibió. El coro continuo de ¡Yo soy Fidel!, fue otra de las pruebas de que allí estaba él, no físicamente, pero sí como perduran siempre los grandes, a través de las ideas, multiplicado en los corazones de miles de cubanos que como aseguró la primera secretaria del Comité Nacional de la UJC Susely Morfa González, “cuidaremos por siempre esta Revolución y no fallaremos”.

Otro momento muy emotivo fue cuando seguidamente del ¡Yo soy Fidel!, el teatro en pleno comenzó a corear ¡Pa’ lo que sea Raúl, pa’ lo que sea! El General de Ejército estaba allí compartiendo la alegría de todos los presentes. También él recibió la medalla conmemorativa por el aniversario de la UJC y la alzó con orgullo a la vista de todos a la vez que un prolongado y muy fuerte aplauso “tronaba” en el teatro.

El lauro fue concedido también a Machado Ventura,  a la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana y al Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, post mortem.

Sin dudas fue un momento cargado de emoción. Desde el comienzo del acto con todo el teatro de pie y cantando a viva voz las notas del himno nacional, también cuando se escuchó a repentistas cubanos defender nuestras raíces, esas que como asegura Héctor Gutiérrez Jiménez, nunca han fallado a esta Revolución o al sorprendernos una vez más con ese destello de felicidad que La Colmenita deja a su paso y un cierre por todo lo alto, un teatro entero que reafirmó junto a Buena Fe, Casabe y Moncada “Sé lo que soy, sé dónde estoy y sé a dónde voy” asegurando el compromiso y el sentido de pertenencia de los cubanos con esta Revolución.