Londres, Washington, Estocolmo y Quito en la encrucijada
Francisca Miranda, Carlos Montes, Fernando Pérez y Javiera Tapia
Alumnos del Taller de Entrevistas.
Profesora: Patricia Escalona
Escuela de Periodismo
Cooperación, intereses políticos y, por sobre todo, un fuerte juego de poder, son los conceptos con los cuales el abogado y profesor universitario, Gustavo Martínez, describe la situación que vive el fundador de Wikilieaks, Julian Assange quien en estos momentos permanece como asilado en la embajada de Ecuador en Londres, situación que se podría alargar por un periodo indefinido.
Martínez, experto en derecho internacional, asegura que no ve luz al final del túnel y que Assange podría permanecer en la embajada por años, si Inglaterra no entrega el salvoconducto para que Assange se asile en Ecuador, que por lo demás, no está obligado a hacerlo ya que entre ambos países no existe un tratado internacional sobre el tema.
- ¿Qué razones puede tener Ecuador para apoyar a Assange, si su política de libertades generales y, en particular de libertad de prensa, es restrictiva?
A mi parecer, el presidente Correa ve este asunto dentro de la visión ideológica anti norteamericana que tiene su país y que comparte con las demás naciones miembros de la Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América, ALBA.
No olvidemos que el ALBA es un contra modelo a las políticas que han adoptado los presidentes norteamericanos en los últimos años. Desde esta perspectiva, el Presidente Correa espera perjudicar a Estados Unidos haciendo público este asunto. Por consiguiente, busca acrecentar y mantener el caso en la palestra noticiosa. Al mismo tiempo, aprovecha la instancia para dejar en claro, a nivel internacional, cuáles son las preocupaciones e intereses del ALBA.
- Como solución jurídica, ¿podría un juez sueco ir a la embajada de Ecuador, cuando haya sentencia, y hacerla cumplir mediante una negociación con el gobierno ecuatoriano?
Si Ecuador lograse sacar a Assange de la embajada en Londres y llevarlo a territorio ecuatoriano, sería imposible aceptar que un juez sueco viniera a tomarle declaraciones a Ecuador. Tendría que darse en otra situación, que en forma voluntaria, Assange viajara desde Ecuador hasta Suecia, previa negociación diplomática entre Suecia y Ecuador, diciendo que se le va a someter ahí a juicio, pero que en ningún caso va a ser extraditado a Estados Unidos.
El presidente Correa ha dicho que, si efectivamente el gobierno sueco se comprometiera formalmente, ante el mundo entero, a que Assange va a ser juzgado solamente por los delitos que se le imputan y condenado solo por ellos, o si va a ser liberado, o puede viajar a Ecuador, entonces, ellos no tendrían ningún inconveniente en entregarlo. Pero Suecia no está dispuesta a comprometerse, entonces, existe el temor del viaje a Suecia y se le haga allí un juicio que no se ajuste estrictamente al debido proceso y esté motivado por intereses políticos de cancillería y luego veamos a Assange en Estados Unidos.
-Assange es un comunicador reconocido, que hoy tendría en riesgo su vida. Para la opinión pública internacional, Suecia podría seguirle un juicio nada justo ¿Le parecen razones suficientes para que Ecuador le dé asilo?
Escuché al Presidente Correa y ofreciendo que si se firmaba un acuerdo entre los dos gobiernos de que los tribunales suecos van a juzgar a Assange por los delitos citados y el gobierno no lo va a extraditar ante ninguna petición de Estados Unidos, lo entregaba el día de mañana. La oferta está ahí, disponible; me da la impresión que a Correa le asusta que el día de mañana se entregue a Assange a Estados Unidos.
- Como declaró la embajadora de Estados Unidos, ante la OEA, Carmen Lomellin, ¿Le parece inapropiada la intervención de la OEA en esta disputa, que muchos consideran bilateral y en donde una parte ni siquiera es hemisférica?
Yo percibo que frente los conflictos que puedan darse, tanto entre países de la misma región como en su relación con otros, hay un sentido de solidaridad. Este principio claro y manifiesto para buscar soluciones, motiva y valida la intervención que la OEA haga respecto al caso.
-¿Por qué la Unión Europea no ha declarado nada sobre las críticas hechas contra dos de sus estados miembros, ni defendió un instrumento fundamental para ellos como lo es la “orden de detención europea”, que es el origen de la detención de Assange por las autoridades del Reino Unido?
La cooperación entre los países de Europa ha tenido a lo largo de la historia una cara económica. Se crearon las instituciones con esta finalidad, para que no se generen conflictos que terminen con problemas bélicos.
Entonces, en este contexto, la coordinación en política exterior de la Unión Europea está en un segundo plano. Por ello, es que al presentarse situaciones determinadas, donde se espera que la Unión Europea se pronuncie, sus expresiones son muy tardías.
Un ejemplo es el problema meso-oriental, entre palestinos e israelíes. Aquí se le ha criticado de forma constante, que no hace el contra poder a Estados Unidos sobre sus decisiones, muchas veces, erróneas a la vista de algunas naciones. Naciones Unidas es la única con el poder necesario para generar un cambio.
No obstante, la Unión Europea no lo hace por razones tan claras, como la falta de prioridad que tiene en sus actividades el manifestarse en el espectro político de los conflictos.
-¿Esto es una jugada mediática de Ecuador, tratándose de un personaje de interés público, o es realmente una acción de buena fe?
No, yo creo que Correa ve intereses políticos, tanto personales como para su bloque político en Ecuador, por razones bastante simples. Ya hubo un personaje en Estados Unidos, no oficial, que amenazó con suspender a Ecuador del Sistema de Preferencias Generalizadas, que es una concesión que hace el gobierno norteamericano, con la autorización del Congreso, a los países de menor desarrollo relativo, para rebajar los aranceles en la internación de los productos de exportación a los Estados Unidos.
Son rebajas pequeñas que, incuestionablemente, para un país subdesarrollado de las características de Ecuador siempre son beneficiosas. Correa aprovechó, claramente, en un discurso para decir que si Estados Unidos decide suspender a Ecuador del Sistema de Preferencias para perjudicarlo, no le temen. El Presidente ecuatoriano afirmó: “Podemos darle una lección moral a Estados Unidos, cualesquiera que sean los costos porque nos parece que una extradición de Assange, no estaría resuelta para un juicio justo”.
Correa tiene una oportunidad para darle una lección a Estados Unidos, que es un país que tiene muy poco contrapeso en el sistema internacional hoy día, por de pronto, desde el punto de vista militar no lo tiene. Si mañana decide mandar tropas con ayuda de dos o tres países a poner orden en Siria, lo va hacer ¿Quién se le va a oponer?
-¿Qué influencia podría tener el juez español, Baltazar Garzón, convertido hoy en abogado de Assange?
Yo diría que estas cosas se dilucidan en lo jurídico. Garzón es un poco simbólico por su defensa de los derechos humanos, pero no veo eso como algo tan trascendente, tal vez, por ser Garzón una figura conocida, realza la importancia de lo que va a pasar en el caso Assange, pero después de eso no veo la relevancia.
-¿Por qué el gobierno de Australia, país de origen de Assange, no asume algún rol para resguardarlo en la embajada de Ecuador en Londres?
Australia no tiene nada que ver con los problemas de Assange.
En el derecho internacional, la nacionalidad, que es el vínculo que une jurídica y políticamente a una persona con un estado, supone el cumplimiento de ciertas obligaciones. Cuando en otro país ese nacional se ve abusado, sin respeto a las leyes internas, puede reclamar a su país que ejerza, por la vía diplomática, la protección internacional.
Australia aquí no tiene competencia alguna. Alguien podría decir que Australia debería haber tratado de interceder diplomáticamente, apoyar a Ecuador en el sentido que Assange no vaya a parar a Estados Unidos porque ahí será juzgado y puede llegar hasta la pena de muerte.
-Un columnista del diario El Mercurio postula que el Presidente Correa pretende ascender a un liderazgo en América Latina, a consecuencias de este caso, dado que hasta hoy se le ve en una posición inferior, por ejemplo, frente al Presidente Chávez…
El liderazgo eventual que pueden ejercer los presidentes está muy condicionado por la importancia relativa que tengan sus respectivos países. Brasil, México o Argentina, pueden aspirar a un liderazgo, no así Bolivia, Chile o Uruguay. No creo que con esto pretenda tener un liderazgo en la región, sino más bien una política de prestigio personal. Esta actitud de Correa no se traduce en ningún tipo de iniciativa de orden concreto, ni para construir un modelo de desarrollo económico diferente, ni para ninguna otra cosa. Probablemente habrá consultas bilaterales entre los países, no sabemos que va a pasar en Venezuela en la próxima elección presidencial, donde una última encuesta pone el candidato opositor, Enrique Caprile por arriba del Presidente Chávez, quien según mucha gente, está muy enfermo.
-¿Cree usted que Assange ha puesto en juego, su simpatía personal y su posición mediática que lo sitúa como uno de los principales defensores de la libertad de prensa?
Yo creo que el verso, como dicen los argentinos, es que el público tiene que estar informado, un gobierno no tiene por qué tener telarañas, el público debe saber, ese es el juego de Assange, un juego que tiene simpatía en la opinión pública internacional. Debemos saber lo que pasa porque las cosas que hace un gobierno no tienen por qué estar ocultas y por eso creo que Assange tiene simpatías.
-Usted dice que el caso va a tener otra dimensión, ¿Cuál es la salida?
No se sabe. En lo inmediato va a pasar bastante tiempo antes de que veamos la luz al final del túnel, pero se puede imaginar que el gobierno norteamericano debe estar pidiendo a los británicos que, por ningún motivo, permitan el otorgamiento del salvoconducto.
-¿Cree usted que va a repetirse el caso del gobernante peruano Raúl Haya de la Torre, quien estuvo por años en la embajada de Colombia?
No se puede saber si mañana cambia la situación, pero en el corto plazo creo que Assange va a estar en la embajada de Ecuador en Londres por largo tiempo. Tengo entendido que la embajada es pequeñísima y eso va generar una cantidad de problemas.
-Esta imagen de un asilado, en el balcón de la embajada que lo protege, leyendo un comunicado para todo el mundo, no tiene precedentes en la historia del derecho internacional. ¿Por qué se produce hoy, un hecho de tal naturaleza?
Este es un hecho que no tiene precedentes. Los asilados hacían llegar cartas a los medios, como ocurrió en el caso de Chile, en 1973, cuando hubo muchos asilados en distintas embajadas, pero ahí había una negociación, se llamaba el director del diario, a la cancillería, se preguntaba si era posible publicarla. Obviamente, hoy todos los gobiernos democráticos del mundo le tienen miedo a la prensa.