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General: Las "fuerzas ocultas" que condicionarán la presidencia de Trump
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 27/01/2017 07:27 |
Las "fuerzas ocultas" que condicionarán la presidencia de Trump
Publicado: 27 ene 2017 04:40 GMT
Las mismas fuerzas que "empoderaron tanto como restringieron" a sus predecesores darán forma a la Administración de Trump "para bien y para mal", pronostica un experto.
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Pese a la determinación con la que pretende "desafiar las ortodoxias" del sistema político y el orden internacional actual, Donald Trump "no puede escapar a la historia", y las mismas "fuerzas ocultas" que empoderaron tanto como restringieron a sus predecesores darán forma a su Administración, "para bien y para mal", pronostica el analista James Kitfield en un artículo para 'The National Interest'.
El autor de la publicación ha coeditado la antología 'Triumphs & Tragedies of the Modern Presidency: Case Studies in Presidential Leadership' ('Triunfos y Tragedias de la Presidencia Moderna: Estudio de Casos de Liderazgo Presidencial') en la que algunos de los mejores historiadores, periodistas y politólogos de EE.UU. analizan los primeros cien días de cada presidente desde la posguerra. Estos análisis han revelado "lecciones importantes" para el éxito del liderazgo presidencial, así como sobre las trampas que cualquier nueva Administración debería evitar.
"Monstruo burocrático"
Aunque cada presidente se enfrenta a distintos desafíos, una constante es "el tamaño y la complejidad cada vez mayores" del propio Gobierno de EE.UU. y las masivas burocracias de las ramas ejecutivas, sostiene Kitfield, subrayando que "la naturaleza inesperada" de la victoria de Trump y su polémica campaña "ya han complicado los esfuerzos para formar rápidamente una nueva Administración".
Mandatos Electorales
Al tratarse del cuarto presidente en la historia de EE.UU. que ganó en votos electorales pero perdió el voto popular, Trump tiene un mandato "mucho más limitado", sostiene Kitfield.
Según el analista, el error más común cometido por los nuevos presidentes quizá sea el de subestimar el poder que tienen los legisladores a la hora de "retrasar o descarrilar una agenda presidencial" y, por lo tanto, la necesidad de fomentar buenas relaciones con miembros clave del Congreso.
Como el clásico 'outsider', Trump necesitará apoyarse firmemente en el vicepresidente y excongresista Mike Pence, en el expresidente del Comité Nacional del Partido Republicano y en el secretario general de la Casa Blanca, Reince Priebus, así como en congresistas experimentados. En este sentido, el experto opina que no consultar a los republicanos del Congreso antes de forzar una rápida "revocación y reemplazo" del Obamacare es "el tipo de error tempranero que, probablemente, irritará a los legisladores con buena memoria".
Agenda excesivamente ambiciosa
Otro error común de los nuevos presidentes pasa por tratar de impulsar una agenda "excesivamente ambiciosa", recalca el analista, añadiendo que, dada "la amargura" de la reciente campaña electoral y sus consecuencias, resulta poco probable un consenso bipartidista sobre los principales temas del programa de Trump.
Nombramientos para el gabinete
La aplicación de políticas controvertidas y el nombramiento para el Gabinete de personas conocidas por oponerse y criticar a las agencias que pronto podrían dirigir, puede hacer que Trump gaste desde el mismo comienzo de su mandato el capital político "que puede necesitar para cumplir otras partes de su agenda", advierte Kitfield.
Gestión de crisis
Por último, el experto apunta que un hilo conductor en el libro es que "la crisis pone prueba a los nuevos presidentes". En este sentido, sostiene que Trump, "en su búsqueda del próximo gran negocio", claramente tiene "apetito por la confrontación y la ruptura", y la historia de la presidencia moderna sugiere que no tendrá que esperar mucho tiempo para obtenerlas.
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las fuerzas "ociultas" se "desocultan" en la intensidad, lo cual permite la acción como reacción en sentido contrario ( tercera ley de newton).
En el campo social y económico es imposible ocultar el sentido de las fuerzas.... |
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https://www.gabitos.com/LACUBADELGRANPAPIYO/template.php?nm=1485502629 |
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Correa pide una respuesta "frontal" de América Latina a las medidas antimigratorias de Trump
Publicado: 31 ene 2017 20:56 GMT
Los países de la región podrían posicionarse juntos en defensa de los derechos humanos y el principio de movilidad, que está violando la nueva administración republicana en Estados Unidos.
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El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha propuesto elaborar "un discurso consolidado y frontal" de América Latina ante la ofensiva antiinmigrante de la administración de Donald Trump en EE.UU. En su opinión, la respuesta regional debería consistir en la defensa de los derechos humanos y el principio de movilidad, ante todo.
Hay que recordar cada vez a los estadounidenses "que ellos han sido un país de migrantes", reseñó el dirigente en declaraciones a la emisora Cadena Ser. El mandatario catalogó como "impresionante" la situación actual, que comprende las restricciones de llegada por medio de un muro fronterizo con México y la suspensión temporal de ingreso de nacionales de siete países. A continuación estimó que aún "se vienen tiempos duros".
Lo único que le inspira un cierto grado de optimismo respecto a EE.UU. son las manifestaciones multitudinarias contra los decretos de Trump. Son de una envergadura que "no se habían visto desde la Guerra de Vietnam o la lucha por los derechos civiles", aseguró Correa.
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Radiografía de la “nueva” administración de la Casa Blanca
Departamento de Política Internacional del PCV
Especial para TP
Transcurridos los primeros días de controversias tras la toma de posesión de Donald Trump como presidente, el panorama político de EE.UU., lejos de estabilizarse, se ha complicado todavía más, confirmando la existencia de una intensa disputa en ese país entre distintas fracciones de la clase dominante. El comportamiento de Trump no responde por entero al orden establecido desde hace décadas por el régimen bipartidista, lo que provoca tensiones tanto entre los dos partidos como dentro del propio partido republicano, y encontronazos entre diversas partes del aparato institucional de gobierno.
Así, han quedado en evidencia los desacuerdos entre los poderes del Estado acerca del alcance legal de las acciones ejecutivas del presidente, cuyo estilo de gobierno autoritario y personalista ha chocado con los mecanismos de balance y control previstos por el ordenamiento jurídico de EE.UU. Un ejemplo ha sido el decreto presidencial de prohibición de entrada al país de viajeros de siete países de mayoría musulmana, cuya validez fue cuestionada por el personal diplomático profesional del Departamento de Estado, por la secretaria encargada del Departamento de Justicia (inmediatamente destituida por Trump), y por los fiscales generales de varios estados, lo que resultó en una decisión judicial que lo anuló al menos temporalmente.
Pero el escenario en que más claramente se ha puesto en evidencia esta tensión es en el Senado, cuyos debates para la confirmación de los nominados por Trump para ocupar las secretarías del gabinete de gobierno y otros altos cargos, han sido complejos e intensos, con episodios inéditos en la historia política de EE.UU. La duración de los debates de confirmación ha sido inusual, lo que ha demorado la plena asunción del nuevo gobierno hasta extremos nunca antes vistos; de hecho, al iniciar su quinta semana en el cargo, Trump contaba sólo con nueve secretarios confirmados por el Senado, menos que ningún otro presidente estadounidense desde George Washington en 1789.
Otro evento sin precedentes fue el voto de desempate emitido por el vicepresidente Mike Pence como presidente del Senado, tras la imposibilidad de lograr una mayoría republicana favorable a «Betsy» DeVos, la nominada para la Secretaría de Educación. Los senadores demócratas hicieron uso de la palabra de manera ininterrumpida por más de 20 horas tratando de captar un voto republicano adicional para bloquear la confirmación de la multimillonaria y muy impopular nominada, pero al fallar en su intento, se hizo necesaria la presencia de Pence, quien se convirtió así en el primer vicepresidente de toda la historia en ejercer el voto en un debate de este tipo.
Para lograr tal resultado, los republicanos necesitaron asimismo el voto del senador Jeff Sessions, nominado para la Secretaría de Justicia, por lo que su propio debate de confirmación fue pospuesto a fin de que pudiera votar en la confirmación de DeVos. Sessions es otro de los más polémicos nominados de Trump, debido a su historial de actos y declaraciones discriminatorias contra las minorías étnicas y sexuales, que impidió hace 30 años su confirmación como juez federal.
Durante el debate de hace unos días, los senadores demócratas hicieron uso de la transcripción de los documentos e intervenciones que condujeron a que Sessions fuera rechazado en 1986, lo que produjo otra insólita situación: el silenciamiento de una senadora demócrata por orden de la dirigencia republicana, bajo el subterfugio de la supuesta violación de las normas de debate en la cámara alta.
Como vemos, el arranque de la administración Trump ha sido extraordinariamente accidentado. Y en vista del perfil personal y político del resto del equipo de gobierno nominado por el presidente, y en medio de la cada vez más evidente agudización de las tensiones políticas y sociales en el país, es de esperar que las dificultades continúen todavía por algún tiempo antes de que la mayoría republicana en el Senado se imponga definitivamente y logre la confirmación del resto de los nominados.
Continúa el prontuario
George «Sonny» Perdue, Secretario de Agricultura. Ex-gobernador del estado de Georgia por ocho años desde 2003. Inicialmente elegido como demócrata y reelegido luego como republicano tras un polémico cambio de afiliación partidista, Purdue promovió recortes del gasto público, especialmente en educación y salud, y se opuso a las regulaciones de protección ambiental que obstaculizaban las actividades de las corporaciones petroleras. Acusado de comentarios racistas y de deformaciones de la historia de la Guerra Federal que pretendían enmascarar el pasado esclavista de su estado. Veterinario, ha tenido varias empresas del ramo, y es, junto con «Ben» Carson, uno de los menos acaudalados entre los secretarios nominados por Trump. Su confirmación por el Senado sigue pendiente.
Reinhold «Reince» Priebus, Jefe de Gabinete (no necesita confirmación senatorial). Presidente hasta enero del Comité Nacional del Partido Republicano; en su condición de dirigente máximo republicano, criticó a Trump varias veces durante la campaña, pero cambió de posición en las semanas finales antes de la elección. Abogado especializado en derecho corporativo, ha sido representante legal de varias empresas de diverso tamaño. Es considerado un conservador moderado en temas sociales. Su inclusión en el equipo de gobierno de Trump es interpretada como un gesto conciliatorio del presidente hacia el aparato partidista.
Stephen Bannon, Estratega y Consejero principal (no necesita confirmación). Si el moderado Priebus fue incluido para conciliar con el aparato partidista republicano, el ultraderechista Bannon fue incluido como gesto hacia las bases más extremistas del partido y el electorado. Trabajó por años en la gigante financiera Goldman Sachs, donde alcanzó el cargo de vicepresidente ejecutivo; luego creó su propia compañía de banca e inversiones, y se involucró en varias empresas de medios, especialmente cine y entretenimiento digital. Fue uno de los fundadores del sitio web Breitbart News, considerado uno de los principales centros de actividad de la llamada «derecha alternativa», distinguido por la virulencia de sus posiciones ultranacionalistas, racistas, xenofóbicas y sexistas. Durante la campaña electoral, emergió como una de las principales influencias en el ahora presidente Trump, y ha sido co-autor de los discursos y decretos más polémicos de éste. Su nombramiento causó revuelo entre las organizaciones y activistas de derechos humanos.
Mike Pompeo, Director de la Agencia Central de Inteligencia. Capitán retirado del Ejército, abogado y empresario en una compañía de servicios petroleros. Fue diputado en el Congreso por el estado de Kansas desde 2010 hasta su confirmación como director de la CIA hace unos días; se opuso a varias leyes reguladoras de las actividades de las empresas petroleras, y la Ley de Salud a Bajo Costo («Obamacare»). Como miembro del Comité Permanente de Inteligencia del Congreso, fue proponente de la expansión de la vigilancia telefónica y de internet contra los ciudadanos de EE.UU.; fue asimismo uno de los líderes de la investigación contra Edward Snowden, se opuso al cierre de la cárcel ilegal de Guantánamo, y criticó la regulación de las «técnicas especiales de interrogación» (tortura).
Scott Pruitt, Administrador de la Agencia de Protección Ambiental. Fiscal General de Oklahoma desde 2011, cargo desde el que ha luchado contra los derechos reproductivos de las mujeres, contra los derechos de las minorías raciales y sexuales, y contra la plena aplicación en ese estado de la Ley de Salud a Bajo Costo. Especialmente preocupante es su reiterada oposición a la regulación ambiental; en representación de Oklahoma, uno de los estados con mayor actividad petrolera, demandó a la agencia que ahora va a encabezar (EPA) para anular sus planes de energía limpia. Se ha resistido a las investigaciones acerca del impacto ambiental de la extracción petrolera por «fracking» en su estado. Su nominación a la EPA originó la protesta escrita de unos 500 funcionarios activos y retirados de la agencia, y ha sido descrita como el equivalente a poner «al zorro a cuidar el gallinero». Se espera un duro debate antes de su confirmación por el Senado.
Gary Cohn, Director del Consejo Económico Nacional (no requiere confirmación). Durante la campaña electoral, Trump repetidamente acusó a las empresas del sector financiero de explotar a la clase trabajadora; no obstante, entre sus nominados se cuentan varios antiguos ejecutivos bancarios, tres de ellos de la gigantesca corporación Goldman Sachs, incluyendo al multimillonario Cohn, quien renunció a su cargo de Presidente Operativo en esa empresa justo a tiempo para incorporarse al nuevo equipo económico de la Casa Blanca. Ha sido investigado por su participación en nombre de Goldman Sachs en el endeudamiento fraudulento de Grecia, y por violaciones cometidas por esa misma empresa en los meses anteriores a la explosión de la burbuja financiera de 2008. Cohn se ha convertido en el principal consejero de Trump en materias financieras y económicas, y se encuentra trabajando en la reducción de impuestos corporativos, la desregulación de las empresas financieras, y la financiación privada para el nuevo régimen de salud pública que sustituiría al «Obamacare».
General Michael Flynn, Consejero de Seguridad Nacional (no necesitaba confirmación). A pesar de que fue despedido por Trump tras sólo tres semanas de servicio por sus contactos no autorizados con la extrema derecha europea y con el presidente Putin de Rusia, es destacable su perfil. Con experiencia de combate en Grenada, Afganistán e Irak, se especializó en inteligencia militar; tras su retiro fundó una compañía de asesoría, que obtuvo contratos tanto del gobierno estadounidense como del de Turquía y otros. En la tradición de Henry Kissinger con Richard Nixon, Zbigniew Brzezinski con Jimmy Carter y Condolezza Rice con George W. Bush, es considerado un militarista extremista. En 2012 fue nombrado director de la agencia de inteligencia nacional, pero fue destituido al poco tiempo por el presidente Obama por su estilo autoritario y sus desacuerdos con la política oficial hacia Siria. Partidario de acciones militares contra Irán y del endurecimiento de posiciones ante el supuesto «Eje de Corea del Norte, Cuba y Venezuela». Sigue vacante el cargo de Consejero que ocupó.
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Wall Street, los únicos beneficiados con Trump
Mientras medio planeta se asusta con las primeras acciones del presidente Donald Trump, la Bolsa de Nueva York y otros mercados financieros andan de plácemes. ¿Qué tanto durará el entusiasmo?
Wall Street, los únicos beneficiados con Trump Foto: Jorge Restrepo
Desde que Donald Trump ganó la Presidencia de Estados Unidos, la Bolsa de Nueva York, el mayor mercado de valores del mundo, va en ascenso. El pasado 25 de enero, el Dow Jones, su índice industrial, alcanzó por primera vez en su historia 20.000 puntos, lo que significa que ha subido 9 por ciento desde el triunfo del magnate. Otros índices, como el Nasdaq Composite y el S&P 500 también han alcanzado marcas históricas en Wall Street. Desde noviembre pasado, el primero ha subido 8 por ciento y el segundo 6 por ciento, gracias a los valores financieros y energéticos.
Al parecer, los mercados van en contravía del sentir del mundo, que está aterrorizado por las primeras decisiones del presidente en materia económica y política, con las que ha demostrado que los peligrosos anuncios que hizo durante su campaña van en serio.
Pero el entusiasmo de la principal plaza bursátil del mundo y de otros mercados financieros tiene explicación.
Trump prometió bajar impuestos a las grandes empresas y es probable que incluya una cláusula que permita repatriar capitales a una tasa menor. Las dos medidas son muy favorables a las corporaciones, pues permitirán tener más utilidades y repartir mejores dividendos a los accionistas, todo lo cual impulsa el mercado accionario. Por otra parte, el plan de inversión pública para mejorar la infraestructura unido a la voluntad de financiar proyectos para explotar petróleo y gas de esquisto han elevado las expectativas de crecimiento de la economía estadounidense, y eso entusiasma a los inversionistas de Wall Street.
Puede leer: Trump, el magnate con rabo de paja
Un elemento adicional explica la actitud positiva de los mercados. Se trata del tono que mostró la Reserva Federal (el banco central estadounidense) en la reunión más reciente de política monetaria. Los observadores interpretaron que la FED prefiere esperar a que se concreten los anuncios del presidente Trump, antes de elevar las tasas de interés. Y como se sabe, que no suban los intereses se traduce en el corto plazo en mayor combustible para el mercado y en un mayor apetito por las acciones. Los inversionistas ya prácticamente descartaron que en marzo se produzca otro incremento en las tasas, aunque la Reserva Federal había insinuado que subirían más rápido de lo que el mercado había anticipado.
Otra razón para el optimismo en Wall Street tiene que ver con el anuncio del gobierno de revisar la Ley Dodd-Frank, adoptada después del colapso bursátil de 2008 para controlar el mercado financiero, pues el nuevo mandatario norteamericano considera que es un exceso de regulación estatal. Esa noticia es un canto celestial para el sector financiero que ha criticado duramente la norma, pues sostiene que le ha representado enormes costos, de alrededor de 55.000 millones de dólares en los últimos ocho años. De concretarse, ganarán las entidades financieras y eso posiblemente ya se está anticipando en los precios de las acciones.
De eso no dan tanto
Pero la verdad es que los motivos para tanta felicidad podrían no ser duraderos. Para el analista Alberto Bernal, los inversionistas le están dando el beneficio de la duda al nuevo presidente, pues muchos no creen que llegará hasta el límite de empezar una guerra comercial con el mundo. Sin embargo, para el mismo Bernal sí hay un riesgo muy alto de que Trump, con su ideología proteccionista, le dé un golpe mortal a los mercados. Por eso está en desacuerdo con el optimismo de las primeras semanas del año. “Por ahora, hay muchas preguntas abiertas sin respuestas y eso es incertidumbre”, dice.
Cada vez más analistas han comenzado a preocuparse. Algunos de ellos citados por la agencia Bloomberg afirman que el mercado cree que las políticas de Trump harán más para alimentar la inflación que el crecimiento en el corto plazo. “Sospechamos que los mercados pronto estarán descubriendo y digiriendo una mezcla de bajo crecimiento, inflación creciente y política monetaria más estricta”, dijo Charles Himmelberg, de Goldman Sachs Group, citado por Bloomberg.
Esta preocupación se podría estar reflejando en el comportamiento de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, que están ofreciendo a corto y mediano plazo mejores rendimientos que a largo plazo. Es decir, algunos son conscientes de que hay que disfrutar la fiesta hoy, porque sospechan que no se mantendrá por mucho tiempo.
Otros afirman que revisar la Ley Dodd-Frank es un enorme retroceso, pues sería volver al libertinaje financiero que causó la crisis de 2008 y afectó al país entero. En un artículo reciente en el diario El Espectador, el columnista Salomón Kalmanovitz recuerda que esta ley obligó a los bancos a restringir su endeudamiento para hacer inversiones de alto riesgo, a aumentar el capital con que debían responder, prohibió destinar nuevos fondos públicos para salvarlos y creó una agencia federal de protección al consumidor financiero. Anota el columnista que, si cumple su anuncio, el propio Trump estaría renegando de sus compromisos con su electorado, al que le prometió castigar a los banqueros de Wall Street e impedir que sus intereses dominaran en su gobierno.
Por otro lado, no se descarta que las medidas migratorias anunciadas por el nuevo presidente tengan un impacto negativo sobre las empresas tecnológicas. Los gigantes de esta industria cuestionaron la política de la Casa Blanca, pues se estima que un 37 por ciento de los empleados de las grandes corporaciones de este sector son inmigrantes. Un amplio grupo de empresas de Silicon Valley (California), como Apple, Facebook, Google, Intel, Netflix, Airbnb, Microsoft, se sumaron a las demandas judiciales contra la orden ejecutiva de Trump.
Optimismo entre emergentes
Si las apuestas que buscan beneficiarse del triunfo de Trump comienzan a agotarse en Estados Unidos, como se teme, los mercados emergentes podrían sacar partido, pues los inversionistas volverían a traer su dinero.
En este sentido, si bien se pensaba que estos mercados iban a sufrir mucho con la elección del neoyorquino, ahora muestran otra cara. Las monedas, los bonos y las acciones en estos países emergentes, que habían caído en noviembre, se han recuperado, pues los inversionistas piensan que lo peor ya quedó incorporado en los precios. Aunque no todos estén completamente convencidos de ello.
El MSCI Emerging Market, el índice más popular de mercados emergentes, ha avanzado cerca de un 7 por ciento en lo que va del presente año, más del doble de lo que ha aumentado el S&P 500, que agrupa a las mayores empresas de Estados Unidos. También la bolsa china ha registrado aumentos importantes desde la elección de Donald Trump.
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Varios gestores de fondos de inversión, citados por el diario The Wall Street Jounal, señalaron que están viendo buenos retornos en los países emergentes. De hecho, hasta la semana pasada, los fondos habían comprado en acciones de estas economías alrededor de 1.400 millones de dólares. Después de las elecciones en Estados Unidos, los inversionistas habían retirado más de 5.000 millones de dólares de acciones de emergentes, y se habían llevado ese dinero a Estados Unidos, entusiasmados por los anuncios de Trump en materia fiscal.
Este año también ha habido mayor apetito por los bonos de los países de América Latina. Esto, incluso, ha beneficiado a Colombia, pues en enero colocó bonos internacionales por 2.500 millones de dólares, la mayor demanda de la historia de emisiones realizada por la Nación. Incluso, según el Ministerio de Hacienda, los inversionistas querían comprar tres veces más que lo que colocó.
Ahora bien, lo mejor es darle tiempo al tiempo, sobre todo porque no hay que olvidar que con los mercados nunca se sabe. Tan pronto como se entusiasman, decaen. Por eso la fiesta que hoy vive la bolsa en la Gran Manzana podría ser más corta de lo pensado
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¿Conflicto de intereses?: El yerno de Donald Trump oculta sus lazos con George Soros y Goldman Sachs
Publicado: 3 may 2017 16:19 GMT
El marido de Ivanka Trump no reveló a las autoridades su participación en un 'startup vinculado' a los gigantes financieros y préstamos por un valor de 1.000 millones de dólares.
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El asesor y yerno del presidente estadounidense, Jared Kushner, ocultó información sobre sus lazos empresariales que podía revelar un conflicto de intereses, según informa 'The Wall Street Journal'.
Según esta información, el marido de Ivanka Trump tiene negocios con el multimillonario George Soros, con el cofundador del sistema de pagos PayPal, Peter Thiel, y con el banco inversionista Goldman Sachs.
El rotativo desveló que el yerno de Donald Trump posee una participación en la 'startup' Cadre, especializada en proyectos de inversión inmobiliaria, para la cual Soros abrió una línea de crédito por valor de 250 millones de dólares.
El abogado de Kushner, citado por el diario neoyorquino, reconoció que Cadre pertenece a una compañía de su cliente, BFPS Ventures.
En un informe enviado a la Comisión Federal de Bolsa y Valores, Kushner mencionó a esta compañía entre sus activos, pero no mencionó en cambio a la 'startup' inmobiliaria.
Según el 'Wall Street Journal', Kushner ocultó también que mantiene préstamos con diversos acreedores por valor de 1.000 millones de dólares, además de que actúa de garante en otra deuda de más de 300 millones de dólares.
Anteriormente, el periódico informó que la compañía familiar Kushner Companies tomó prestados al menos 50 millones de dólares de Beny Steinmetz, un multimillonario israelí con negocios en el sector del diamante, que está siendo investigado por presuntamente sobornar a funcionarios gubernamentales de Guinea.
foto: El presidente de EE.UU., Donald Trump (izquierda), y su asesor Jared Kushner (derecha).
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