Los diseñadores de armas soviéticos contribuyeron de manera significativa al resultado de la Segunda Guerra Mundial al desarrollar fusiles sencillos pero eficaces para luchar contra los vehículos blindados nazis.
En comparación con la Primera Guerra Mundial, durante la Segunda el papel de los vehículos blindados aumentó significativamente. Sin embargo, aunque en 1941 se fabricaron miles de tanques para las necesidades del Ejército soviético, los militares no tenían suficiente experiencia en su uso y la URSS no había tenido tiempo para desarrollar una industria de mantenimiento de estos vehículos.
En el verano de 1941, los nazis lograron superar al Ejército Rojo en el número de tanques y otros vehículos blindados. Por lo tanto, a principios de julio, Iósif Stalin ordenó crear un arma simple y eficaz para destruir los vehículos blindados de los nazis que además pudiera ser fabricada rápidamente y en masa en condiciones de guerra.
Sencillos pero eficaces
Dos brillantes diseñadores de armas, Vasili Degtiariov y Serguéi Símonov, lograron cumplir este objetivo en 22 días. En agosto de 1941, presentaron los prototipos de dos fusiles antitanque que muy pronto entraron en servicio y empezaron a producirse en masa.
Ambas armas se caracterizaban por un funcionamiento extremadamente sencillo que los soldados aprendían a dominar en unas pocas horas. El fusil antitanque Degtiariov (el PTRD, por sus siglas en ruso) era, además, muy fácil de fabricar y podía producirse en tornos convencionales.
El PTRD, que era capaz de perforar la armadura enemiga a distancias de hasta 500 metros, fue utilizado por los soldados soviéticos para destruir tanques, vehículos blindados, fortificaciones, e incluso aviones en vuelo bajo.
Entre 1941 y 1942 demostró su eficacia en varias ocasiones, incluida la histórica batalla de Moscú, que terminó con una estratégica victoria soviética.
En los informes y memorias, los líderes militares nazis señalaban los numerosos problemas que les causó el PTRD. Aunque ese fusil no podía detener el tanque de un solo disparo, la probabilidad de que diera en el objetivo era casi del 100%.
A su vez, el fusil antitanque Símonov (PTRS) era más pesado y más difícil de fabricar que el PTRD, pero lo superaba en la cantidad de disparos por minuto, lo que a veces tenía una importancia crítica.
Entre 1941 y 1942, los fusiles Degtiariov y Símonov se convirtieron en la forma más barata para derrotar a los vehículos blindados enemigos.
Luchar por todos los medios
Maxim Popenker, el creador de la enciclopedia en línea de armas pequeñas de los siglos XX y XXI, ha explicado a RT que hasta 1943 la URSS necesitaba luchar por todos los medios contra los vehículos blindados nazis, y durante varios meses no había alternativa más eficaz que los fusiles antitanque.
Estas armas les daban a los soldados soviéticos "al menos alguna oportunidad" de destruir los tanques enemigos en la distancia y, a pesar de sus defectos, "sin duda ayudaron a detener la ofensiva alemana", ha detallado.
En la misma línea, el editor en jefe de la revista armamentística 'Kaláshnikov', Mijaíl Degtiariov, destaca el papel crucial de estas armas en la etapa inicial de la guerra, cuando de su uso dependía el resultado de la batalla. Al final de la guerra, su importancia disminuyó porque la coraza de los tanques se hizo más resistente.