El presidente Mauricio Macri, reunido con “los capos” de la Iberoamérica liberal, volvió a inmiscuirse en el conflicto docente al sostener que el sistema educativo argentino está en crisis. En ese marco, responsabilizó a los sindicatos de maestros de dicha situación porque se valen del “pequeño nicho de poder” que tienen y lo ejercen “en forma mafiosa” para privilegiar sus intereses e impedir el cambio que su gobierno promueve. La respuesta docente no se hizo esperar (ver página 9).
Macri lanzó sus críticas mientras participaba de la cumbre de la Fundación Círculo Montevideo, que aglutina a ex presidentes de neto corte liberal como Ricardo Lagos de Chile, Julio María Sanguinetti (Uruguay), Fernando Henrique Cardoso (Brasil) y español Felipe González. En ese encuentro, Macri bautizó a los ex mandatarios como “los capos” que gobernaron bien. La reunión se desarrolló en los salones del Hotel Sheraton del porteño barrio de Retiro.
Durante su exposición, Macri indicó que el sistema educativo necesita “animarse a los cambios” pero advirtió que “hay un grupo que se resiste, privilegiando sus intereses personales, su pequeño nicho de poder, hasta ejercido a veces de forma mafiosa; y a la mayoría le da miedo el cambio”, dijo en referencia a los gremios docentes.
La crítica caracterización la realizó luego de que los gremios docentes de la provincia de Buenos Aires anunciaran que hoy realizarán una nueva protesta. Pero al mismo tiempo, la frase lleva consigo una importante carga negativa, sobre todo si se considera que la dijo durante el panel de apertura del cónclave que se título “La sociedad abierta y sus enemigos”.
A su turno, los ex presidentes respaldaron la administración macrista. Por caso, Sanguinetti dijo sentirse “feliz” porque había regresado a una Argentina donde no debía “defender la libertad de prensa”. El uruguayo dijo, además, en obvia referencia a los gobiernos kirchneristas, que “la Argentina ha cambiado hoy los nubarrones y tormentas que la rodeaban hasta hace un tiempo”. Es más, se mostró confiado en que Macri pueda “construir una sociedad que se incorpore a la civilización científica y tecnológica y, al mismo tiempo conserve principios como la libertad y Estado de Derecho”.
Cardoso concentró su discurso en el contexto internacional al que calificó de “desconcertante” a partir de la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos y, en ese escenario, consideró que “la relación entre Brasil y Argentina puede ayudar, agregando a México y a los países del Pacífico”.
El chileno Lagos, quien en sus orígenes supo ser socialista, indicó que el mayor desafío del gobierno de Macri “es el nivel de pobreza del 30 por ciento” y, dirigiéndose al presidente argentino, le dijo que “a usted lo van a juzgar por su capacidad de reducir ese 30 por ciento”.
En esto de buscar los enemigos de la libertad, el español González, otro que arrancó en el socialismo, se refirió exclusivamente a Venezuela. Histórico aliado de la oposición venezolana golpista, el ex mandatario ibérico insistió con “ayudar” a ese país porque “no queda mucho tiempo”. No abundó en detalles sobre lo que estaría por terminar y pidió que el presidente Nicolás Maduro “cumpla su Constitución, la suya, la actual, una regla de juego elemental, de respeto a la división de poderes, a la Asamblea, y ya está recorrida la mitad del camino”.