Cristina Fernández de Kirchner convocó a toda la oposición a “construir la unidad para frenar” a la política económica del gobierno nacional y evitó dar definiciones acerca de si estará o no en una boleta en las elecciones de este año. “Si es necesario que yo sea candidata para tener mayor cantidad de votos, lo soy. Si hay otro candidato o candidata que puede garantizar el triunfo y ganar y además cuando se sienten en las bancas voten lo que hay que votar, bienvenidos sean. No es Cristina o nada, es la necesidad de construir una propuesta de cara a la sociedad que garantice que se van a poner limites a esto”, dijo la ex presidenta en una entrevista con los periodistas Gustavo Sylvestre, Víctor Hugo Morales, Roberto Navarro y Daniela Ballester.
Además, aseguró que ella va a sentarse a hablar “con todos” y no descartó un acuerdo con Florencio Randazzo, que hoy se propone como una alternativa dentro del peronismo. “Lo que es fundamental es construir de cara a la sociedad una propuesta en la que la gente vea que esos dirigentes van a defender sus intereses”, dijo. Además, aseveró que su figura no va a representar un “obstáculo” a la hora de negociar una propuesta unificada. A lo largo de una hora y media, CFK también habló de la situación económica, del Poder Judicial, de la prisión de Milagro Sala, el fallo de la Corte por el 2x1 y la crisis brasileña, entre otros temas.
La entrevista significó la reaparición pública de Fernández de Kirchner después del regreso de su viaje por Europa y también su primer mensaje político desde que decidió asumir el protagonismo de la campaña peronista en la provincia de Buenos Aires, luego de varios idas y vueltas. Eso explica la expectativa que despertó en la previa tanto dentro del peronismo, tanto propios como adversarios internos, como en el resto del espectro partidario. Hoy, desde el PRO hasta el flamante espacio que comparten Sergio Massa y Margarita Stolbizer, pasando por el sector del justicialismo que apoya a Florencio Randazzo, espera definiciones de la ex mandataria para hacer sus propias movidas en el ajedrez electoral.
Desde el comienzo de la entrevista, Fernández de Kirchner dio pistas sobre cuál será su posicionamiento, aunque evitó dar una definición precisa para dejar las puertas abiertas a la hora de sentarse a negociar: “Me siento con la responsabilidad histórica de convocar al reagrupamiento del campo nacional, popular, democrático, para juntar a las fuerzas que permitan ayudar a que esto no se desmadre”, aseguró. Además, aseguró que existe “una estrategia por parte de la derecha” para provocar divisiones en los sectores de la oposición. “No voy a formar parte de ninguna estrategia que juegue a dividir”, aseguró.
“Está claro que después de todos los honores que me confirió el pueblo argentino no estoy en esto para ser candidata a senadora. Nadie puede suponer que estoy atrás de un cargo. Pero hay responsabilidades históricas. Hay que construir la unidad porque esta gente ha pivoteado sobre la falta de unidad. Yo siento la obligación de unir lo mas que se pueda para poner un freno”, insistió. Luego, consultada puntualmente por Randazzo, sostuvo: “Si la mayoría de los compañeros creen que hay otro candidato que es mejor, no voy a pelear con nadie”.
Sin embargo, la ex mandataria hizo énfasis en más de un pasaje de la nota respecto a la necesidad de garantizar el “compromiso de que a los hombres y mujeres que se presenten por esa propuesta no los corran con cuatro tapas de diario o cinco carpetas” para que los legisladores que sean electos “se sienten en las bancas y no se asusten” ante los aprietes mediáticos o judiciales. “Yo creo que si hacemos un gran esfuerzo y construimos una propuesta con gente que sea creíble al conjunto de la sociedad, que esos hombres y mujeres se van a sentar en sus bancas y van a votar lo que tienen que votar aunque el gobierno amenace, aunque el gobierno haga escuchas, en ese caso se puede conformar una mayoría”, agregó.
"Nadie puede suponer que estoy atrás de un cargo. Pero hay responsabilidades históricas. Hay que construir la unidad."
Para la ex mandataria, a partir de estas elecciones “tiene que haber un control muy fuerte de la ciudadanía sobre lo que hacen los representantes en las bancas”. En ese sentido, dijo que su “autocrítica” fue que “el Frente para la Victoria” no ha estado a la altura de las circunstancias en lo que hace a votar leyes que perjudicaron al pueblo”, y sostuvo que “alguien va a tener que dar cuenta” de las consecuencias que tendrán decisiones como la llamada reparación histórica de los jubilados o la toma de deuda, que fueron aprobadas en el Congreso con el apoyo de sectores del peronismo.
De todas formas, a pesar de la crítica buscó bajar el tono a la confrontación interna. Consultada sobre si consideraba “traidores” a quienes votaron en ese sentido, CFK dijo que “traicionar es una palabra muy fuerte” y que prefería decir que hubo dirigentes que “no estuvieron a la altura de la circunstancias, de lo que la gente esperaba de ellos” aunque se cuidó de atribuir esas decisiones a la malicia. “Tal vez ellos creían que los defendían mejor de esa manera, tal vez pensaron que era lo mejor y ahora se den cuenta que no estaba tan bien”, analizó. Pero también agregó que “a esta altura de las circunstancias no hay lugar para esos errores” porque “la sociedad argentina quiere dirigentes que se hagan cargo de las cosas que pasan”.
Luego, lanzó la pelota al campo de Randazzo y quienes buscan construir una alternativa dentro del peronismo: Nunca he hecho como dirigente político lo que quiero, lo que tengo ganas. Siempre he hecho lo que he debido. Pero no basta con que una persona haga lo que debe. Son todos y todas los que conforman esa fuerza política que deben hacer lo que deben hacer”, apuntó. Mientras la nota se desarrollaba, los WhatsApp de intendentes, legisladores y otros dirigentes tomaban calor al ritmo de los mensajes cruzados, comentando el contenido de la entrevista y las posibles implicancias de las palabras de Fernández de Kirchner a un mes del cierre de listas.
"Tiene que haber un control muy fuerte de la ciudadanía sobre lo que hacen los representantes en las bancas del Congreso."
La emisión se realizó en vivo desde el petit hotel donde funciona el Instituto Patria, la usina que armó la ex presidenta después de haber dejado el poder en diciembre de 2015. Hasta allí se acercaron los periodistas Victor Hugo Morales, Roberto Navarro, Gustavo Sylvestre y Daniela Ballester, elegidos para conducir el reportaje. En contraste con lo que sucedía afuera, donde había más de mil personas, la cantidad de gente en el set improvisado para realizar la entrevista se mantuvo al mínimo. Desde la tarde, en la puerta, habían concentrado militantes y simpatizantes, a pesar de las inclemencias del tiempo.
La militancia interrumpió el tránsito en la calle Rodríguez Peña y fue desbordándose hacia la Plaza Congreso. Algunos llegaron en grupos identificados con banderas y remeras, otros eran sueltos y curiosos que respondieron a la convocatoria que circuló los últimos días en las redes. En un escenario montado a propósito, una serie de números musicales amenizó la espera. Dos pantallas gigantes transmitieron la entrevista para las más de mil personas que siguieron las palabras de CFK con atención, celebrando sus declaraciones con gritos y aplausos. Después de la entrevista, como hacía en los “patios militantes” de Casa Rosada, salió a hablar con los que la habían esperado por horas debajo de la garúa.
Respecto al motivo por el cual el peronismo fue derrotado en 2015, la ex presidenta en la entrevista atribuyó ese resultado electoral a las falsas promesas de campaña que realizó Mauricio Macri. “El gobierno ha roto el contrato electoral. Está protagonizando una formidable estafa electoral. No solamente no están cumpliendo sus promesas, también hacen todo lo contrario a lo que dijeron que iban a hacer”, sostuvo Fernández de Kirchner, para quien “cuando uno va a elecciones hay un contrato entre el pueblo que vota y el dirigente” y que constituye “un contrato electoral”.
En ese sentido, recordó que el Presidente “en el debate” había dicho “que no iba a ver devaluación, no iba a ver tarifazo” y “en los spots” había prometido “que los docentes iban a ser bien pagos, que la inflación era fácil de bajar, y que habría pobreza cero”. También, agregó, Macri sostuvo que “nadie iba a ser perseguido” si llegaba a la Casa Rosada. Ahora, compartió, “los que se oponen al gobierno se convierten en parias”, “la inflación se ha duplicado”, e hicieron “una devaluación que dijeron que no se iba a trasladar a los precios”, como finalmente terminó sucediendo.
Consultada acerca de las propuestas que tenía para solucionar la situación económica y social, propuso decretar una emergencia alimentaria, una emergencia tarifaria, una emergencia laboral y una emergencia farmacológica. “El sentido de la emergencia en términos jurídicos es tomar medidas que afecten intereses y que no se vuelvan materia judiciable”, explicó. También propuso “restituir urgente precios cuidados” e “intervenir toda la cadena de valor”. Para la ex mandataria, el rol del estado es “intervenir no en contra de los poderosos” sino “a favor de los que más necesitan” para “equilibrar la balanza”.