Hanói podría convertirse en un jugador clave en el tablero de la geopolítica internacional y formar parte de la presión que ejerce Washington en el sudeste de Asia con vistas a neutralizar la influencia de Pekín en el mar de la China Meridional, estima la periodista Nyshka Chandran de la cadena estadounidense CNBC.
Este miércoles, el máximo mandatario de Vietnam, Nguyen Xuan Phuc, será el primer líder de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés) en visitar la Casa Blanca desde que Donald Trump preside Estados Unidos.
Vietnam "se encuentra en una posición muy interesante" y Trump podría ver a ese país como un potencial oponente a China en el área en disputa, debido a que Hanói mantiene una fuerte oposición contra las actividades de Pekín en esas aguas, explica el vicepresidente de análisis estratégico de la empresa de estudio geopolítico Stratfor Stratfor, Rodger Baker.
Una relación estratégica
Por su parte, Jonathan Stromseth, miembro principal del centro de investigación Brookings, opina que la visita del primer ministro vietnamita a Washington "da un impulso a la relación entre EE.UU. y Vietnam, que se mueve en una dirección cada vez más estratégica".
Tanto es así, que ambos aliados ya han iniciado una serie de intercambios militares bilaterales que podrían levantar recelo en Pekín. "En la última semana, Washington entregó pequeños buques a la guardia costera vietnamita, han realizado visitas de intercambio navales y EE.UU. ha dejado de aplicar ciertas restricciones a las exportaciones de armas a Vietnam", apunta Baker, quien prevé que esta cooperación militar continúe.
Sin embargo, Vietnam no es el único aliado de EE.UU. en la ASEAN: en abril, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, visitó Indonesia; Donald Trump ha telefoneado a varios líderes de esta organización —incluido el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte— y el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, ha recibido a los ministros de Relaciones Exteriores de ese colectivo en Washington.
Según Stromseth, estas acciones por parte de la Casa Blanca con algunos de los protagonistas del mar de la China Meridional podrían "fomentar condiciones que permitan un compromiso multilateral constructivo en la zona Asia-Pacífico" y "ayudar a mitigar la rivalidad estratégica entre Washington y Pekín a largo plazo".