Según un artículo de 'The National Interest', una eventual explosión de un arma tan poderosa afectaría a varios países de la región, incluyendo a EE.UU.
En un artículo publicado por la revista 'The National Interest', Bracken destaca que una bomba de hidrógeno (o bomba de fusión) es mucho más poderosa que las armas de fisión nuclear que hasta ahora ha probado Corea del Norte. También se trata de un arma mucho más compleja tecnológicamente, que tomó a EE.UU. 7 años en desarrollarla y 3 años a China (incluso sin el apoyo científico de la Unión Soviética).
Según el experto, de conseguir esta bomba, Corea del Norte se convertiría en el primer país que no integra el Tratado de No Proliferación Nuclear (China, EE.UU., Francia, Reino Unido y Rusia) que la posea. Este hecho sería tratado como un verdadero logro para el país asiático y le otorgaría fuerza al régimen de Pionyang.
Un cambio en el panorama político internacional
Una bomba de hidrógeno en manos de Corea del Norte cambiaría el panorama político internacional y obligaría a replantear las estrategias sancionatorias, el bloqueo y la guerra financiera contra ese país. "Nadie iría muy lejos para presionar al régimen" de Pionyang, considera al analista y destaca que esta situación cambiaría cualquier plan para atacar a este país con "ataques convencionales".
La falta de experiencia en el manejo de este tipo de armas representa un factor adicional que aumenta el riesgo en la región del noreste asiático, destaca el profesor. El enorme radio de destrucción que posee esta bomba, haría que el material radioactivo de una eventual explosión afecte seriamente no solo a Corea del Norte, sino a otros países como Japón, Corea del Sur, Rusia y el mismo EE.UU.