99 años de la Revolución Proletaria de Octubre (1917-2016)
Por: Wladimir Abreu. Especial para TP
Una gran parte de las conquistas y avances políticos y sociales del mundo actual, son consecuencia directa de la Revolución Bolchevique del 7 de noviembre de 1917 (según el calendario gregoriano, y 25 de octubre en el viejo calendario juliano, de ahí el nombre de Revolución de Octubre). Los efectos del Octubre Rojo incidieron de manera profunda, concreta y directa al mundo de su tiempo y por las décadas siguientes.
Poco más de 30 años después de la Gran Revolución Socialista de Octubre, un tercio de la humanidad caminaba bajo las banderas que los bolcheviques alzaron desde el Palacio de Invierno; la organización de la mayoría de los Partidos políticos modernos –y particularmente de los Comunistas–siguen los parámetros trazados por Lenin; todo movimiento revolucionario y emancipador, a pesar de matices, fijaban sus líneas en el marco de referencias históricas nacidas de la Revolución Bolchevique.
Desde 1917 hasta el triunfo –históricamente transitorio– de la contrarrevolución que en 1991 truncó el experimento socialista, durante casi todo el siglo XX, a despecho de trotskistas y ultraizquierdistas, la Unión Soviética y el campo socialista, con virtudes y defectos, constituyeron la genuina representación del esfuerzo del proletariado internacional en la lucha contra el orden capitalista. Y aun, como es natural, el capital internacional siente horror ante la perspectiva de la revolución proletaria mundial como desenlace de la lucha de clases.
La derrota del fascismo, la descolonización del tercer mundo, la emancipación de la mujer “y su vuelta a la condición humana” perdida desde la primera división social del trabajo, la seguridad social y el “estado de bienestar”, la jornada de 8 horas, el mapa-mundo como hoy lo conocemos, son consecuencia directa de la Revolución Bolchevique.
¿Pudo salvarse la experiencia socialista soviética y de Europa oriental? responder pudiera considerarse un esfuerzo de especulación histórica, pero debemos acometer su estudio a profundidad; debemos evitar la simple imitación del modelo soviético y descifrar las características actuales sistema capitalista.
El heroico esfuerzo de pueblo soviético por construir un mundo mejor no puede ser desdeñado, son innegables e irrefutables sus logros económico-sociales y científico-técnicos.
La URSS fue hija de las condiciones materiales de la atrasada Rusia Zarista y semi-feudal, el pequeño proletariado ruso y las masas campesinas debieron acometer un titánico esfuerzo por desarrollar e industrializar el país, y construir el Socialismo en las más adversas condiciones posibles. Los bolcheviques se vieron en la misma disyuntiva que los Comuneros parisinos de 1871, aislados y acosados, con el fusil en la mano y detrás de la barricada, la opción era rendirse o luchar hasta el final; Lenin y los bolcheviques, igual que los valientes comuneros, escogieron luchar.