“Que se doble pero que no se rompa”, reza un viejo dicho que, en política, siempre se ha aplicado al radicalismo. El centenario partido tiene una historia de luchas intestinas donde la sangre rara vez llega al río.
En ese punto, se diferencia del peronismo que tiene un sentido de la oportunidad y el oportunismo marcado y hace que cada ruptura pueda ser el prólogo a una reunificación. Como se dijo alguna vez, “traidores” y “leales” pueden ser todos al mismo tiempo.
La frase inicial parece entrar ahora en la liturgia de Cambiemos. Así, ese sábado, luego de las tensiones que tuvieron lugar en la semana que pasó, el oficialismo salió a ratificar su unidad electoral en camino hacia el 2019.
En un encuentro de la juventud de ese espacio político, que tuvo lugar en Quilmes, los referentes del macrismo y del radicalismo se mostraron juntos para ratificar la unidad del espacio.
Junto a Alfredo Cornejo, el mendocino titular de la UCR, estuvieron presentes figuras del gabinete nacional como Marcos Peña, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y la de Seguridad, Patricia Bullrich. El mensaje fue claramente unitario.
Así, Cornejo disparó “la Argentina necesita que seamos menos PRO, menos Coalición Cívica, menos UCR y más Cambiemos". Por su parte, Peña agregó que en 2015 el que triunfó “fue Cambiemos”, no el PRO o la UCR. “Nos unimos por pedido de la gente", agregó.
Es preciso agregar que también se unieron por debilidad política. El macrismo no tenía asidero real más allá de la capital y la UCR, como ocurre desde hace más de una década, carecía de candidato con proyección nacional. Junto al apoyo del espacio de Carrió, se formó lo que fue llamado el “partido del balotaje”, es decir una fuerza que solo puede imponerse en segunda vuelta y como resultado de la lógica del mal menor. Bastante menos que el relato de Peña y Cornejo.
Roces y acuerdos
El encuentro y las mutuas muestras de “afecto” llegan después de una semana en la que afloraron los roces por la cuestión de los tarifazos en los servicios públicos.
Mientras el macrismo sostuvo la necesidad de mantener las siderales subas, desde el radicalismo y la CC hubo cuestionamientos. En el caso del radicalismo, las críticas de su titular golpearon de lleno en el ministro de Energía, Juan José Aranguren. En el caso de la fuerza que lidera Carrió se había anunciado un pedido de informe a Marcos Peña sobre las subas y los beneficios que lograron las empresas.
Las críticas de la UCR y la CC no pueden entenderse por fuera del enorme malestar social que recorre el país por las subas en los servicios. Como ya se informó en este medio, en algunos casos ha habido aumentos de hasta 1600 % desde la asunción de Cambiemos.
Ese descontento fue el que empujó a la oposición a unirse en el intento de realizar una sesión especial contra los tarifazos. Allí pudo verse, posando de opositores, a los integrantes del Bloque Justicialista que en diciembre pasado permitieron que se votara la llamada reforma previsional.
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En el interior del oficialismo, esas tensiones se resolvieron finalmente el jueves. Ese día una reunión en Casa Rosada que contó con la presencia de la plana mayor del radicalismo y la CC terminó avalando una medida que constituye una ratificación explícita del tarifazo.
La “solución” de Cambiemos al descontento social fue ratificar las subas siderales al tiempo que establecer que las tarifas de los meses de mayor consumo puedan ser pagadas en cuotas con intereses. Una verdadera burla, como lo definió el diputado de la izquierda Nicolás del Caño.
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La esperanza y la realidad
“Queremos ganar y demostrar que podemos ser un buen gobierno", dijo este sábado Peña en relación al 2019.
La posibilidad de un triunfo oficialista en las elecciones del año próximo no aparece para nada clara todavía. Tiene a su favor, como ocurre desde hace tiempo, la enorme división del peronismo. Al mismo tiempo tiene la complacencia de la dirigencia sindical que no se digna a llamar a medida alguna contra el ajuste en curso.
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Este sábado se conoció una encuesta del Grupo de Opinión Pública. En la misma uno de los datos llamativos es que tanto las figuras de Macri como de la gobernadora Vidal decrecen en cuanto a simpatía.
Ante la pregunta “¿Quién le gustaría que fuera su candidato?”, la respuesta por el presidente o la gobernadora bajan en relación a febrero. Lo mismo ocurre en el caso de figuras de la oposición peronista. El dato es que crece el No sabe/No contesta.
Si de medir la simpatía hacia el oficialismo se trata no puede dejar de soslayarse el efecto de las políticas de ajuste. Apenas han pasado 4 meses del enorme sacudón político que significó la votación de la reforma previsional en un Congreso militarizado.
Ahora, como queda en evidencia, la insistencia en el tarifazo comienza a convertirse en el puntal de una nueva coyuntura política donde la imagen del oficialismo puede aún caer más.
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Ayer, en una parte de su mensaje, Marcos Peña afirmó que "la mentira tiene un límite, los argentinos no se dejan robar más". La frase, apuntada contra el anterior oficialismo, podría empezar a ser una vara para que Cambiemos mida su propia situación.