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PANEL DE BARILOCHENSE: LOS SANTOS DEL APOCALIPSIS ANTES DEL REGRESO DE CRISTO
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Damarit Espinoza  (Mensaje original) Enviado: 12/02/2022 17:58

LOS SANTOS DE CRISTO DEL SABADO SEPTIMO DIA LA SANTA BIBLIA CUANDO CAEN LAS PLAGAS DEL APOCALIPSIS 16: 2El primero fue y derramó su copa sobre la tierra; y sobrevino una úlcera maligna y perniciosa a los hombres que llevaban la marca de la Bestia y adoraban su imagen.Las plagas que cayeron sobre Egipto cuando Dios estaba por libertar a Israel fueron de índole análoga a los juicios más terribles extensos que caerán sobre el mundo inmediatamente antes del regreso de Cristo por segunda vez de la liberación final del pueblo de Dios Israel espiritual .Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia , para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. Apocalipsis 13:15. EEUU Y SUS ALIADOS. MUNDIALES  JUNTO AL PAPADO los hombres importantes de la tierra consultaban entre sí, Satanás y sus ángeles estaban atareados en torno de ellos. Vi un edicto del que se repartieron ejemplares por distintas partes de la tierra, el cual ordenaba que si dentro de determinado plazo no renunciaban los santos DE CRISTO  a su fe peculiar y prescindían del sábado SEPTIMO DIA  para observar el primer día de la semana DOMINGO , quedaría la gente en libertad para matarlos.

Semejante a Cristo en carácter en la ley del Sinaí su sello .Apocalipsis 7: 2 Luego vi a otro Angel que subía del Oriente y tenía el sello de Dios vivo; y gritó con fuerte voz a los cuatro Angeles a quienes se había encomendado causar daño a la tierra y al mar:

3 «No causéis daño ni a la tierra ni

 al mar ni a los árboles, hasta que

 marquemos con el sello la frente

 de los siervos de nuestro


 Dios.»cap14:7cap14:12cap12 .

El sello del Dios viviente solo será colocado sobre los que son semejantes a Cristo en carácter.—

Los que reciban el sello del Dios vivo y sean protegidos en el tiempo de angustia cuando las plagas caen sobre el mundo los que tengan la marca de la bestia y su imagen , deben reflejar plenamente la imagen de Jesús .—

El sello de Dios no será nunca puesto en la frente de un hombre o una mujer que sean impuros que pecan . Nunca será puesto sobre la frente de seres humanos ambiciosos y amadores del mundo . Nunca será puesto sobre la frente de hombres y mujeres de corazón falso o engañoso. Todos los que reciban el sello deberán estar sin mancha delante de Dios y ser candidatos para el cielo.—

El amor se expresa en la obediencia, y el amor perfecto echa fuera el temor. Los que aman a Dios, tienen el sello de Dios en la frente, y obran las obras de Dios.—

Los que venzan el mundo, la carne y el diablo, serán los favorecidos que recibirán el sello del Dios vivo.—

¿Estamos luchando con todas las facultades que Dios nos dio para alcanzar la medida de la estatura de hombres y mujeres en Cristo? ¿Estamos procurando su plenitud, conquistando una altura cada vez mayor, en procura de la perfección de su carácter? Cuando los siervos de Dios alcancen este punto, serán sellados en sus frentes. El ángel registrador declarará: “Consumado es”. Serán completos en él los que le pertenezcan por creación y por redención.


Se le concedió hacer la guerra a los santos y vencerlos; se le concedió poderío sobre toda raza, pueblo, lengua y nación.Apoc .13:7
Daniel 7:
[V.21-> Hacía guerra contra los santos. Este cuerno pequeño representaba un poder perseguidor papado  que llevaba a cabo una campaña de exterminio contra el pueblo de Dios (ver com. Dan 7:25). Los vencía. Durante largos siglos (ver com. Dan 7:25) los santos parecían indefensos ante esa fuerza destructora. ] 

Apocalipsis (de Juan) 13-> Ver. 7
[V.7-> Guerra contra los santos. Este lenguaje es casi idéntico al de Dan 7:21 : “Este mismo cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía”. En cuanto al cumplimiento de esta predicción, ver com. Dan 7:25. Sobre toda tribu. Una referencia a su campo de acción. Se aplica al apogeo del papado, posiblemente durante la Edad Media, cuando ejerció su dominio casi absoluto sobre Europa (ver Nota Adicional de Dan. 7), pero especialmente en el futuro, cuando resurgirá más plenamente el poder del papado exterminando al remanente de Cristo antes de su segunda venida (ver com. Ap 13:3; Ap 17:8)
. ] 

Apocalipsis 17-> Ver. La Bestia que has visto, era y ya no es; y va a subir del Abismo pero camina hacia su destrucción. Los habitantes de la tierra, cuyo nombre no fue inscrito desde la creación del mundo en el libro de la vida, se maravillarán al ver que la Bestia era y ya no es, pero que reaparecerá.
[V.8-> La bestia que has visto papado . Esto es, la bestia del Ap 17:3. A Juan no se le mostró la bestia en su estado que “era” o en que “no es”; sino cuando resurgió después del período en que “no es”; sin embargo, el ángel repasa brevemente las etapas pasadas de este ser espantoso con el propósito de identificar a la bestia tal como la vio Juan (ver com. Ap 17:8-11). En la introducción de la visión (Ap 17:1-2) y en la visión (Ap 17:3-6), la atención de Juan se dirigió casi exclusivamente a la mujer; la bestia se menciona sólo de paso. En el texto griego de los Ap 17:1-6, según el texto de Nestle, se dedican 102 palabras a la mujer y sólo 12 a la bestia; pero en la explicación puede sugerir que aunque el tema anunciado de la visión es la sentencia divina pronunciada contra la Babilonia simbólica, y que aunque ella es el personaje principal en los acontecimientos descritos por la visión, su breve triunfo y repentina caída solo pueden entenderse mediante un estudio cuidadoso de la contribución hecha por la bestia, tanto en el éxito transitorio de la mujer como también en su derrota final. Era, y no es. En algún momento del pasado la bestia había estado activa, pero después desapareció. Esta expresión se repite al final del Ap 17:8 y de nuevo en el Ap 17:11. Algunos identifican el período en que la bestia “era” con el de la Roma pagana; el período en que “no es”, con el breve intervalo entre el fin de la persecución pagana y el comienzo de la persecución papal, y el período “y será”, con el de la Roma Papal. Otros hacen equivaler el período en que “era”, con el representado por la bestia y sus siete cabezas; el período en que “no es”, con el intervalo entre la herida de la séptima cabeza y el resurgimiento de la bestia como “la octava”. Los que sostienen la primera opinión hace equivaler el período en que la bestia “era”, con el dragón del cap. 12, mientras que los que sostienen el último punto de vista incluyen también la bestia semejante a un leopardo del cap. 13. El tiempo presente “no es” recalca la secuencia temporal. Está para subir. El ángel aún está hablando de la carrera de la bestia antes de su surgimiento desde el fondo del “abismo”. Cuando Juan vio esta bestia en visión, ya había descendido del “abismo”. Cuando la expresión “era, y no es” se repite al final del ver. 8, sigue inmediatamente la frase “y será”, que se halla en lugar de las palabras “está para subir del abismo”, las cuales se usan antes en este mismo versículo (ver com. “y será”). Por lo tanto, la bestia “será” cuando ascienda del “abismo”. Las palabras de la triple secuencia del Ap 17:11 que podemos comparar con “será”, son: “es también el octavo”. Por lo tanto, cuando la bestia suba “del abismo”, “será”, existirá como “el octavo”, literalmente “un octavo”. En el Ap 17:8 la bestia irá a “perdición” después de que ascienda del “abismo” y exista como “el octavo” durante un período que no se especifica. Cuando la bestia exista otra vez como “el octavo”, “los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la de la vida, función del mundo en el libro se asombrarán viendo la bestia”. Se hace una declaración muy similar en el Ap 13:3; Ap 13:8 (cf. Ap 17:4) en cuanto a la actitud del mundo con la bestia de ese capítulo cuando se curó su herida de muerte: “Se maravilló toda la tierra en pos de la bestia... Y la adoraron todos los moradores de la tierra, cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo”. Si el cap. 13 se refiere al mismo acontecimiento del Ap 17:8, quiere decir que la declaración “su herida mortal fue sanada” (Ap 13:3) equivale a la expresión 867 “está para subir del abismo” (Ap 17:8; Ap 20:3; Ap 20:7); “vivió” (Ap 13:14), equivale a las expresiones “y será” y “es también el octavo” (Ap 17:8; Ap 17:11); la herida de la cabeza (Ap 13:3), ir “en cautividad” y la “herida de espada” (Ap 13:10; Ap 13:14) tendrían su equivalente en el descenso de la bestia al “abismo” (Ap 17:8); y la “muerte” (Ap 13:3) equivaldría a la fase del “abismo” en el caso de la bestia. Las similitudes que aquí se destacan tienden a identifica a identificar la séptima cabeza de la bestia con la cabeza papal (ver com. Ap 17:9-10); sin embargo, esta semejanza no prueba necesariamente la identidad. En cuanto a la relación con la bestia del cap. 17 con la del cap. 13, ver com. Ap 17:13. Abismo. Gr. abússos, un espacio vasto, que no se puede medir (ver com. Mar 5:10; Ap 9:1). En la LXX se refiere generalmente a las profundidades del mar o a aguas subterráneas. En Sal 71:20 (LXX), y en Rom 10:7 se refiere al mundo subterráneo o lugar de los muertos, comúnmente llamado Hades (ver com. Mat 11:23; cf. com. 2Sa 12:23; Pro 15:11; Isa 14:9). El descenso al “abismo”, sería pues, un término adecuado para representar la muerte de una bestia que parecía haber sido muerta. Perdición. Gr. apōleia, “completa destrucción”, “aniquilamiento” (ver com. Jn 17:12). Indica cl fin absoluto de la bestia (cf Ap 17:11; ver com. Ap 19:20; Ap 20:10). Los moradores. Aquellos sobre los cuales la “ramera... está sentada” (Ap 17:1) y “se han embriagado con el vino de su fornicación” (Ap 17:2). Cf. Ap 13:3-4; Ap 13:7-8; Ap 13:12; Ap 13:14; ver com. Ap 17:1-2. No están escritos. O no están en la lista de quienes Dios aceptó como candidatos para su reino. Desde la fundación. Puede entenderse que los nombres que aparecen en el libro de la vida has estado escritos allí desde “la fundación del mundo”, o simplemente que el libro ha existido desde ese tiempo. Aquí debe entenderse lo segundo. Cf. com. Ap 13:8. Libro de la vida. Ver com. Fil 4:3. Se asombrarán. Gr. thaumázō, “estar asombrado”, “maravillarse” (ver com. Ap 17:6). Los moradores de la tierra se sorprenden mucho cuando observan que la bestia que habían visto descender al “abismo” (Ap 17:8), se recupera y emprende nuevamente sus actividades anteriores. Al principio “se asombrarán”, y luego la adorarán (Ap 13:3-4; Ap 13:8; Ap 13:12; Ap 13:14), es decir, le prestarán su apoyo voluntario para que siga adelante con sus planes blasfemos. Respecto a la relación de la bestia del cap. 17 con la del cap. 13, ver com. Ap 17:3. ] 

Apocalipsis (de Juan) 17-> Ver. 6 Y vi que la mujer se embriagaba con la sangre de los santos y con la sangre de los mártires de Jesús. Y me asombré grandemente al verla;
[V.6-> Ebria. Ver com. Ap 17:2. En sentido general puede decirse que Babilonia está “ebria” con la sangre de los mártires de todos los siglos (cf. Ap 18:24); pero en un sentido más inmediato, con la de los mártires futuros durante las escenas finales de la historia del mundo. Dios considera culpable a Babilonia de la sangre de aquellos cuya muerte decretará, pero que se le impedirá matar (ver CS 686). Babilonia está completamente embriagada por su éxito en lo pasado al perseguir a los santos (ver com. Dan 7:25; Mat 24:21; cf. Ap 6:9-11; Ap 18:24), y también por la perspectiva de que pronto tendrá la satisfacción de completar su sangrienta tarea (ver coro. Ap 16:6; Ap 17:14; cf. CS 686). Sangre. Ver com. Ap 16:6. Santos. Ver com. Hch 9:13; Rom 1:7. Mártires. Gr. mártur, literalmente “testigo” (ver com. Ap 2:13). Cf. Isa 47:6; Jer 51:49; ver com. Ap 18:24. De Jesús. Lo que quizá signifique “que dieron testimonio respecto a Jesús”, en primer lugar con sus palabras, y después con su martirio. Fueron muertos porque persistieron en testificar por Jesús y su verdad y fueron leales a su nombre aun al precio de sus vidas. Cuando la vi. No es claro si se refiere a todo lo que Juan había visto en los Ap 17:3-6, o sólo a la conducta de la mujer en el Ap 17:6, el clímax de su proceder criminal. La respuesta del ángel ante el asombro de Juan (Ap 17:7) puede insinuar lo primero. Quedé asombrado con gran asombro. El texto griego refleja una expresión idiomática típicamente hebrea. El ángel había llamado a Juan para que fuera testigo de la sentencia que se pronunciaría contra Babilonia, la prostituta religiosa (Ap 17:1), y el apóstol quizá esperaba ver un cuadro de completa ruina y degradación; pero en vez de esto vio a una mujer vestida con atavíos costosos y magníficos, en estado de embriaguez y sentada sobre una espantosa bestia. Un ángel ya le había dicho algo a Juan acerca de esta “mujer” corrompida catecismo 666 pecado (Ap 14:8; Ap 16:18-19); pero ahora se le presenta un relato más completo y asombroso de sus crímenes. Lo que Juan ve lo deja sumamente atónito. Su asombro supera a cualquier otro que exprese en el Apocalipsis. Los crímenes de la Babilonia simbólica, tal como se exponen en la acusación del ángel, pueden enumerarse como sigue (cf. com. Ap 18:4): 1. Seducción engaña con el catecismo al mundo para marcarlos con su marca de la bestia y su imagen Apoc 13y14:8,11. Cuando seduce a los reyes de la tierra para que accedan a una unión ilícita con ella, con el propósito de promover sus propios designios siniestros (ver com. Ap 17:2; Ap 18:3). 2. Despotismo opresor usa la ley sivil para someter al mundo para acepten sus tradiciones costumbres catecismo misa su marca . Al sentarse sobre “muchas aguas” para oprimir a los pueblos de la tierra con cárcel castigos  incluso matarlos  (ver com. Ap 17:1). 3. Contribuye a la delincuencia humana. Cuando hace que los habitantes de la tierra -excepto los santos- se embriaguen con el vino catecismo LAUDATO SI  DOMINGO CATECISMO  de su política, convirtiéndolos así en los cómplices de su trampa impía (ver com. Ap 17:2). Por su “fornicación” ha “corrompido a la tierra” (Ap 19:2). 4.Embriguez. Esta embriaguez “con la sangre de los santos” es porque la habían ofendido al negarse a beber de su vino maléfico Catecismo de error o a someterse a su ambición de gobernar la tierra. 5.Asesinato y tentativa de asesinato. Cuando tramó el asesinato de la esposa de Cristo del Sinaí sábado séptimo día , la “mujer” del cap. 12 (ver com. Ap 17:6; Ap 17:14; Ap 18:24). ]LOS SANTOS DE CRISTO PREFIEREN PERDER SU VIDA Y DEFENDER LA SANTA LEY DEL SINAI CRISTO LA SANTA BIBLIA SABADO SEPTIMO DIA ,LOS SANTOS ESTARAN YA SELLADOS PARA VIDA ETERNA CUANDO CAEN LAS PLAGAS AL MUNDO AUNQUE SE LES ENCARCELE O SE LES QUITE LA VIDA A LOS SANTOS SERAN PARA VIDA ETERNA LUEGO EN LA SEPTIMA PLAGA REGRESA CRISTO POR SUS SANTO RESUCITARLO A Y LOS VIVOS SE LOS LLEVA.   Apoc 15:2 Y vi también como un mar de cristal mezclado de fuego, y a los que habían triunfado de la Bestia y de su imagen y de la cifra de su nombre, de pie junto al mar de cristal, llevando las cítaras de Dios. ,
DESPUES DE LAS PLAGAS NO ABRA MAS TIEMPO DE GRACIA PARA LOS IMPIOS PERDIDOS .Apoc 19:20 Pero la Bestia fue capturada, y con ella el falso profeta - el que había realizado al servicio de la Bestia las señales con que seducía a los que habían aceptado la marca de la Bestia y a los que adoraban su imagen - los dos fueron arrojados vivos al lago del fuego que arde con azufre.



 




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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 12/02/2022 19:17



Nuestra herencia eterna después del regreso de Cristo por segunda vez a este mundo .Apoc 15:2 Y vi también como un mar de cristal mezclado de fuego, y a los que habían triunfado de la Bestia y de su imagen y de la cifra de su nombre, de pie junto al mar de cristal, llevando las cítaras de Dios.

Herencia inmortal—El lenguaje humano no alcanza a expresar el valor de la herencia inmortal. La gloria, las riquezas y el honor ofrecidos por el Hijo de Dios son de valor tan infinito, que está más allá de la capacidad del hombre y aun de los ángeles el dar una idea justa de su dignidad, su excelencia y su magnificencia. Si los hombres sumergidos en el pecado y la degradación rehusan estos beneficios celestiales, rehusan participar de una vida de obediencia, pisotean las invitaciones llenas de gracia y misericordia, y escogen las miserables cosas de la tierra porque son visibles, y porque resulta conveniente para obtener placer temporal seguir una conducta pecaminosa, Jesús pondrá en práctica la ilustración de la parábola: los tales no gustarán de su gloria; pero la invitación se extenderá a otra clase de gente.—

Herederos al fin—El pueblo de Dios no puede recibir el reino antes que se realice el advenimiento personal de Cristo... En su estado presente el hombre es mortal, corruptible; pero el reino de Dios será incorruptible y sempiterno. Por lo tanto, en su estado presente el hombre no puede entrar en el reino de Dios. Pero cuando venga Jesús, concederá la inmortalidad a su pueblo; y luego los llamará a poseer el reino, del que hasta aquí sólo han sido presuntos herederos.—

Seguro de vida eterna—Mediante la obra del Espíritu Santo Dios realiza un cambio moral en las vidas de los que componen su pueblo, transformándolos a la semejanza de Cristo. Entonces, cuando el sonido de la trompeta final llegue a los oídos de los que duermen en Cristo, saldrán a nueva vida, revestidos con el ropaje de salvación. Entrarán por las puertas de la ciudad de Dios y recibirán la bienvenida a la felicidad y el gozo de su Señor. Quiera Dios que todos podamos comprender y tener en cuenta los goces que esperan a los que mantienen sus ojos sobre el modelo, Cristo Jesús, y buscan en esta vida formar un carácter semejante al suyo.

La Palabra de Dios contiene nuestra póliza de seguro de vida. Comer la carne y beber la sangre del hijo de Dios significa estudiar la Palabra e introducirla en la vida obedeciendo todos sus preceptos. Los que participan así del Hijo de Dios llegan a ser partícipes de la naturaleza divina, uno con Cristo. Respiran una atmósfera santa, la única en la cual el alma verdaderamente puede vivir. Tienen en sus vidas la certidumbre que emana de los principios santos recibidos de la Palabra; obra en ellos el poder del Espíritu Santo y eso les proporciona la garantía de la inmortalidad que les pertenecerá por medio de la muerte y resurrección de Cristo. Si el cuerpo mortal decae, los principios de su fe los sostienen, porque son partícipes de la naturaleza divina. Debido a que Cristo fue levantado de los muertos, se aferran a la promesa de su resurrección, y la vida eterna será su recompensa. 

Esta verdad es una verdad eterna porque Cristo mismo la enseñó. Se comprometió a resucitar a los justos muertos porque dio su vida por la vida del mundo. “Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí”. Juan 6:57. “Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre”. Juan 6:35.—

Mansiones preparadas para los redimidos—Cuán grande será el gozo cuando los redimidos del Señor se reúnan en las mansiones preparadas para ellos. ¡Oh, qué gozo para todos los que hayan sido obreros imparciales y abnegados juntamente con Dios en la tarea de promover su obra aquí en la tierra! Qué satisfacción tendrá cada segador cuando la voz clara y musical de Jesús diga: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”. Mateo 25:34. “Entra en el gozo de tu Señor”.—

Título de propiedad del reino—Tenemos su promesa. Disponemos de los títulos de propiedad en el reino de gloria. Jamás fueron redactados títulos de propiedad tan estrictamente de acuerdo con la ley, o más cuidadosamente firmados, que los que le dan derecho al pueblo de Dios a las mansiones celestiales. “No se turbe vuestro corazón—dice Cristo—; creéis en Dios; creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”. Juan 14:1-3.—




Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 12/02/2022 19:31

Coronas para los fieles  DESPUES DEL REGRESO DE CRISTO  Apocalipsis 2:10 No  temas lo que estás por sufrir. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.

  —Cuando el Señor recoja sus joyas, los veraces, santos y honrados serán mirados con placer. Los ángeles se ocupan en confeccionar coronas para los tales, y sobre esas coronas adornadas de estrellas, se reflejará con esplendor la luz que irradia del trono de Dios. 

Hablad de las cosas celestiales. Hablad de Jesús, de su piedad y su gloria y de su amor imperecedero por vosotros, y permitid que de vuestro corazón mane amor y gratitud hacia él, que murió para salvaros. ¡Oh, estad listos para encontrar a vuestro Señor en paz! Los que estén preparados recibirán pronto una corona inmarcesible de vida, y morarán eternamente en el reino de Dios, con Cristo, con los ángeles, y con los que han sido redimidos por la preciosa sangre de Cristo. 

Se coloca... una corona de gloria sobre los que esperan, aman y anhelan la aparición del Salvador. Los que esperan son los que serán coronados de gloria, honor e inmortalidad. No necesitáis hablar... de los honores del mundo, o de las alabanzas de los que el mundo considera grandes. Todo ello es vanidad. Si el dedo de Dios simplemente los tocara, pronto volverían al polvo nuevamente. Anhelo el honor permanente, inmortal, que nunca perecerá; una corona mucho más rica que cualquiera de las que jamás hayan honrado las sienes de un monarca. 

En aquel día los redimidos resplandecerán con la gloria del Padre y la de su Hijo. Los ángeles del cielo, mientras pulsan sus arpas de oro, darán la bienvenida al Rey y a los que constituyen los trofeos de su victoria, los que han sido lavados y emblanquecidos con la sangre del Cordero. Brotará un himno de triunfo que llenará todo el cielo. Cristo ha vencido. Entra en los atrios celestiales acompañado por sus redimidos, que constituyen el testimonio de que su misión de sufrimiento y abnegación no ha sido en vano. 

Vi un gran número de ángeles que traían de la ciudad gloriosas coronas: Una corona para cada santo, con su nombre escrito. A medida que Jesús requería las coronas, los ángeles se las presentaban, y con su propia mano derecha el amante Jesús colocaba las coronas sobre las cabezas de sus santos. De la misma manera los ángeles trajeron las arpas, y Jesús las presentó también a los santos. Los ángeles que dirigían dieron el tono primeramente, y luego toda voz se elevó en alabanza agradecida y feliz, y toda mano se deslizó diestramente sobre las cuerdas de las arpas, arrancando melodiosa música en ricos y perfectos acentos... 

En la ciudad había todo lo que podía alegrar los ojos. Por todas partes vieron abundante gloria. Entonces Jesús miró hacia sus santos redimidos; sus rostros estaban radiantes de gloria; y a medida que fijaba en ellos sus ojos amorosos, dijo, con voz exquisita y musical: “Veo el trabajo de mi alma y estoy satisfecho. Esta abundante gloria es vuestra, para que la gocéis eternamente. Vuestras tristezas han terminado. Ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor”... 

Vi entonces a Jesús conduciendo a su pueblo hacia el árbol de la vida... En el árbol de la vida había hermosos frutos, de los cuales los santos podían participar libremente. En la ciudad había un trono muy glorioso, del cual procedía un río puro de agua de la vida, transparente como cristal. A cada lado de ese río estaba el árbol de la vida, y sobre las orillas del río había otros árboles hermosos, cargados de frutos... 

El lenguaje humano es completamente inadecuado para intentar una descripción del cielo. Cuando la escena se presenta ante mí, quedo pasmada de asombro. Arrebatada por ese supremo esplendor y esa excelente gloria, dejo la pluma y exclamo: “¡Oh, qué amor! ¡Qué maravilloso amor!” El lenguaje más exaltado no puede describir la gloria del cielo, ni las incomparables profundidades del amor de un Salvador.—

Preciosas túnicas y coronas gloriosas—Los herederos de Dios han venido de buhardillas, chozas, cárceles, cadalsos, montañas, desiertos, cuevas de la tierra, y de las cavernas del mar. Ya no seguirán siendo débiles, afligidos, dispersos y oprimidos. De aquí en adelante estarán siempre con el Señor. Están ante el trono, más ricamente vestidos que jamás lo fueron los personajes más honrados de la tierra. Están coronados con diademas más gloriosas que las que jamás ciñeron los monarcas de la tierra. Pasaron para siempre los días de sufrimiento y llanto. El Rey de gloria ha secado las lágrimas de todos los semblantes; toda causa de pesar ha sido alejada. Mientras agitan las palmas, dejan oír un canto de alabanza, claro, dulce y armonioso; cada voz se une a la melodía, hasta que el canto inunda las bóvedas del cielo.—

Coronas, arpas y ramas de palma—Antes de entrar en la ciudad de Dios, el Salvador confiere a sus discípulos los emblemas de la victoria, y los cubre con las insignias de su dignidad real. Las huestes resplandecientes son dispuestas en forma de un cuadrado hueco en derredor de su Rey, cuya majestuosa estatura sobrepasa en mucho a la de los santos y de los ángeles, y cuyo rostro irradia amor benigno sobre ellos. De un cabo a otro de la innumerable hueste de los redimidos, toda mirada está fija en él, todo ojo contempla la gloria de Aquel cuyo aspecto fue desfigurado “más que el de cualquier hombre, y su forma más que la de los hijos de Adán”. 

Sobre la cabeza de los vencedores, Jesús coloca con su propia diestra la corona de gloria. Cada cual recibe una corona que lleva su propio “nombre nuevo” (Apocalipsis 2:17), y la inscripción: “Santidad a Jehová”. A todos se les pone en la mano la palma de la victoria y el arpa brillante. Luego que los ángeles que mandan dan la nota, todas las manos tocan con maestría las cuerdas de las arpas, produciendo dulce música en ricos y melodiosos acordes. Dicha indecible estremece todos los corazones, y cada voz se eleva en alabanzas de agradecimiento. “Al que nos amó, y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre, y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre; a él sea gloria e imperio para siempre jamás”. Apocalipsis 1:5, 6.




 
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