Lo que llamamos "derecha sagaz" es la que siempre está pronta a tomar temas de izquierda para horadar las delicadas premisas en las que basan las decisiones que fundamentan la cuarentena, el cese de actividades vitales, la limitación parcial o temporaria de flujos de circulación y los atropellos que evidentemente se relacionan con medidas necesarias de control, interpretadas por el envés. La cuarentena es un estado de excepción parcial, en el que muchos ya colocamos perfiles de advertencia para que no se transforme en un laboratorio de experimentación sobre la conducta humana y sus libertades, pero no vimos en ninguno de los actos del gobierno nacional las evidencias de un cerrojo dictatorial con el que ahora se exalta una derecha astuta. Nos quieren convertir en hombres y mujeres libres que nos podamos infectar con alegría, contagiarnos bulliciosamente y vivir con algarabía en la contaminación, felices de haber burlado los mínimos cuidados a los que nos inducen feroces dictadores que nos recomiendan barbijo y gel, esos insaciables tiranuelos que nos reprimen con estadísticas y con el número de camas disponibles.
Esta derecha que esperaba su oportunidad ha logrado encumbrar a un puñado de personas, representantes de una franja de la sociedad que encarna un nuevo tipo de profetismo -no el de Kovadloff, que es más metódico-, y una anti-racionalidad, totalmente en las antípodas de la que hace años predica Sebreli, tan temeroso siempre del “asalto a la razón” ¿Quiénes se reunieron en el Obelisco, construcción racional si las hay, con algo de misticismo laico? Un conjunto de personas hijas del pensamiento mágico (sin la gracia de los magos), clientes de un conspirativismo banal (sin la hondura de los verdaderos conspiradores), receptores de todas las escatologías vulgares que recorren una sociedad desencantada. Ellos salieron en la noche de Brujas donde las creencias más estrafalarias se mezclaban con argumentos que se pueden discutir (es necesaria una solución urgente al problema laboral), pero predominaban opciones que no son otra cosa que creencias paranoides (pero que entristecen mucho más de lo que asustan), a las que se le abrió la posibilidad que ya estaba potencialmente preparada.
Es que hay un núcleo no desdeñable de la población que descree de las instituciones políticas (investigar este hecho es urgente y exige gran sensibilidad), y sobre esa planchuela permanente que el gobierno anterior exacerbó se implanta ahora un pensamiento de una racionalidad vacía ¿Qué es eso? Se trata de razonamientos desvitalizados, de cuño bolsonarista (“mueren más de gripe común”, “en la Segunda Guerra se siguió trabajando”: es claro, nunca tanto como en las industrias de guerra), que sin dejar de ser racionales, no tienen razón. Porque la razón exige no solo pruebas empíricas, datos y verificaciones, sino una espesura sensible ante los hechos nuevos y su carga mortífera. Este nuevo virus es un hecho biológico, que enlaza de un modo trágico las relaciones de la humanidad con la naturaleza.
Los pensamientos contrarios a la cuarentena tienen razón al reclamar el pasaje al mundo laboral (recreado y repuesto bajo una nueva imaginación sobre el acto de trabajo) pero están equivocados en su manera de tener razón. La equivocación consiste en que liquidan los tabiques que separan problemas que luego deben ser conjugados en común. Porque no puede inyectarse un pensamiento conspirativo culpabilizador (Soros, Bill Gates, la OMS, con las dudas o críticas que puedan merecer) con ámbitos específicos donde se desarrolla la paradoja de la cuarentena. Cerrar para poder abrirse más libremente. En ella actúan todos, desde los magnates hasta los demócratas sociales, las nuevas izquierdas que recrean sus sensibilidades y los movimientos sociales lúcidos. Para estos últimos, la razón es contingente y las causalidades complejas. Si al pensar se ausentan las mediaciones, cunden los Sebrelis, nombre de una oculta figura retórica que significa “sobrado irrealismo” y que se le olvidó computar a Aristóteles.
La cuarentena es una paradoja pues la ecuación lanzada de “preferir la vida” es una definición cardinal que exige pensar otra economía que discurra con exigente originalidad sobre los presagios destructivos que portan el capitalismo y sus lógicas financieras, que como un rizo perverso moldean poderes jurídicos, comunicacionales, lenguajes diarios y aun encuadres teóricos más elaborados. Miren el documento de los “300 intelectuales” que como los 300 espartanos creen estar enfrentando al poderoso Jerjes, el gran rey persa. Muchos de los firmantes escribieron libros con un tipo de argumentación académica que es una de las tantas formas de expresión aceptables y valoradas. Si un escrito se hace “fuerza material” cuando lo toman las masas, he aquí lo que recogieron estos intelectuales. Es lo que se veía el pie del Obelisco convertido en un tótem milenario. Exaltados macristas anti política, nigromantes que se basan en una medicina conjetural, que no sería grave en sus imaginerías si no enviaran a muchos a la muerte, un anti cientificismo que podría inaugurar aceptables discusiones si no caminara de las manos enguantadas de astrólogos y adivinos que a diferencia de los de Arlt, hablan con espuma en la boca y no pueden convertir en vehemencia o versatilidad su propia violencia personal.
Han cosechado bien estos viejos topos de la anti cuarentena. Nos hablan del problema de la libertad y el trabajo, pero no son Montesquieu ni Hannah Arendt. Son esa argamasa friccionada en las fábricas de tubos sin costura para donarles las palabras necesarias a los que atentan contra la estabilidad de un gobierno popular, pero quieren que se note más. No solo por crueles medidas de despido de trabajadores, sino que haya textos, palabras nobles en resguardo de la libre circulación y los derechos básicos, entre ellos el trabajo ¡Como quisiéramos coincidir con ellos! Pero nos lo impide una honda diferencia, pues la libertad en la que pensamos nace junto a la solidaridad, la fraternidad y la justicia social, cuya metáfora aglutinante hoy es la palabra vida. Y el trabajo en el que pensamos nace no del que conceden los que nunca se ocuparon de las condiciones existenciales de la vida laboral, sino de una reformulación de los sistemas productivos a la luz de lo que la pandemia puso en evidencia. El respeto a la naturaleza, a las vidas precarias, a eliminar desigualdades siempre atroces y a atender casos particulares que son portadores de su justificación legítima pero insatisfecha, pequeños comerciantes, trabajadores informales.
El gobierno debe seguir optando por la vida -realidad, metáfora y expresividad de toda una política-, pero debe refinar al máximo su visión de una sociedad castigada, sin concesiones innecesarias a los grandes poderes que ahora sabemos que tienen también sus panfletistas. Y, avanzando sin temor para resolver la demanda laboral “en tiempos de cólera”, con redoblado ingenio, salir al debate con mayor energía. Si la tienen los brujos indignados del anochecer en la 9 de Julio, ¿por qué no ha de tenerla el gobierno, más de lo que hasta ahora ha mostrado? Su condición democrática es la que llevó a combatir la infección con decisiones que no dejan de ser de riesgo, pero envueltas en una notoria sensatez. Que abusando de las paradojas, al colmo de arruinar y emponzoñar el idioma, se lo acuse de “infectadura”, es un logro de la idiomática de estos dictafraseólogos. Hay que seguir defendiendo la cuarentena frente a los trescientos logócratas ¿O se deberá recurrir al exorcismo, a una Noche de Walpurgis, contra los que viven la propia noche oscura de sus pensamientos como liberticidas que piensan las libertades al revés?
Me entero que la actriz española Victoria Abril pertenece a la fauna delirante de los Anti-vacunas.
Merecía mis respetos, hasta hace unos minutos, por la actuación en la serie televisiva "La Barraca", basada en la excelente novela de Blasco Ibáñez, y por su suave voz en aquella conmovedora canción "Si al final".
Nunca fui muy proclive a la ficción. Preferí leer sobre hechos reales. Pero sí. He leído algunas novelas a lo largo de mi vida. Y "La Barraca" es una de mis preferidas.
Tanto el libro, como la serie y los actores me resultaron estupendos. Y la canción cantada por Victoria Abril, junto a su melodía y a su letra... una completa belleza.
Y ahora resulta que la mina, terminó convirtiéndose en una cabeza quemada más.
Lamentable.
Y aunque una cosa no quita la otra, me deja un sabor amargo.
25 de febrero de 2021
"Esto no es covid, es un coronacirco", dijo al recibir un premio
Victoria Abril negó el impacto de la pandemia y la efectividad de las vacunas
La actriz española Victoria Abril se sumó hoy a las huestes antivacunas y que creen que el coronavirus forma parte de una gran conspiración. Lo hizo en la localidad madrileña de Alcobendas, en ocasión de la entrega del Premio Feroz de Honor 2021 de parte de la Asociación de Informadores Cinematográficos de España (AICE), en reconocimiento a su trayectoria, especialmente activa en los años 80 y 90.
La protagonista de Átame y Amantes se mostró en contra de las vacunas para la covid-19, la gestión de la pandemia y el confinamiento. "Esto no es covid, es un coronacirco", afirmó en rueda de prensa. No dudó en decir que "somos cobayas, las vacunas son experimentos sin probar que nos meten rápido y desde que nos vacunan hay más casos positivos".
La artista de 61 años contó que pasó el año de pandemia en Francia, y que fue un 2020 de "confinamiento, de soledad y de depresión". A su juicio, "el miedo te impide vivir, peor que perder la vida es perder la razón de vivir, basta ya".
Destacó que en Francia la situación es peor porque llevan un año sin actividad cultural o de ocio de ningún tipo, "sólo trabajo, metro y dormir". Criticó al gobierno galo al decir que el presidente "Macron ha vuelto a pedir otro año para meter decretazos y quitarnos ya el cien por cien de nuestros derechos y libertades".
La actriz dijo, contra toda evidencia, que la vacunas no han sido testeadas antes de aplicarse en seres humanos, lo cual niega el proceso de fabricación de Sputnik V, AstraZeneca, Moderna y las demás vacunas, que se probaron en miles de voluntarios en todo el mundo y luego fueron aprobadas por los organismos correspondientes.
También dijo que hay "más muertos con vacunas que sin vacuna". El caso de Israel le responde por sí solo: lidera la vacunación por país y ha bajado la incidencia de casos. De cada millón de vacunados, solamente se contagió el 0,01 por ciento, 500 casos.
En uno de los pasajes de la rueda de prensa, sorprendió con estas declaraciones: "Si ves la tele y no sales te crees que la gente está muriendo por las calles, pero la gente está muriendo como cada año, el año 2020 no ha tenido más muertos que el 19, ¿donde está la pandemia?".
Con palabras que harían las delicias de los negacionistas, expresó que "todo esto es para confinarnos y alienar nuestros derechos y libertades fundamentales y convertirnos en esclavos y en cobayas, y para que Amazon gane en dos meses de epidemia todo el dinero que nos ha dado la UE para pasarla".
El Premio Feroz lo recibirá el próximo martes en Madrid. Reconoce una trayectoria que comprende casi un centenar de películas y una veintena de series de televisión y que comenzó muy joven, con apenas 15 años, junto a Sean Connery y Audrey Hepburn en Robin y Marian.
Abril ha sido candidata nueve veces al premio Goya y obtuvo la estatuilla como mejor actriz protagonista con Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto (1995), de Agustín Díaz Yanes, que asimismo le valió la Concha de Plata del Festival de San Sebastián.
Abril siguió con sus dichos luego de la conferencia de prensa. Ante la agencia EFE aseguró que "la (farmacéutica) Pfizer no se hace responsable de los efectos secundarios (de la vacuna contra el coronavirus) y encima pon el brazo".
Ésta gente lleva su ideología política al extremo del ridículo y la negación de la realidad más obvia, poniendo de esa forma la salud de todos en peligro, no sirve.
La movilización fue convocada por la agrupación "Médicos por la Verdad" y se replicó en distintas ciudades del país. En CABA se concentraron en el Obelisco y en Provincia frente a la Quinta de Olivos.
En medio de una jornada en donde la Argentina superó las 75 mil muertes por coronavirus, una decena de marchas anticuarentena se realizaron en distintos puntos del país para expresar su descontento con las medidas de restricción impuestas por el Gobierno nacional. En Rosario, los manifestantes se congregaron en el Monumento a la Bandera y, tras enfrentarse con la policía, hubo más de 30 personas detenidas. Mientras que en la Ciudad de Buenos Aires el epicentro de la protesta fue en el Obelisco y en la Provincia frente a la Quinta de Olivos. La movilización más numerosa se dio en Córdoba.
En la ciudad santafesina, unos 600 asistentes se amontonaron sin respetar el distanciamiento social y el uso del tapabocas. La jefa de Policía de esa provincia, Emilce Chimenti, quien encabezó el operativo de disuasión, intentó dialogar con los asistentes, pero no logró hacerlos entrar en razón. Ante las reiteradas negativas, la Policía avanzó sobre la multitud y hubo enfrentamientos que arrojaron un saldo de 27 detenidos y una policía herida por un golpe en la cabeza. No obstante, a pocos metros del lugar, un grupo de manifestantes mantuvo su negativa a retirarse. Una vez más, se produjeron disturbios y enfrentamientos con disparos de balas de goma realizados al aire para desalentar a los negacionistas. Otros once fueron capturados.
La secretaria de Control municipal, Carolina Labayrú, pidió que "de una vez por todas los manifestantes entiendan la gravedad de la situación y terminen con esta locura". La funcionaria apoyó el accionar policial, y en relación a la actitud que mostraron los manifestantes confesó: "A mí realmente me dan miedo". Más temprano, fue aprehendido el referente de la organización convocante, "Médicos por la Verdad", Mariano Emiliano Arriaga Ferré, debido a que pesaba sobre él una orden de captura por los delitos de instigación a cometer delitos, instigación pública y violación de las medidas sanitarias contra una epidemia.
En la Ciudad de Buenos, un puñado de personas se concentró en el Obelisco y tuvo réplicas menores en algunos barrios porteños. Lo mismo sucedió en Provincia frente a la Quinta de Olivos. Por su parte, en Córdoba, comerciantes y vecinos se manifestaron frente al Patio Olmos para reclamar que les permitan reabrir sus negocios, que deben permanecer cerrados al menos hasta el próximo domingo. Con banderas de Argentina y pancartas, cantaron el Himno Nacional.
San Carlos de Bariloche, Mendoza, General Roca, Salta, Mar del Plata, Tucumán, y La Rioja, entre otras ciudades, también tuvieron marchas en sus zonas céntricas, en especial protagonizadas por comerciantes y sus familias.
Norma López había denunciado a la organización "Médicos por la Verdad" por instigación al delito
Graves amenazas de anticuarentenas a una concejala de Rosario
"Si te veo te juro que te rompo todo lo que se pueda". Ese mensaje amenazante recibió este miércoles la concejal de Rosario y vicepresidenta del PJ de Santa Fe, Norma López, por parte de un grupo anticuarentena, luego de que la dirigente denunciara a la organización "Médicos por la Verdad", una agrupación que difunde informaciones falsas sobre el coronavirus, se opone al uso de barbijos y cuestiona al aislamiento de los sanos como a las pruebas de PCR.
En Twitter, López publicó las agresiones que recibió tanto en su teléfono como en las redes sociales. "Luego de presentar acciones legales contra los representantes de “Médicos por la Verdad”, fanáticos negacionistas me están amenazando en redes sociales. Mensajes con un claro tinte fascista, agravios y amenazas hacia mi integridad física y la de mi familia", dijo la dirigente política.
Entre las capturas que subió López, pueden leerse amenazas de todo tipo: "Habrá consecuencias"; "Se vienen los códigos de Nuremberg"; “Vamos a hacer cumplir la profecía de Don Orione”; y una serie de insultos hacia la vicepresidenta del PJ de Santa Fe.
En otro mensaje, la concejal escribió:“'Médicos por la Verdad’ es un movimiento negacionista que pone en riesgo la vida de la ciudadanía llamando a incumplir las medidas sanitarias, y eso es un delito. No voy a dejar pasar estas amenazas”.
En su denuncia, López argumentó que las manifestaciones negacionistas que tuvieron lugar en los últimos días en Rosario, "son de una gravedad inconmensurable" dado la situación epidemiológica que atraviesa el país, y "convocó al intendente y al Gobernador a trabajar en conjunto y tomar cartas en el asunto”.
“No podemos quedarnos de brazos cruzados ante un grupo de personas y una organización que incitan al incumplimiento de las medidas sanitarias. Por eso, nos presentamos ante la Fiscalía en Turno para que ordene las medidas necesarias para garantizar el cumplimiento de las leyes que cuidan nuestra salud”, expuso la concejal en su presentación.
López acusa a la agrupación de un “accionar irresponsable”, que se encuadra en el delito establecido en el artículo 209 del Código Penal “Instigación a cometer delitos’. “El que públicamente instigare a cometer un delito determinado contra una persona o institución, será reprimido, por la sola instigación, con prisión de dos a seis años, según la gravedad del delito y las demás circunstancias establecidas en el artículo 41″, recordó.
Tras las amenazas, referentes del Gobierno nacional salieron a repudiar el accionar violento y mostraron su apoyo a López.
“Solidaridad con la compañera Norma López ante las amenazas y agresiones recibidas por parte de sectores oscuros de la sociedad. Mi repudio más absoluto a quienes sistemáticamente incitan al odio y alientan el incumplimiento de las medidas sanitarias contra el Covid-19″, escribió en su cuenta de Twitter el ministro de Defensa, Agustín Rossi.
En el mismo sentido, la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, expresó: "BASTA DE VIOLENCIA POLÍTICA. Toda nuestra solidaridad con Norma López, concejala de Rosario amenazada por una organización que llama a incumplir las medidas sanitarias. El único camino posible es el de la cordura, el respeto por la democracia y la vida.
"Lxs compañerxs del PJ SantaFe repudiamos con vehemencia estos violentos actos q se suman a las amenazas recibidas x otros funcionarixs de nuestra Provincia, e invitamos a todxs a reflexionar: Ya no podemos tolerar como sociedad este tipo d afrentas a la convivencia democrática", señalaron desde la cuenta oficial del Partido Justicialista-Distrito Santa Fe.
El violento pasado del militante neonazi que agredió a una fotógrafa y se hizo famoso por un imán
Darío Marcelo Contreras se hizo viral por asegurar a viva voz que su madre había recibido la Sputnik y ahora si le acercaban un imán se le quedaba pegado. Pero su pasado no es tan ridículo, sino más bien peligroso.
Darío Marcelo Contreras salió este 25 de mayo en Rosario para oponerse a las medidas dispuestas por el gobierno para frenar los contagios. Este anticuarentena y antivacunas que aseguró que su madre había quedado imantada luego de recibir la Sputnik tiene también un pasado violento y es militante de la agrupación neonazi Bandera Vecinal de Santa Fe.
Contreras también participó durante 2020 de varias marchas en contra de la cuarentena y agredió a periodistas y fotógrafos. En 2017 provocó a las Madres de Plaza de Mayo durante una manifestación.
Según un reportero gráfico del diario La Capital, durante una manifestación a favor de la empresa Vicentín y en contra de la cuarentena, Contreras lo amenazó y sostuvo: “A los zurditos como vos los vamos a hacer mierda, cuando asuma (Alejandro) Biondini -líder de Bandera Vecinal-”.
Quiénes son y qué hay detrás de los grupos negacionistas de la cuarentena
Los antivacunas se ligan con los sectores más conservadores y extremos en el mundo, y en Argentina convergen con el partido de Biondini. Sus teorías conspiranoicas desvían el eje del debate necesario.
LOS 3 DELIRANTES
Contreras Brandolino Arriaga
Mientras en la Argentina las cifras de la pandemia trepan a sus récords más dolorosos, y la adquisición y distribución de vacunas ocupa la agenda política, los grupos negacionistas siguen mostrando su poder de fuego. La autodenominada ONG "Médicos argentinos por la verdad" tuvo una nueva aparición estelar organizando una marcha en contra de las restricciones en Rosario, que aunque no fue masiva ocupó los medios, terminó con detenciones, procesamientos, y la denuncia a uno de los asistentes por amenzas a una reportera gráfica.
No son la única organización de este tipo en la Argentina ni en el mundo (y de hecho esta en particular responde a otra con el mismo nombre creada en España). Pero todas están cosidas por un mismo hilo ideológico:No son sólo fervientes propaladoras de mitos antivacunas y anticuarentena, también son antiaborto, antisemitas, "anticomunistas", y están ligadas a las derechas extremas y grupos neonazis de todo el mundo.
Ese núcleo duro es quirúrgicamente obviado según las circunstancias, o envuelto en un discurso "antisistema", que suma adeptos de las más variadas filosofías "alternativas" y "antihegemónicas". Los verdaderos debates alrededor del sistema (si esta pandemia no debería llamar a repensar los modos de distribución de la riqueza, por ejemplo), quedan mientras tanto tapados entre tanta teoría conspiranoica. ¿Quiénes son y qué hay detrás de estos grupos negacionistas de la pandemia?
Una verdad de derecha
Médicos por la verdad surgió en la Argentina poco tiempo después que el primer grupo en Madrid, en julio del año pasado. Están en contra de la vacuna y de la cuarentena, pero también del uso de barbijo, porque "asfixia y trae gérmenes" y es "un modo más de acallar nuestra voz". Sostienen que la pandemia es una conspiración global que obedece a distintos intereses, entre los que se mezclan Bill Gates, el 5 G, las "dictaduras mundiales" que buscan "someter a la población". Llaman a levantarse "contra la tiranía médica", a "despertar", a librar “una guerra por la verdad". Celebran que ya son “70 mil soldados digitales”.
Junto a este discurso de tono bélico suman otro que apela a las fuerzas de la naturaleza: “tu búsqueda empieza y puede terminar en un segundo, la pacha, la tierra y el cielo están esperándote”, anuncia Mariano Arriaga, el médico oftalmólogo que se presenta como principal referente de la organización en el país.
A nivel local, suelen comparar las restricciones con la última dictadura cívico militar, concluyendo que "esto es mucho peor".
En ese y otros puntos, sus discursos se asimilan a los de la oposición política y sus alas duras, aunque siempre son emitidos desde el lugar de la "apolítica", o más precisamente, la "anti política".
Promueven el uso del dióxido de cloro, la inmunidad del rebaño, cuestionan también los PCR, denuncian que con los hisopos se insertan por vía nasal microchips o fármacos. En las redes de Médicos por la Verdad pueden leerse posteos sobre "el efecto magnético actual": según esta teoría los Estados subirían "la radiofrecuencia" durante el día, y tirarían metales pesados desde aviones por las noches, para una mejor propagación de esa radiofrecuencia que no termina de definirse.
En los comentarios se pasan consejos sobre qué decir a la policía si los para por ir sin barbijo en la calle. O, increíblemente, relatos de gente que "se resfrió sin olfato" pero "se mentaliza" y sigue haciendo vida normal. Sin barbijo, por supuesto.
“Epidemiólogos Argentinos Metadisciplinarios” es un grupo similar, con difusión en las redes. En España, la Organización Médica Colegial (OMC) acaba de pedir informes deontológicos específicos sobre los médicos negacionistas de la covid, entre los que se encuentra Médicos por la Verdad.
La mujer de la ola celeste y el hombre de las amenazas
La cara más visible de Médicos por la Verdad es el oftalmólogo Mariano Arriaga, que estuvo procesado en 2011 por haber truchado una operación de glaucoma a un paciente en el Hospital Naval de Ushuaia: pasó los honorarios a la obra social DIBA y le hizo un pinchazo, pero cuando el hombre comprobó que la dolencia seguía, consultó a otros profesionales y se comprobó que no sólo no existió la operación, además el diagnóstico era incorrecto. Finalmente obtuvo la probation, tuvo que cumplir un año de tareas comunitarias y pagar una multa.
También está Chinda Brandolino, una médica que tuvo momentos de fama en programas como los de Viviana Canosa y Nicole Neumann, y como “La mujer de la ola celeste” en las redes. Siempre con una gran cruz al cuello y acompañada por una virgen de Luján, se hizo visible también en la lucha contra la sanción de la ley del aborto, y fue una de las expositoras en el Senado. Hoy está juntando 1 millón de firmas para pedir que sea derogada.
En 2019 llamó a votar al Frente Patriótico de Alejandro Biondini, una fuerza que suele converger en las marchas antivacunas.
Así fue en la última en Rosario, tras la cual tres de los organizadores fueron detenidos y quedó imputado Mariano Arriaga. Fue luego de que la concejala rosarina y vicepresidenta del Partido Justicialista de Santa Fe, Norma López, una de las denunciantes del movimiento anticuarentena, recibiera amenazas de muerte.
En ese punto, la militancia de Brandolino se une con la de Darío Marcelo Contreras, el hombre que vociferó en el Monumento a la Bandera que a su madre se le había quedado pegado un imán en el brazo tras recibir la vacuna. La escena fue ampliamente difundida por los medios nacionales. Lo que quedó menos visible es que fue el corolario de la agresión a la fotógrafa Virginia Benedetto, que estaba cubriendo la marcha para el diario La Capital.
Todo el registro quedó completo en un video que subió el diario. "No podés sacar foto. Si vas en contra de esta orden te quedás sin empleo. ¡Odiás a tu Nación, odiás a tu país, endófoba!", se escucha gritarle a la trabajadora de prensa, mientras se acerca amenazante, sin barbijo, y ella le reclama que mantenga la distancia.
Contreras es un militante neonazi que está al frente de Bandera Vecinal de Rosario, incorporada al Frente Patriota de Alejandro Biondini. El hombre ya tuvo otras denuncias por su participación en actos en Rosario.
En una marcha de las Madres de Plaza de Mayo de 2017, irrumpió con una bandera argentina al grito de "¡No fueron 30 mil ni fueron inocentes!", acto por el cual fue denunciado.
Benedetto es una fotógrafa experimentada que ha cubierto conflictos como la Revolución de Kurdistán, y dice que esta vez se sintió expuesta. "Pienso por qué él me atacó a mí cuando había otros trabajando, me hace pensar en mi condición de mujer. Me sentí muy expuesta, no sólo porque estaba sin barbijo, también por la arenga, que no se llega a escuchar en el video: me gritaba que era terrorista, que incitaba a que la gente se ponga la vacuna. Fue toda una situación muy violenta", cuenta a Página/12.
"Por suerte había otros compañeros y compañeras de prensa que se acercaron y me sentí respaldada por ellos, pero claramente la intención de este hombre era la de envalentonar al resto en mi contra", evalúa.
Ciencia anti fake news
La bióloga Soledad Gori es coordinadora de Ciencia anti fake news, un grupo que trabaja en forma voluntaria y autogestiva con el Conicet, y junto a la agencia Télam para su plataforma Confiar, desde comienzos de la pandemia.
"Estos grupos están tan bien organizados en cuanto a la difusión, que las fakes que tiran, aunque sean descabelladas, tienen un alcance mucho más grande que miedos más lógicos o creíbles que podrían generar el aislamiento y las vacunas", analiza, tomando el caso de la "madre imán" del negacionista de Rosario, cuya intervención a los gritos fue tan viral, que hasta se volvió meme.
"Toda fake tiene una base verdadera desde la cual se tergiversa, y los movimientos anti vacunas suelen tomar componentes que aparecen en algún prospecto, como es el caso del mercurio, que algunas vacunas tienen en cantidades tan ínfimas que son menores a las que están en la naturaleza. En ese caso siempre decimos que una lata de atún tiene más mercurio que una vacuna", ejemplifica.
"Pero en el caso del imán... ¡eso sí que me pareció muy imaginativo!", se ríe.
"Podría pensar que la idea surge de algún componente que tenga algo de metal en su naturaleza química, por ejemplo las sales de aluminio, que se utilizan, también en cantidades muy mínimas, como adyuvantes dentro del líquido que tienen algunas vacunas. ¡Pero ni siquiera están en las vacunas de la covid!", analiza.
"Estos discursos prenden fácilmente en grupos que tienden a caer en las conspiraciones: nos ponen bots o microchips porque nos quieren rastrear, las antenas 5 G mandan el virus, Bill Gates financió la pandemia... Es gente que, frente a tanta incertidumbre, necesita tener una respuesta para poder seguir, por eso son refractarios a las evidencias, porque no dan certezas finales. En cambio caen como anillo al dedo las conspiraciones: ellos son los iluminados y el resto del mundo son dóciles corderos o están complotados, por eso los censuran, etc. Es un comportamiento que está bastante estudiado y que se da en todo el mundo. Las redes lo han multiplicado, porque además se utilizan con toda una organizado muy calculada detrás".
La docena de la desinformación
Gori cita un muy reciente estudio del Centro para la Lucha Contra el Odio Digital, en Estados Unidos, que concluye que en ese país el movimiento antivacunas tiene una fuente inicial de solo doce personas que difunden los mismos mensajes, y muestra cómo llegan a ser exponencialmente multiplicados por cientos de miles en la dinámica organizada de las redes. "La 'Docena de desinformación' produce el 65% de las acciones de información errónea contra las vacunas en las plataformas de redes sociales", concluye Imran Ahmed, director de la ONG.
El estudio da cuenta también de lo difícil que es desactivar estas cuentas aún cuando se supone que las plataformas rastrean y evitan la difusión de información que atenta contra la salud pública, dan de baja posteos o advierten sobre su origen poco confiable. Los emisores se van perfeccionando y, por ejemplo, utilizan códigos para no ser "detectados" según las normas de las plataformas (V en lugar de vacunas, por ejemplo). También está de por medio la línea que separa la neutralización de estos mensajes nocivos de la censura, ante cada caso específico.
Una apropiación discursiva
El historiador Federico Finchelstein rastrea en su Breve historia de la mentira fascista (Taurus) cómo los líderes de derecha han encajado con las crisis del capitalismo y de la representación democrática, pero también con la necesidad de que la complejidad del mundo sea explicada de una forma simple.
En su libro ¿La rebeldía se volvió de derecha? (Siglo Veintiuno), el historiador Pablo Stefanoni analiza cómo "parte del terreno perdido por el progresismo en su capacidad de capitalizar la indignación social fue ganándolo la derecha, que se muestra eficaz en un grado creciente para cuestionar 'el sistema', más allá de lo que esto signifique". "Estamos frente a derechas que le disputan a la izquierda la capacidad de indignarse frente a la realidad y de proponer vías para transformarla", concluye observando que no se trata de un fenómeno nuevo.
Citando a la filósofa española Marina Garcés, ubica también el mundo contemporáneo como "radicalmente antiilustrado", "con la educación, el saber y la ciencia fundidos en un desprestigio del que solo pueden salir si se muestran capaces de ofrecer soluciones".
Pablo Méndez, investigador del Conicet, politólogo, doctor en filosofía e integrante de "Ciencia nuestra", también ubica la crisis de la democracia representativa, y el surgimiento del discurso antipolítica, como una de las causas de larga data del surgimiento de estos grupos.
"Lo que es un poco más novedoso es que esta nueva derecha se ha apropiado del discurso transgresor y disruptivo".
"Esto se ha acentuado a partir de la pandemia, y creo que hay que verlo como algo sintomático de un fenómeno tan implacable y evidente como el de la pandemia", analiza en diálogo con Página/12. "Frente a esto, lo único que le queda a la derecha es adoptar un discurso ultra transgresor para tener visibilidad desde el campo político, así surgen distintas expresiones que apelan a la transgresión, a lo antisistema. Estas expresiones vinculadas a la derecha suelen ponerse en un lugar muy minoritario, pero apelando a una mayoria: En Estados Unidos hablan de 'combatir el establishment progresista', en Argentina de 'infectadura', son términos muy cargados históricamente, hay un intento de apropiación del discurso transgresor".
En esta línea se inscriben también los fundamentos negacionistas de la pandemia, y Méndez hace una observación clave al respecto: "El efecto inmediato que tienen todas estas puestas en escena en la pandemia es que desvían el eje de la discusión, e incluso condicionan los temas de agenda. Ya no se trata de discutir las formas en que se distribuye el ingeso, la estructura impositiva, los mecanismos del mercado en la pandemia, el sistema productivo, económico, laboral que nos ha llevado a esta situación. Estos discursos corren el eje de la discusión y nos llevan a debatir si imponer restricciones sanitarias es anticonstitucional o coarta libertades. Y en el mismo movimiento, invisibilizan los debates necesarios".
El nuevo acompañante de Susana Giménez tiene 43 años y es un “anti-cuarentena”
El hombre es marplatense y fue preso por llamar a romper la cuarentena. Su nombre es Aníbal Arrarte Artigalas.
El viernes, Susana Giménez asistió a un show de su hermano en Punta del Este, Uruguay, y allí se la vio bailando y pasando el tiempo junto a un empresario marplatense de 43 años llamado Aníbal Arrarte Artigalas, dedicado al negocio de las criptomonedas.
Las imágenes fueron difundidas por América Noticias y luego el periodista Daniel Ambrosino agregó: “Se llama Aníbal… Creo que es del tipo, del patrón que le gustan a Susana Giménez”. Pese a las especulaciones desatadas, no hay ninguna confirmación oficial ni imágenes más contundentes que determinen que el encuentro entre ambos sea el comienzo de una relación amorosa.
Recordemos que Artigalas fue noticia meses atrás tras ser detenido por grabar y difundir a través de redes sociales un video en el que alentaba a la población "a salir a la calle" y romper con el aislamiento social, preventivo y obligatorio.
Tras su indagatoria, el hombre recuperó su libertad pero quedó imputado por infringir en dos oportunidades el artículo 205 del Código Penal del a Nación, en el marco del decreto de necesidad de urgencia dictado por la pandemia del coronavirus.
Hasta ahí, nada del otro mundo.
Pero hoy nos enteramos que...
Susana Giménez dio positivo de coronavirus
Ya había recibido las dos dosis de la vacuna Pfizer
La actriz y conductora Susana Giménez dio positivo de covid-19 este miércoles. La animadora de 77 años tuvo síntomas compatibles con la enfermedad y se hizo un hisopado. El resultado dio positivo, lo mismo que en el caso de su hija, Mercedes Sarrabayrouse. La conductora de Telefé ya había recibido dos dosis de la vacuna Pfizer.
El positivo se confirma días después de que Giménez recibiera en Punta del Este la segunda dosis de la vacuna Pfizer. La conductora de televisión se halla en el balneario uruguayo desde el comienzo de la pandemia.
La hija de la estrella televisiva también había recibido dos dosis de la vacuna. Mientras tanto, Lucía Celasco, hija de Sarrabayrouse y nieta de Giménez, se encuentra en Buenos Aires.
El 24 de abril pasado, Giménez recibió en Uruguay la primera dosis de Pfizer. Residente de Punta del este, aprovechó los meses de la cuarentena para trabajar en un pequeño papel en una serie de Amazon. Algo más de un mes después, el 4 de junio, recibió la segunda dosis en el vacunatorio del Campus de Maldonado.
Esta mañana, en una entrevista radial con el periodista Reynaldo Sietecase, de Radio Con Vos, Razuri --que también fue candidata por el PRO y actualmente sigue a Gómez Centurión-- fue consultada sobre la vacuna contra el coronavirus y sostuvo su posición. "Yo creo que existe un virus que no está identificado. No está aislado y por lo tanto no puede hacerse una vacuna", fue su explicación.
En un intento por disimular la falta de argumentos, quiso rápidamente buscar respaldo en la comunidad científica. "Esto no (solo) lo digo yo, lo dicen muchos científicos y médicos. Yo le puedo nombrar además de los Médicos por la Verdad a la científica y doctora Roxana Bruno, el doctor Martínez, el doctor premio Nobel de Medicina Luc Montagnier. ¿Quién más ha opinado sobre esto en el mismo sentido? Milstein, el premio Nobel de Argentina", dijo la docente, sin reparar en que el reconocido químico nacido en Bahía Blanca falleció hace ya 19 años, el 24 de marzo de 2002.
Luego de que el periodista le pidiera precisiones sobre la fecha en la que el científico habría negado la existencia del virus y la eficacia de la vacuna, Razuri aseguró que "lo hizo el año pasado", aunque aclaró que "en este momento" no tenía "exactamente la nota" para especificar el día y el mes.
Inmediatamente, le recordaron que Milstein falleció en 2002, por lo cual resultaba imposible que se hubiese pronunciado sobre la pandemia de coronavirus que inició recién a finales de 2019.
Tras reconocer su error, la docente quiso justificarse y aclaró que quien mantenía esa postura era "el doctor (Alfredo) Miroli, que sí vive". "Es un error mío. Estoy confundida con lo que dijo el Doctor Miroli, que fue del equipo del doctor Milstein", agregó.
Curiosamente, el conocido inmunólogo Alfredo Miroli no solo vive sino que se vacunó con la Sputnik V el 26 de enero de 2021. En el evento, lo acompañó la propia ministra de Salud de Tucumán, aprovechando el momento para promocionar la necesidad de vacunarse.
Después de la inoculación, Miroli aprovechó a refutar los mitos que se tejen sobre el tema, como los que expresa la ex candidata del PRO en Santa Cruz. “Hay personas que me preguntan por qué ahora se hacen tan rápido las vacunas, y yo les digo: antes mi abuelo tardaba dos días en llegar a Las Termas de Río Hondo porque se iba caminando o en caballo; la ciencia avanza. Hay que confiar en las vacunas; le puede caer mal a alguien pero todo remedio a alguien le cae mal, todo alimento a alguien le cae mal. Por ejemplo: hay pacientes que no toleran la aspirina y no por eso les decimos a todos que no consuman aspirina. Debemos confiar en las vacunas, inmunizarse a medida que estén las dosis disponibles de acuerdo a un orden de aplicación lógico como lo está desarrollando el Ministerio de Salud", aseguró el referente.
Rosa Razuri, abogada, ex candidata del PRO y militante de Juan Gómez Centurión, trabaja como docente de Formación Ética y Ciudadana en una escuela secundaria de Las Heras, Santa Cruz.
Esta semana, su nombre se hizo viral por una frase negacionista que expresó durante una de sus clases, que por el contexto de la pandemia está impartiendo por teleconferencia. "La gente se enferma de neumonía, pero no los tratan por la neumonía. Los tratan de la covid que no existe, por eso se están muriendo", afirmó.
La madre de una de las alumnas, indignada, le respondió a los gritos que no le podía decir a su hija "que el covid no existe". La docente no se movió de su posición, tildó a algunas de la madres que le respondieron de "atrevidas", y les recriminó: "Un adolescente es más maduro que ustedes, mamás, y es una vergüenza que las madres no se formen para saber educar a sus hijos".
Después de sus expresiones, la maestra fue suspendida de su cargo y le iniciaron un sumario administrativo, aunque para ella las medidas no están relacionadas a la irresponsabilidad de sus frases sino a su postura política, "opositora a este gobierno kirchnerista".
Allá por agosto y septiembre del 2020, en los mensajes N°21 y N°24 de este Tema, les presenté a "El Presto", un enajenado mental virulento que por aquel entonces ya daba que hablar.
Ahora, dos años después, este reverendo imbécil llega a la primera plana de Página/12 tras el atentado (gracias a Dios, fallido) contra Cristina.
Conste que lo vine advirtiendo desde un principio: era necesario encarcelar a todos los idiotas caceroleros que salían a las calles para manifestarse de manera brutal y amenazante contra el Gobierno nacional. Eran el huevo de la serpiente y debía ser aplastado. Pero nada se hizo para neutralizar este avance fascista y ahora la serpiente nació y está suelta.