Ni descubrimiento, ni encuentro entre dos mundos: en América sólo se produjo una invasión que trajo terribles consecuencias para millones de seres humanos que vivían, para ese entonces (1492), en un sistema político, económico, religioso y cultural muy diferente al que se vivía en la Europa de fines del siglo XV.
El europeo impuso sus creencias, su dominio económico y cultural a través de la violencia. Millones de vidas fueron sacrificadas para generar el sometimiento de quienes se rebelaban ante el proceso de la mal llamada "conquista"
Hoy, 523 años después, seguimos en resistencia en contra de la dominación de imperios desaforados por las riquezas de contienen nuestros suelos. Soy una de las agradecidas al Comandante Hugo Chávez que puso fin en nuestro país a la celebración de un acto de violencia como lo fue la llegada de los colonizadores españoles.
Muy joven todavía, comprendí que aquí en América no hubo tal descubrimiento, sino un genocidio al ser invadidos por quienes venían a buscar riquezas para solucionar sus problemas económicos y políticos.
La resistencia continúa en toda la Patria Grande y en el resto del mundo que aun sigue buscando la paz y su verdadera liberación.
El 12 de octubre no se celebra nada, se conmemora los millones de vidas sacrificadas por las ansías de poder. Se conmemora la valentía de tantos caciques y jefes indígenas que enfrentaron con valor al enemigo que les arrebataba sus vidas y sus culturas.