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General: Vamos por más : ARSAT-1
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De: Gran Papiyo (Mensaje original) |
Enviado: 16/10/2014 15:11 |
Creo que no está de más agregar este viejo Tema de unos años atrás :
Hoy es un día histórico para los argentinos ! ! ! !
Aunque los poderosos Medios de desinformación masivos y la decadente oposición política lo traten de ningunear.
Lo cierto es que toda esta lacra se vuelve a estrellar contra la realidad como tantas otras veces.
Quién decía que la Argentina estaba en el "hiper-orto de mundo" y que "en el exterior se nos cagan de risa ?????
Ahhhh, siiiiiii... el gordo panqueque y mercenario Lanata ! ! ! ! !
Y donde están ahora los trotskos que afirman que el kirchnerismo es lo mismo que los anteriores gobiernos que entregaron a la Patria ?????
Y... deben estar haciendo algún piquete en la Panamericana, seguramente. Porque es lo único que saben hacer (además de pasearse por los pasillos de TN y concurrir a los cumpleaños de pseudo-periodistas clarinistas).
Jueves, 16 de octubre de 2014
Hoy por la tarde se lanza el satélite argentino de telecomunicaciones desde una base francesa en Guayana
Arsat-1 listo para emprender su viaje al espacio
El artefacto emprenderá un viaje de casi 36 mil kilómetros a lo largo de tres días hasta llegar a su posición orbital. Si el proceso es exitoso, mejorará la prestación en el país de los servicios de televisión, Internet y telefonía.
Por Javier Lewkowicz
El Arsat-1 está equipado con una antena para Televisión Digital Terrestre, Internet y telefonía sobre IP
Página/12 En Guayana
Desde Kourou
El satélite Arsat-1 será hoy enviado al espacio. Un lanzador Ariane 5, de origen francés, que pesa casi 800 toneladas y mide 60 metros de alto, hará el esfuerzo de sacarlo del planeta y luego el satélite emprenderá un viaje de casi 36 mil kilómetros a lo largo de tres días hasta llegar a su posición orbital. Si el proceso es exitoso, el artefacto desarrollado por los profesionales del Invap de la ciudad de Bariloche mejorará la prestación en el país de los servicios de televisión, Internet y telefonía. Así, Argentina se integrará al selecto grupo de naciones que diseñan y maniobran satélites de telecomunicaciones. “Mañana (por hoy) va a ser un día histórico. Se va a cumplir uno de los sueños de Néstor”, aseguró ayer a Página/12 el ministro de Planificación, Julio De Vido.
El Arsat-1 está equipado con una antena para Televisión Digital Terrestre, Internet y telefonía sobre IP. Por eso se espera que cuando esté en pleno funcionamiento pueda brindar esos servicios en puntos del país con bajo o nulo nivel de conectividad en la actualidad. Esas funciones son mucho más exigentes que la observación científica, propósito del satélite SACD/Aquarius, desarrollado por el Invap junto a la NASA norteamericana y lanzado al espacio en 2011, y de sus predecesores. En relación con el SACD/Aquarius, el Arsat-1 es mucho más robusto, pesa casi 3 toneladas y tiene cuatro metros de alto y 16 de largo, con los paneles solares extendidos. También tiene una vida operativa más extensa, de quince años, frente a los cuatro años de los aparatos de uso científico. El Arsat-1 fue diseñado y ensamblado íntegramente en la Argentina, un orgullo para los científicos involucrados en el proyecto porque en ese club sólo se anotan por ahora los Estados Unidos, la Eurozona, Rusia, Israel, Japón, China y la India.
El satélite demandó por parte del Estado y a través del Ministerio de Planificación una inversión de 270 millones de dólares. Podría haber sido comprado al exterior a un precio probablemente menor. Pero la política científica e industrial, en todos lados, tiene costos, de otra manera no formaría parte de las decisiones estratégicas de un país. La construcción del Arsat-1 generó trabajo calificado en un importante número de pymes que crecieron alrededor del proyecto en actividades como cálculo estructural, piezas mecanizadas y equipos electrónicos. Cuando esté en funcionamiento, el Estado dejará de tener que alquilar satélites.
La historia de este emprendimiento se remonta al año 2006, cuando fue creada la empresa Arsat, una sociedad anónima que pertenece al Estado argentino. El objetivo era que se hiciera cargo del servicio satelital en reemplazo de Nahuelsat, un consorcio privado encabezado por la alemana DaimlerChrysler Aerospace y la italiana Finmeccanica. A ese grupo se le había adjudicado en 1991 la provisión y operación de dos satélites. El primero, llamado Nahuel1, fue puesto en la posición orbital de 71,8 grados oeste en enero de 1997.
El segundo satélite debía ser colocado antes del 19 de octubre de 2003 en la posición de 81 grados oeste, lugar reservado al país por la Unión Internacional de Telecomunicaciones. Pero cuando llegó la fecha, la empresa ni siquiera había empezado a construir el aparato. Ese incumplimiento puso en riesgo la conservación de la posición orbital designada, que reclamaba Gran Bretaña. El gobierno de Néstor Kirchner decidió ocupar la órbita 81 con un equipo alquilado al grupo holandés SES y en paralelo avanzar en la construcción de un satélite propio para ocupar la órbita 71,8 grados oeste, porque Nahuel-1 cumpliría su vida útil en 2010, momento en el que fue reemplazado con otro satélite alquilado.
La construcción del satélite quedó a cargo del Invap, empresa rionegrina que trabajó en la fabricación de radares y reactores nucleares. El Arsat-1 se terminó de construir en julio del año pasado y desde entonces fue sometido a diversas pruebas de resistencia en el Centro de Ensayos de Alta Tecnología (Ceatsa) que desarrolló el Invap. El artefacto permaneció por 34 días en la cámara de termovacío, que simula las condiciones del espacio, con un ciclado de bajas y altas temperaturas, desde -180 a 150 grados. Pasó por la prueba Shaker, una especie de súper batidora que imita las vibraciones que padecerá el satélite durante el lanzamiento y superó el test de volumen, con 90 parlantes que emitieron 142 decibeles directo al satétile.
Terminaron las pruebas, el satélite viajó a la Guayana Francesa y fue instalado en el cohete Ariane 5. Se acerca la instancia decisiva. La cita es a las seis de la tarde en la base espacial de Kourou, en un evento que será transmitido por la TV Pública para todo el país. En ese momento se tomarán una pausa los técnicos del Invap, silenciosos protagonistas, para luego continuar trabajando en el Arsat-2 y el satélite científico Saocom, ambos para poner en órbita en 2015, y en el Arsat-3, agendado para 2017.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo) |
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El proceso que llevó a la construcción del artefacto íntegramente argentino
La historia detrás del satélite
El proyecto surgió en 2006, cuando el entonces presidente Néstor Kirchner decidió crear la estatal Arsat y luego sumar a Invap como diseñador e integrador del satélite. Ambas firmas crecieron fuerte en los últimos años.
La firma estatal Arsat reemplazó a un consorcio integrado por una firma alemana y otra italiana.
El lanzamiento de Arsat1 que se realizará hoy por la tarde desde Guayana marcará el ingreso de Argentina al selecto “club” de países que producen sus propios satélites de telecomunicaciones, espacio integrado sólo por Estados Unidos, Rusia, China, Japón, Israel, India y la Eurozona. La construcción de este artefacto, especificado por la estatal Arsat y diseñado e integrado por la firma Invap, es al mismo tiempo la culminación de un largo proceso de trabajo que comenzó en abril de 2006, cuando el gobierno de Néstor Kirchner creó Arsat para hacerse cargo del servicio satelital, en reemplazo de Nahuelsat, un consorcio privado encabezado por la alemana DaimlerChrysler Aerospace (hoy, Airbus) y la italiana Finmeccanica.
A ese grupo extranjero se le había adjudicado en 1991 la provisión y operación de dos satélites. El primero, llamado Nahuel-1, fue puesto en la posición orbital de 71,8 grados oeste en enero de 1997, mientras que el segundo debía ser colocado antes del 19 de octubre de 2003 en la posición de 81 grados oeste, lugar reservado al país por la Unión Internacional de Telecomunicaciones luego de un acuerdo de reciprocidad satelital firmado con Estados Unidos.
Cuando llegó la fecha, Nahuelsat ni siquiera había comenzado a construir el segundo satélite. El incumplimiento puso en riesgo la conservación de la posición orbital de 81 grados oeste, que estaba siendo reclamada por Gran Bretaña. En ese momento, el gobierno de Néstor Kirchner solicitó una prórroga de dos años y empezó a explorar alternativas. Finalmente, la decisión fue construir un satélite argentino y, mientras tanto, ocupar la órbita 81 con un equipo alquilado al grupo holandés SES. Luego se sumó también la necesidad de montar un segundo satélite para ocupar la órbita 71,8 grados oeste; pues a principios de 2010 el Nahuel-1 cumplió su vida útil y se lo reemplazó con otro satélite alquilado, el AMC 6, también del grupo holandés SES.
Para avanzar con la construcción de los satélites Arsat-1 y Arsat-2, la estatal Arsat sumó como contratista a Invap, responsable del gerenciamiento de estos proyectos, el desarrollo completo de la ingeniería, su fabricación y los ensayos. Invap había sido fundada en 1976 a partir de un convenio firmado entre el gobierno de la provincia de Río Negro y la Comisión Nacional de Energía Atómica y para 2006 ya tenía un prestigio ganado como exportadora de instalaciones nucleares. No obstante, tanto Arsat como Invap se fortalecieron de manera notable durante los últimos años a partir del creciente apoyo oficial que recibió la ciencia y la tecnología.
Arsat fue la herramienta elegida por el Gobierno no sólo para impulsar su política satelital sino también para desplegar la red de fibra óptica en el país como parte del programa Argentina Conectada. Además resultó clave en el desarrollo de la televisión digital terrestre. Invap, por su parte, continuó sumando contratos en el sector nuclear, se sumó al programa satelital y tiene un papel clave en el plan de radarización. A raíz de esta situación, desde 2003 incrementó su personal de 350 a 1100 personas y elevó su facturación anual de 30 a 200 millones anuales.
“En estos 40 años, desde que empezó Invap, nunca hubo un apoyo a la ciencia y la tecnología para convertirlas en herramientas clave del desarrollo económico como en la última década. Eso es lo que hacen los países industrializados, pero en Argentina no se había hecho. El presidente Néstor Kirchner fue uno de los impulsores, con la creación de Arsat, en 2006, y después la presidenta Cristina Fernández de Kirchner le dio un impulso todavía mayor al crear el Ministerio de Ciencia. Esa decisión política es la que hoy nos permite realizar este tipo de trabajos. Se han dado pasos fundamentales para que la materia gris no se fuera de la Argentina. Nosotros estamos cansados de escuchar que la ciencia y la tecnología son importantes. Ningún dirigente habla en contra, pero lo importante es poner los recursos para poder llevarlo a la práctica”, aseguró el CEO de Invap Héctor Otheguy a Página/12 el 7 de agosto, cuando este diario recorrió las intalaciones de Invap donde el satélite Arsat1 estaba listo para ser embalado.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo) |
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