CÓMO FORTALECER EL
RESPETO
1- Aprende
a escuchar
Miremos con
respeto a todas las personas que se cruzan en nuestro camino detengámonos unos
segundos para saludarlas, mirémoslas a los ojos y deseémosle un buen día, o
simplemente démosle las gracias con sentimiento. Deseémosle lo mejor desde el
corazón.
2- Tomemos la decisión de
aprender
El que cree
que ya lo sabe todo está estancado. El mundo cambia continuamente y nosotros con
él, y cada persona o situación que se presentan en nuestra vida son
oportunidades para aprender y crecer.
3- Colócate en los zapatos
del otro
Nadie hace
cosas por fastidiar al otro; tú no sabes la situación difícil que otros pueden
estar viviendo. De vez en cuando es necesario que trates de pensar y sentir como
lo está haciendo la otra persona; es decir, desde su punto de vista. Extender
nuestra comprensión hacia los demás, implica volvernos más
compasivos.
Que alguien
tenga un defecto, que diga o haga cosas improcedentes no lo condena como
persona, siempre podemos recapacitar o cambiar nuestra actitud o comportamiento.
Por lo tanto, no rechaces, discrimines o maltrates a otros porque no hacen lo
que tú deseas o esperas, ten más paciencia y comprensión.
5- Nadie es más ni menos que
tú
Sólo somos
diferentes en lo personal. Llegamos a este mundo con limitaciones y condiciones
más o menos difíciles para superar, resolver y de las cuales aprender, en eso
radica todo. Acepta a los demás con sus defectos y cualidades sin juzgarlos con
ligereza.
6- Enseña a tus hijos con el
ejemplo
Recuerda que
es durante nuestra primera infancia, cuando comenzamos a incorporar los valores
esenciales. En el proceso de enseñar a tu hijo cómo vivir, tu ejemplo es
determinante. Eres tú quien enseña a tus hijos a través del respeto hacia ellos,
de qué manera ellos te respetarán a ti y a otros. La próxima vez que vayas a
entrar a su cuarto, toca la puerta antes de hacerlo; de esa manera, él tocará a
tu puerta antes de entrar.
Cuando vivimos con respeto
hacia los demás, nos volvemos más tolerantes, pacientes, comprensivos,
cumplidores y responsables de nuestra participación en el mundo, y cuando nos
volvemos respetuosos de nosotros mismos, establecemos límites con seguridad, nos
valoramos más y confiamos en nuestra capacidad.
CARIÑOS.AIMAR