Aquí está el origen del proverbio: “Mono viejo no
mete la mano en la cumbuca”
En la India, los cazadores abren un pequeño agujero en un coco, colocan una
banana adentro y se esconden. El mono se acerca, toma la banana, pero no
consigue sacarla, porque su mano cerrada no pasa por la abertura. En lugar de
dejar la fruta, el mono se queda allí luchando contra lo imposible, hasta ser
atrapado.
Lo mismo pasa en nuestras vidas. La necesidad de tener determinada
cosa hace que terminemos prisioneros de ellas. No percibimos que es mejor perder
un poco, que perder todo.
Permanecemos en la trampa, no abrimos la mano que tiene lo que conseguimos.
Nos juzgamos sabios, pero – en lo profundo del corazón- sabemos que es una
idiotez obrar así.
Paulo Coelho