Sólo una sonrisa
Déjame mirar tus ojos, y pronto me iré deprisa,
dame sólo una sonrisa, al fin no te cuesta nada.
Quiero sentir tu mirada, fresca como nívea brisa,
al verte mi alma se irisa como una bella alborada.
Resuena cual campanada mi corazón afligido,
y siento en cada latido algo que irradia y hechiza,
son tus ojos, tu sonrisa, jamás lo había sentido,
antes de ti no he vivido de amor ni una sola triza.
Mi alma miedosa, sumisa, te estará siempre esperando,
y mientras vayas pasando, coqueteando con tu pelo,
serás como un alto cielo, a Dios le diré, hasta cuándo,
yo te seguiré mirando en mi eterno desconsuelo.
Te convertiste en mi anhelo, en mi norte, mi futuro,
y te espera sin apuro, mi amor y mi vida entera.
Vendrás como primavera, y hallarás un amor puro,
por lo más santo te juro, si no es cierto… que me muera.
Autor: Eliseo León Pretell
Houston Texas, EE UU
Derechos reservados