La soledad es testigo, de mis castigos y glorias. Primera de mis amigos, la llevo conmigo igual que una más.
La soledad me hace libre, la soledad no me engaña, cuando el mundo se va, soledad es la última que me acompaña.
Y es la única hermana que vence a la puesta de sol cada tarde, la presunta culpable del amanecer sólo ante mi ventana, la que llena mi cama de amores y niños, de abuelas y padres.
Ay mi soledad, a nadie nunca como a tí le he sido fiel, alomejor te llevo un día ante el altar, porque, en verdad, quiero contigo envejecer.
Ay mi soledad, hemos cruzado tantas ciénagas los dos, tantos secretos que no podemos contar tantas palabras que dirían que es amor.
Ay soledad que a tu manera, subes y me das la mano y así los dos caminamos juntos por la carretera.
Ay soledad, pa mí, que yo soy un varón, y tu silueta de mujer tiene el deseo embriagador, de otras mujeres que ya no me inspirarán estas canciones..
Aunque muera contigo, por Dios, soledad, solamente te pido.. ¡que no me abandones!.