Valen la pena los amigos. Esos con los que te encanta perder el tiempo. Esos con los que eres tú mismo, sin filtros, capas o escudos que valgan. Esos con los que confiesas hasta lo más inconfesable, y por tu propia voluntad. Esos a quienes te atreves a contar tus miedos, tus ilusiones, tus vergüenzas y tus conquistas.
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