Qué difícil es retomar de nuevo el camino cuando pierdes a tu compañero de viaje, y sabes que debes cumplir con tu destino aunque ahora pese mucho más tu equipaje.
No obstante, tus ojos no puedan mirarlo tú percibes su presencia a cada paso, tan real, por momentos, que quieres abrazarlo pero en el vacío se pierde tu abrazo.
Y triste tú le hablas , su respuesta buscando mas el silencio te envuelve... no escuchas su voz. Duele, y sin embargo, debes seguir caminando para cumplir así, con la voluntad de Dios.
Por segundos tu mente te hace comprender que llegamos al mundo a cumplir una misión, y al termino de ella, al Padre, hay que volver, pero el dolor es grande, no triunfa la razón.
Pasan los días y sólo esperas que el Señor te ayude a continuar y te brinde consuelo, a que impida que te confunda tanto dolor, que te hagan cuestionar los designios del cielo.
Romie
|