DECISIONES CIERTAS
"... olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante" (Filipenses 3:13).
Un joven, con 32 años, fue designado Presidente del banco. Él jamás podría imaginar que sería indicado para tal cargo, mucho menos con aquella edad. Buscó el Presidente honorario de la Dirección y dijo: "Sabe, he sido designado Presidente".
Estaba preguntándome si tú podrías darme algún consejo". El hombre de edad le dijo apenas dos palabras:
"¡Decisiones ciertas!" El joven esperaba mucho más que eso y
continuó: " Su consejo es realmente útil y yo lo aprecio
mucho, pero, ¿podría ser más específico? ¿Cómo yo puedo
tomar decisiones ciertas?"
El viejo sabio contestó simplemente: "Experiencia". El joven entonces habló: "Bien, es exactamente por eso que estoy aquí. Yo no tengo el tipo de experiencia que necesito.
¿Como yo adquiero ésa experiencia?"
La respuesta vino inmediatamente: "¡Decisiones equivocadas!"
El nuevo año está llegando y el Señor nos designó para ocupar los cargos de victoriosos y felices. Éste es nuestro gran propósito, nuestro mayor ansío. Queremos un año mejor, queremos armonía en nuestra casa y junto a los amigos, queremos realizar nuestros sueños, queremos alcanzar la tan esperada felicidad. ¿Y cómo podremos tener todo eso?
La respuesta es simple: necesitamos tomar decisiones ciertas.
Y ¿cómo podremos tener certeza del que tomaremos las decisiones correctas? Buscando la experiencia de las decisiones equivocadas del año anterior. El Señor estará a nuestro lado para mostrarnos donde erramos y cual la nueva decisión a tomar.
Si fuimos precipitados en algún momento, buscaremos la orientación del Señor para cada nuevo paso a dar.
Si recorremos caminos equivocados, dejaremos al Señor conducirnos por los correctos.
Si fuimos negligentes e indiferentes a la voluntad de Dios, buscaremos colocar el Señor Jesús en primer lugar.
Si nuestra confianza estuvo siempre en nosotros mismos, ejercitaremos la fe y reconoceremos que sin Cristo nada podemos hacer.
La experiencia de los errores pasados nos ayudarán a conquistar grandes victorias y el nuevo año será colmado de mucha alegría y felicidad.
Jesucristo debe ser nuestro Amigo inseparable, todos los días. De esa manera, el nuevo año será el mejor de toda nuestra vida.
¡Feliz Año Nuevo para todos!
Autor: Paulo Barbosa