CUANDO TU HIJO SE AVERGÜENZA DE TI
Autor: Alejandro Ledesma Solórzano
Avergonzarse de los padres nunca es justificable y ciertamente el cuarto mandamiento de la Ley
de Dios lo señala: “Honraras a tu padre y a tu madre”. Pero ¿qué pasa cuando provocan fuertes
decepciones en los hijos? Para muchos padres de familia, la adolescencia en sus hijos es un
período de intenso desarrollo, no sólo físico, sino también moral. Lo peor es que el hogar se
convierte en un “campo de batalla” donde se generan discusiones por todo y por nada.
De acuerdo con los especialistas, la imagen, opinión, aceptación o rechazo hacia los padres
cambia a medida que los hijos van creciendo y pasan de niños a jóvenes y a adultos.
En entrevista con la psicóloga Mónica Castillo, de De Padres a hijos, comentó que la sana
convivencia familiar se logra con el respeto, “siempre debe estar presente en las familias y
nunca se debe perder, es cierto que los padres no deben ganarse el respeto porque por el
hecho de serlo lo poseen, pero lamentablemente muchos llegan a perderlo por sus malas
acciones”.
La especialista señaló que con la decepción muchos padres pierden el respeto, “de niños
admiramos a nuestros padres y conforme vamos creciendo esa admiración no debe perderse,
lamentablemente muchos hijos se decepcionan cuando los padres no se comportan frente a
ellos como lo que son pero también existen motivos tontos por lo que los hijos se
avergüenzan y un ejemplo claro es el físico o la posición económica”.
Mónica Catillo mencionó que “muchos hijos se sienten frustrados al no ver una familia
‘perfecta’ en su hogar pero tampoco se empeñan en formarlo, en todo hogar se necesita la
comunicación, si hay un problema todos deben enterarse de él para solucionarlo, la sana
convivencia no es difícil, sólo es cuestión de respeto y comunicación”.
Por otro lado, el sitio micumbre.com señala las principales causas por las que los hijos se
avergüenzan de los padres y rehúyen su presencia:
Cuando no llegaron al mismo nivel cultural, social y económico que los hijos.
Cuando tienen limitaciones o defectos físicos o mentales, están enfermos, impedidos,
etcétera.
Cuando no hablan el mismo idioma que los hijos, o lo hablan mal, porque no pudieron
aprenderlo.
Cuando no los pueden presentar a la familia política o amistades, por cuestiones de
diferencia social o económica. Incluso cuando van mal vestidos.
Cuando externamente practican ideas muy contrarias, religiosas o políticas, a las de
los hijos.
Serán muchos los motivos para causar decepción en los hijos pero recuerda que el
respeto es primordial en el hogar, no permitas que se pierda.