Dormir menos de siete horas por noche incrementa tres veces las posibilidades de contraer un resfrío, mientras que descansando aún menos tiempo, las chances crecen cinco veces. Esta es la principal conclusión de una investigación realizada en Pittsburgh, Estados Unidos, por profesionales de la Universidad Carnegie Mellon.

“Nuestro trabajo es el primero en mencionar que durmiendo menos de las ocho horas recomendadas, disminuye la resistencia del cuerpo frente a determinados virus. Esto quiere decir que desarrollar hábitos de sueño regulares y rutinarios contribuye al funcionamiento del sistema inmune y la habilidad de éste para defenderse”, explica el autor principal del estudio, Sheldon Cohen.

Asimismo, en las conclusiones de la experiencia que forman parte de la edición de enero de la revista especializada Archives of Internal Medicine, Sheldon afirma que pruebas anteriores habían demostrado que dormir las ocho horas diarias habitualmente recomendadas por los especialistas contribuye también al descenso de las tasas de enfermedad cardíaca y fallecimiento.

Durante el desarrollo del estudio que se extendió entre 2000 y 2004, el equipo de Cohen recolectó datos de 153 hombres y mujeres a los cuales se les preguntó no sólo cuántas horas dormían por noche sino también cuáles eran las sensaciones al día siguiente. Es decir, si se sentían cansados, si creían haber descansado o estar preparados para enfrentar el día.

Por otro lado, más allá del cuestionario, a los participantes se les administraron gotas para la nariz que debían colocarse además de reportar cualquier síntoma relacionado con el resfrío, la molestia nasal o la gripe. En cuanto a las pruebas más “estrictas” o concluyentes, a las 153 personas se les tomaron muestras de mucosas y de sangre para testear los virus y las respuestas del organismo frente a estos agentes.

“Hallamos que los que habían estado durmiendo menos de siete horas tenían tres veces más posibilidades de enfermarse, de contraer un resfrío. Por otro lado, aquellos que pierden más del 8% de su tiempo de descanso cada noche -debido a que se despiertan o tardan en dormirse-, tienen sus chances de enfermarse al estar expuestos a un virus incrementadas cinco veces”, refirió el doctor Cohen quién además agregó que “más allá de las cifras y demás, la investigación apunta a remarcar la importancia de cuidar el organismo no sólo comiendo bien o haciendo actividad física sino también descansando la cantidad de tiempo necesaria según las actividades que cada uno haga”.

En la misma línea, la argentina Margarita Blanco, especialista en neurofisiología clínica y medicina del sueño del Centro Neurológico del Hospital Francés, confirmó: “Un buen descanso es fundamental para empezar bien el día siguiente y, en consecuencia, estar preparados para todo aquello a lo que podemos resultar expuestos”.

Fuente: neomundo.com.ar