Todos tenemos una sartén que deberíamos tirar porque las cosas se nos pegan. Obviamente la solución pasa por comprar una sartén nueva pero para salir del apuro hay algo que se puede hacer. Vamos a recurrir a nuestra gran aliada: la sal.
Se echa un buen puñado de sal gruesa a la sartén y se pone al fuego hasta que esa sal se tueste. Luego se aparta y se tira cuando se ha enfriado.
Y ya que estamos con sartenes, os vamos a dar otro truco. Hay veces que después de cocinar, (por ejemplo pescado) no se puede consigue quitar el olor residual. Un remedio muy eficaz es poner leche a hervir en esa misma sartén.
Y un último truco: para sartenes ennegrecidas, con manchas, nada mejor que poner a hervir un chorrito de vinagre.
RED.BOTICABUELA