Desafortunadamente, los ácaros del polvo, que son organismos microscópicos que viven y prosperan en el polvo, se alimentan de las células muertas de la piel y se propagan en los colchones.

Tomando algunas precauciones, puedes reducir las probabilidades de desarrollar una alergia a los ácaros.

Compra sabanas especiales de plástico para eliminar los ácaros del polvo en los colchones.

Estas sabanas, llamadas fundas anti-ácaros, sellan los ácaros del polvo del resto de tu topa de cama, y ​​efectivamente los separa de su fuente de alimento (que eres tu, ya que los ácaros del polvo comen las células muertas de la piel).

Muchas de estas fundas de plástico ahora tienen algodón o franela cubriendo el exterior, lo que las hace mucho más cómodas que los tipos más antiguos de fundas.

Aspira tu colchón cada pocas semanas para eliminar los ácaros, utiliza una aspiradora con un filtro HEPA. Limpia a fondo cualquier borde del colchón que entre en contacto con la pared.

Aspira la alfombra debajo de la cama también, aunque puede ser una mejor idea quitar la alfombra.

Lava toda tu ropa de cama, incluyendo todas las fundas de las almohadas, mantas y sábanas, por lo menos una vez por semana en agua caliente a más de 50 ºC.

Evita el uso de una escoba para barrer en seco el área alrededor de los colchones. Las escobas simplemente levantan el polvo en el aire, transportando los ácaros del suelo, nuevamente a tu ropa de cama.

Un trapeador húmedo o un trapo es una forma mucho mejor para limpiar el área y eliminar ácaros de polvo alrededor de tu colchón.

Rocía tus colchones con los tratamientos que utilizan ácido tánico para controlar la actividad de los ácaros del polvo. Estos productos no matan a los ácaros del polvo en sí, sino que desactivan la materia fecal que provoca muchas alergias.

Un colchón puede tener entre 10.000 y 1.000.000 de ácaros de polvo que viven en él después de unos pocos años de uso.

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