Lecturas para este día: Ezequiel 2: 8. 3: 4. Mateo 18: 1-5. 12-14.
¨Si te hace caso, has salvado a tu hermano¨. Mateo 18: 15-20.
Hay que corregir a tiempo, después puede ser ya demasiado tarde, con mucha humildad y valor, buscando ante todo el bien del otro.
Nació Enriquito, el consentido de sus padres. Desde pequeño le cumplían todos sus caprichos, pero alguien advirtió a los padres:
– Eduquen al niño con modales y sensatez. Acostúmbrenlo a obedecer, a renunciar, a compartir…
– ¡Ah no! ¡La gente debe dejar a los niños a su voluntad. Es una equivocación llevarles la contraria, como se hacía antiguamente.
El niño crecía maleducado. Un día estaban a la mesa, cuando el pequeño rey gritó:¨¡No quiero !¨. Y de un empujón tiró el plato al suelo. ¨Siempre enérgico¨, dijo el padre con una risa un poco forzada. Otro día el niño estaba bajando de la silla cuando el padre quiso ayudarle. La respuesta inmediata fue: ¨¡Déjame, tonto!¨ Enrique ya tenía 13 años. Un día robó del cajón del dinero. Esta vez el padre le dijo con rabia: -Esto es mío, porque soy el dueño de la casa, ¿Entiendes?. El muchacho, furioso, cogió un machete y se lanzó contra el padre. Falló el golpe. Por primera vez el padre le dio una zurra de verdad. Pero sin medida. Habría matado al muchacho si los empleados no hubiesen acudido a tiempo. El castigo fue fuerte, pero era tarde. Además, inútil. Nació el odio en el corazón del hijo. Unos meses después, mató al padre de un machetazo. Emboscado en una esquina, esperó al padre y lo alcanzó a traición.
Reflexión y comentarios…
Del Salmo 65: Bendito sea el Señor.