Lecturas para este día: 1 Juan 4: 7-10. Marcos 6: 34-44.
Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. 1 Juan 4: 7-10.
¿Qué necesitamos para amar?
El Espíritu Santo es un manantial de amor inagotable. Sin Él todos nuestros manantiales se agotan. Sin Él bebemos y volvemos a tener sed. Pero el Espíritu satisface plenamente. Bebe todo lo que quieras, no se agota. Y déjate regar por esta agua viva. Que no haya ningún rincón de tu campo que no sea impregnado por el agua del Espíritu. Verás cómo tu vida entera se embellece y se transforma. Te será fácil amar. Amarás con el mismo amor de Cristo, con el amor de Dios. Si bebes del Manantial, podrás perdonar mil veces al día, podrás compartir tus bienes y hacerte pobre como Cristo, podrás ponerte de rodillas para lavar los pies a tus prójimos o curar las heridas de los enfermos, podrás abrir tu casa para que entre cualquier inmigrante que llama a tu puerta, podrás hacerte pan y pedirte en rebanadas, podrás multiplicar los abrazos y sembrar la comunión. Si sigues bebiendo del Manantial, no sólo te convertirás en fuente, sino conseguirás multiplicar las fuentes, porque los que de ti beban se convertirán en manantial. Dicho de otro modo, los que son amados, amarán. Y, al final,la dicha y el descanso. La unión con Dios hombres, y en esa armonía está la dicha: El amor es el gozo.
Del Salmo 71: Que te adoren, Señor, todos los pueblos.