Lecturas para este día: 1 Juan 4: 19. 5: 4. Lucas 4: 14-22.
¨Si alguno dice: ¨Amo a Dios¨ y aborrece a su hermano es un mentiroso, pues quien no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve. Y hemos recibido de él este mandamiento: Quien ama a Dios ame también a su hermano¨. 1 Juan 4: 19.
La actitud primaria del hombre hacia el hombre, es la benevolencia. Es decir, fuera de casos ¨patológicos¨, enfermos, nadie es ¨malo¨. Cuántas veces nos han atribuido que dijimos algo, hicimos algo, actuamos de alguna manera, y todo era falso y cómo sufrimos al saber toda esa ¨red¨ de mentiras atribuidas falsamente a nosotros. Lo mismo nos pasa con algunos prójimos, quien sabe si realmente dijo lo que dicen que dijo, si lo dijo tal cual te ¨llegó¨ el chisme, si lo dijo con esa intención o en ese ¨tono¨ que piensas si estaba hablando de ti, si estaba desesperado, enojado, desilusionado, etc., nosotros también actuamos ¨despotricando¨ y diciendo cosas de las que después nos arrepentimos cuando estamos enojados, desilusionados, dolidos, desesperados. Podemos llegar a ser injustos cuando sentimos, suponemos ese rencor hacia alguien que, a fin de cuentas, ni lo dijo, ni lo hizo tal cual. Por lo tanto, comprendiendo, no hace falta perdonar. Pero luego, uno que cree que ya perdonó y olvidó, que la herida ya se cicatrizó. Pero de repente en el momento menos pensado, otra vez el rencor, el odio, la herida abierta, la aversión al rojo vivo, dolorosa por inesperada. No te asustes, es normal, una herida profunda se sana con muchas ¨curaciones¨, cada día, un proceso de caminar junto a Jesús después de muchas caídas y levantadas, hasta que llegues a la libertad. El amor propio es ciego y suicida, no quiere perdonar, la sed de venganza le produce una extraña sensación de placer pero es locura, pues el resentimiento solo destruye al resentido. Haz del perdón en el amor de Jesús tú ¨estilo¨ de vida.
Reflexión y comentarios…