Hemos perdido Hemos perdido aun este crepúsculo. Nadie
nos vio esta tarde con las manos unidas mientras la noche azul caía
sobre el mundo. He visto desde mi ventana la fiesta del poniente en los
cerros lejanos. A veces como una moneda se encendía un pedazo de sol
entre mis manos. Yo te recordaba con el alma apretada de esa tristeza
que tú me conoces. Entonces, dónde estabas? Entre qué gentes?
Diciendo qué palabras? Por qué se me vendrá todo el amor de golpe
cuando me siento triste, y te siento lejana? Cayó el libro que siempre
se toma en el crepúsculo, y como un perro herido rodó a mis pies mi
capa. Siempre, siempre te alejas en las tardes hacia donde el
crepúsculo corre borrando estatuas. Pablo
Neruda
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