Por cauce horizontal y paralelo, mi mano, cabalgando en tu figura, baja de la cadera a la cintura, ronda los senos y ensortija el pelo.
Tu intimidad sensual levanta el vuelo descubriendo vibrante una estructura con ansiedad de entrega y de aventura y la agresión de una leona en celo.
He de hacer de tu cuerpo una mordaza, y formarán tus labios un camino de humedad, arrastrándose en mi piel.
Verás mi círculo de amor que abraza tu temblor en furioso torbellino, y plantaré mi flor en tu vergel.
Francisco Alvarez Hidalgo
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