Es tu día, Señor.
El momento del encuentro.
Del cara a cara del hombre contigo.
De saber que avanzas a nuestro lado.
De confirmarnos en el áspero y duro camino.
De celebrar, algo que sólo el Domingo nos da:
La VIDA se impone sobre la muerte.
La RESURRECCIÓN espera al final,
después de la gran semana de la vida terrena.
La PAZ como fruto de la comunión
de Dios con el hombre.
Es tu día, Señor.
Amén.
(P. Javier Leoz)
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