Parte 14
Para reafirmar el gran misterio de la Santísima Trinidad de Dios, tomemos como ejemplo el paralelo que las empresas, e inclusive, las funciones políticas del hombre guardan con ella.
El poder de Toda empresa deberá ser tripartita, y esa condición es la que les da el sentido correcto a las mismas, es decir, Dirección, Ejecución y Control; Las empresas que no cuenten con el poder de esas tres personalidades o divisiones, o no cumplan cabalmente con sus estatutos, jamás se verán prosperadas en la forma correcta.
El poder del Gobierno natural de las naciones deberá de ser tripartita, ya que esa condición es la que les da sentido a las mismas, es decir, Poder Legislativo, Poder Ejecutivo, y Poder Judicial, ( o sus equivalentes). Las naciones que no cuenten con esos poderes o personalidades, o no cumplan fielmente con sus estatutos, jamás se verán prosperadas en la forma correcta.
El poder de Dios es tripartita, y ese Poder es el que le debe de dar el sentido a la fe cristiana, Poder del Padre, Poder del Hijo, y Poder del Espíritu Santo. Las denominaciones y congregaciones cristianas que no den la importancia debida al Poder de esas tres Personalidades o no cumplan cabalmente con sus estatutos revelados a través del Nuevo Testamento, jamás se verán prosperadas en la forma correcta.
El ser humano creyente de Jesús que no deje regir su vida por el Poder de la Santísima Trinidad y no cumpla fielmente con los estatutos plasmados en su Palabra en el Nuevo Testamento, jamás será prosperado en la forma correcta. Dios dijo: “Hagamos al hombre a Nuestra Imagen y Semejanza”
(Génesis 1:26.)
Por lo tanto podría decirse que el hombre es reflejo de Dios, es decir: Imagen en Espíritu y semejanza como Dios en el Padre, hombre en el cuerpo; Dios en el Hijo, hombre en el alma; Dios en el Espíritu Santo, hombre en el espíritu.