Parte 66
Esto nos llevado a aceptar todo o casi todo lo que nos ha sido enseñado de Dios y de su Hijo Jesucristo a través del conocimiento de humana sabiduría, porque no nos hemos interesado en meditar profundamente su Palabra, lo que ha traído como consecuencia y de proporciones alarmantes, que solo en la raza humana se de la destrucción física y material de su misma especie en todas sus facetas y modalidades, sin ninguna consideración, sin ninguna misericordia, sin ninguna piedad, sin ningún respeto.
La Palabra de Dios a través de su lectura en la Biblia nos demuestra que El nunca se separó por completo del ser humano, y que escogió un pueblo por El formado, el Pueblo judío, para llevar a cabo su Plan Divino en su orden y su propósito, esto, para que el ser humano creado a su Imagen y Semejanza alcanzara el conocimiento que poco a poco lo llevaría a encontrar lo que él mismo, por su desobediencia, había extraviado.
Con el fin de resumir lo anterior y para su màs fácil comprensión,
Veamos las siguientes láminas.
La desobediencia de Adán y Eva provocó que la comunicación directa del hombre con Dios se interrumpiera, y el hombre, en su trinidad humana fuera separado temporalmente de la presencia misma de Dios en esa unión perfecta en su santísima trinidad, y Jehová Dios al maldecir a la tierra, colocó al hombre en el Polo Negativo, lugar de tinieblas y confusión.
El siguiente relato nos da el buen mensaje de que Dios nunca se ha apartado del hombre temeroso de El, sino por el contrario, Dios nos demuestra que se complace en el hombre que le da el primer lugar en todo, y que además, eso le permite vivir dentro del hombre que sujeta ( une ) su voluntad, a través de su libre albedrío, a su voluntad Divina, sujeción que le permitirá al hombre, a su tiempo, tiempo de Dios, introducirse nuevamente y para siempre en el Reino de Dios Vivo.
"El hombre se unió a Eva, su mujer, la cual quedó embarazada y dio a luz a Caín, pues decía: gracias a Jehová he podido tener un hijo. Después dio a luz al hermano de Caín, Abel. Abel fue pastor de ovejas y Caín, labrador. Pasado algún tiempo, Caín presentó a Jehová una ofrenda de los frutos de la tierra. También Abel le hizo una ofrenda, sacrificando los primeros nacidos de su rebaño y quemando su grasa. A Jehová le agradó Abel y su ofrenda mientras que le desagradó Caín y la suya.
Génesis 4: 1 al 5