Bueno hermano Sergio, es muy débil tu argumento así como San pablo en hacerse llamar súper apóstol, sin ser buscado por el Cristo en vida en la tierra, sino muchos años después en visión de la realidad de San pablo en lo que cuenta de su vivencia y que solamente tenemos a él como testigo del hecho y Ananías por respaldo del mismo asunto…
Pero hay dos testimonios del hecho de a ver visto al Cristo en ese asunto Ananías y Saulo, y en él se dice:
9 Entonces Saulo, respirando aún amenazas y homicidio contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote 2 y le pidió cartas para las sinagogas en Damasco, con el fin de llevar preso a Jerusalén a cualquiera que hallase del Camino, fuera hombre o mujer.
3 Mientras iba de viaje, llegando cerca de Damasco, aconteció de repente que le rodeó un resplandor de luz desde el cielo. 4 El cayó en tierra y oyó una voz que le decía:
-Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
5 Y él dijo:
-¿Quién eres, Señor?
Y él respondió:
-Yo soy Jesús, a quien tú persigues. 6 Pero levántate, entra en la ciudad, y se te dirá lo que te es preciso hacer.
7 Los hombres que iban con Saulo habían quedado de pie, enmudecidos. A la verdad, oían la voz, pero no veían a nadie. (ellos no relata que hayan visto esa luz¡) 8 Entonces Saulo fue levantado del suelo, y aun con los ojos abiertos no veía nada. Así que, guiándole de la mano, le condujeron a Damasco. 9 Por tres días estuvo sin ver, y no comió ni bebió.
10 Había cierto discípulo en Damasco llamado Ananías, y el Señor le dijo en visión:
Hay que notar que en la visión no relata de esa luz que vio San Pablo, que por ser tan potente lo doro las corneas de los ojos, como lo ve Ananías…en su relato…
-Ananías.
El respondió:
-Heme aquí, Señor.
11 El Señor le dijo:
-Levántate, vé a la calle que se llama La Derecha y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo de Tarso; porque he aquí él está orando, 12 y en una visión ha visto a un hombre llamado Ananías que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista.
Esta visión del relato es diferente de lo que San Pablo vio,...según en el relato el ve a Ananías para sanar y darle visto de nuevo…
13 Entonces Ananías respondió:
-Señor, he oído a muchos hablar acerca de este hombre, y de cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén. 14 Aun aquí tiene autoridad de parte de los principales sacerdotes para tomar presos a todos los que invocan tu nombre.
15 Y le dijo el Señor:
-Vé, porque este hombre me es un instrumento escogido para llevar mi nombre ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel. 16 Porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.
Nosotros que leemos no tenemos dudas que es el Cristo que habla en ese relato verdad…
17 Entonces Ananías fue y entró en la casa; le puso las manos encima y dijo:
-Saulo, hermano, el Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recuperes la vista y seas lleno del Espíritu Santo.
18 De inmediato le cayó de los ojos algo como escamas, y volvió a ver. Se levantó y fue bautizado; 19 y habiendo comido, recuperó las fuerzas.
Son dos testimonio de el mismo asunto, de lo que creamos o dejemos de creen es a riego y a cuenta de cada quien en como entienda en lo escrito…
6 Pero me sucedió, cuando viajaba y llegaba cerca de Damasco, como a mediodía, que de repente me rodeó de resplandor una gran luz del cielo. 7 Yo caí al suelo y oí una voz que me decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?" 8 Entonces yo respondí: "¿Quién eres, Señor?" Y me dijo: "Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues." 9 A la verdad, los que estaban conmigo vieron la luz, pero no entendieron la voz del que hablaba conmigo. 10 Yo dije: "¿Qué haré, Señor?" Y el Señor me dijo: "Levántate y vé a Damasco, y allí se te dirá todo lo que te está ordenado hacer."
11 »Como no podía ver a causa del resplandor de aquella luz, fui guiado de la mano por los que estaban conmigo, y entré en Damasco. 12 Entonces un tal Ananías, hombre piadoso conforme a la ley, que tenía buen testimonio de todos los judíos que moraban allí, 13 vino a mí y puesto de pie me dijo: "Hermano Saulo, recibe la vista." Y yo le vi en aquel instante. 14 Y él me dijo: "El Dios de nuestros padres te ha designado de antemano para que conozcas su voluntad y veas al Justo, y oigas la voz de su boca. 15 Porque serás testigo suyo ante todos los hombres de lo que has visto y oído. 16 Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre."
26:13 En el camino a mediodía, oh rey, vi que desde el cielo una luz, más resplandeciente que el sol, alumbró alrededor de mí y de los que viajaban conmigo. 14 Habiendo caído todos nosotros a tierra, oí una voz que me decía en lengua hebrea: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? ¡Dura cosa te es dar coces contra el aguijón!" 15 Entonces yo dije: "¿Quién eres, Señor?" Y el Señor dijo: "Yo soy Jesús, a quien tú persigues. 16 Pero levántate y ponte sobre tus pies, porque te he aparecido para esto: para constituirte en ministro y testigo de las cosas que has visto de mí y de aquellas en que apareceré a ti. 17 Yo te libraré del pueblo y de los gentiles, a los cuales ahora yo te envío 18 para abrir sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz y del poder de Satanás a Dios, para que reciban perdón de pecados y una herencia entre los santificados por la fe en mí."
19 »Por lo cual, oh rey Agripa, no fui desobediente a la visión celestial.
Acá nos queda dos cosas hermano Sergio, creerle o no creerle en su relato, por lo menos en este, pues muchos más, como podemos leer se le hizo fácil en su tiempo de poder escribir como lo hacían los sacerdotes levitas en comunicarle a San pablo su palabra a diferencia de los sacerdotes que administraban a su templo, Dios dejo de tener toda relación con aquellos que lo mandaron a matar, y se quedo con un fanático mercenario de los fariseos, pero que era necio en sus creencias con la gracia que tenia de analizar cuanta escritura caía en sus manos relacionadas en los escritos del Dios de Israel…a comparación de aquellos pescadores que no llego ni a la tercera parte de los libros que escribió San Pablo…
Saludos