Sí se complementan aunque no por defecto, sino por estrategia. Es una manera de mostrarse que las cuatro personas fueron guiadas por un solo autor supremamente inteligente, y que fue dejando en cada uno partes del conjunto total de los hechos que debían mostrarse.
Es muy diciente que cuando un evangelio omite algún registro que hacen los otros sobre algún evento en particular, no los contradice, pero además sí da otros detalles que dimensionan mejor lo acontecido.
Por ejemplo Juan no menciona el beso con que Judas entregó a Jesús, pero sí es el evangelio que muestra a Getsemaní como un lugar secreto donde se reunía el grupo, y registra que los captores de Jesús estaban sorprendidos y asustados por su personalidad.