Los aztecas que vivían en una región tan distante también limpiaban con agua para lavar las faltas; y es absurdo plantear que ellos lo copiaron de los hindúes.
¿Qué sucede entonces? que algo de cierto tiene el hecho de ir a las aguas con el propósito del cambio, pero con el cristianismo se muestra que la puerta de entrada es por Jesús;
ya que ni de los rituales del judaísmo fue tomado el bautismo cristiano, el cual tiene otra connotación, y es que se trata de un compromiso;
no es propiamente una purificación por lavamiento en el agua.
La inmersión (bautismo) jamás perteneció a las prácticas israelitas ni levíticas. El ritual solo es el acto mediante el cual se oficializa que la persona reconoce que se sumergirá en Cristo. Baja a las aguas pero es bautizada en fuego, en sus enseñanzas, en su obra; por esto solo al abrazar verdaderamente a Cristo se obtiene remisión de los pecados. No con la sumersión literal como presumen quienes desconocen que la vida eterna es conocer al Padre, el único Dios verdadero y a su Hijo; y quien guía a toda la verdad es el Espíritu Santo, el mismo que convence de todo pecado, el mismo que engendra para llegar a ser hijos del Altísimo.