Por qué se circuncida
Una hipótesis sobre el origen de la circuncisión
Parece ser que el origen de la circuncisión fue por motivos de salud pública entre los judíos y árabes que habitaban el desierto. El objetivo era impedir la acumulación de arena del desierto, la cual producía inflamación del glande (Sharon Moalem, 2009:60). El caso es que por motivos religiosos, culturales o médicos, se practica de forma más o menos sistemática. En 2006, según estimaciones de la OMS, el 30% de los hombres del mundo estaba circuncidado. En EE.UU, más de 50% de varones son circuncidados (ver datos). En Europa es bastante más inferior, en torno a 10%.
No obstante, la Biblia lo cita en el Génesis XVII. Pero el Corán parece que no lo menciona. Todos los hombres musulmanes están circuncidados, al igual que los judíos (Kaplan, A; Bedoya,MH). Los egipcios lo practicaban, como cita Herodopto en el siglo V a.C. Por esta razón los católicos ortodoxos de Egipto y Etiopía también la practican.
En cuanto a las tradiciones culturales, en muchas culturas, de África, América del Sur y Oceanía, está institucionalizado como ritos de paso .
Además de los ritualizados, la circuncisión masculina se viene realizando sistemáticamente por diferentes motivos: religiosos, higiénicos o profilácticos, en la mayoría de los países occidentalizados.
La hipótesis podría ser la represión en torno al sexo, algo que ha existido desde tiempos ancestrales y que aún sigue vigente, unas veces camuflado de tradición, otras como señas de identidad de pertenencia a un grupo cultural o religioso. La "hipótesis represiva" en Michel Foucault y "Eros y la civilización" de Herbert Marcuse: La autoridad es inherente a toda división social del trabajo, se deriva del conocimiento y está confinado al desarrollo del conjunto. La dominación es ejercida por un grupo o un individuo particular para sostenerse y afirmarse a sí mismo en una posición de privilegio.
La diferencia hombre vs mujer
La relación prepucio-glande es analizada por Mary Jane Sherfey (1974:105):
"En mi opinión, es muy importante la nítida diferencia existente entre el valor que el prepucio tiene para el macho y para la hembra. La circuncisión deja al descubierto el glande, haciéndolo menos sensible a la estimulación táctil; así el hombre circuncidado puede por lo general mantener por más tiempo una erección debido a que su glande ligeramente insensible exige una estimulación más vigorosa".
Y al revés, insiste esta autora:
"El hombre no circuncidado posiblemente es estimulado con mayor rapidez hasta el orgasmo, pero su glande es más sensible, de modo que le permite alcanzar fácilmente orgasmos múltiples o repetidos".
Aunque no se cuestione la relevancia del prepucio en la calidad viril del hombre, parece ser que proporciona un extra tanto en la autoestimulación del pene como en la penetración; evita que adquiera la rigidez típica cuando no existe esta porción de piel deslizante; que mientras fricciona la corona del glande, proporciona un añadido de placer importante en el varón.
En la mujer, el capuchón del clítoris y este, tienen una función inseparable en la reacción orgásmica. El capuchón hinchado durante la fase de excitación fricciona el glande y obliga al tallo del clítoris accionar hacia abajo en dirección a la entrada de la vagina. De ahí que, el primer tercio de la entrada de la vagina se encuentre especialmente irrigado y es clave en la respuesta orgásmiga.
Pero hablar del complejo sexual de la mujer daría para mucho más. Un solo ejemplo, en cuanto al clítoris con un simil que me gusta mencionar: imaginar un buque y sus amarres; imaginad esos mismos amarres en una barquita de remos.El buque es el pene y la pequeña embarcación es el clitoris. El pene es multifuncional (reproducción, micción y palcer) y el clitoris solo sirve para proporcionar placer.
Pero centrándonos en el tema, la mujer utiliza el capuchón hinchado del clítoris en la medida que el hombre usa la vagina para lograr la estimulación del pene. (Ibídem,p.105).
Además de que para ambos sexos, el prepucio proporciona la humedad y el pH necesarios, aportada por el esmegma, ( Dylan Jones,GQ: 2003).
Qué rigor científico existe desde el punto de vista del sexólogo
La amputación, parcial o total de alguna de sus partes puede tener sus consecuencias, aunque, atribuir categorías a la calidad de la respuesta sexual, sería reduccionista, puesto que medidas lineales de algo tan complejo como el placer o el orgasmo se pecaría de simplismo. Cada hombre o mujer tiene una respuesta particular, única y por consiguiente, es muy difícil establecer un consenso en la forma de disfrute y de satisfacción válido para todos.
Igualmente pasa con la fase orgásmica, tan difícil de definir como de localizar. Es cierto que no hay orgasmos, sino, orgasmo en singular, independientemente de dónde y cómo se desencadene; pero, éste también es diferente para cada persona, hombre o mujer. Varían en grado y forma, en intensidad de la satisfacción, número de ellos, etc. Sumamente subjetivo, a parte de los mitos populares y mediáticos que cuantifica y normativiza en clase y grado, cantidades y tamaños la respuesta sexual humana.
En definitiva, desde el punto de vista sexológico, no se habla de sexualidad sino de sexualidades, y todas son diferentes. Trazar los límites de la normalidad es reduccionismo puro y duro, y no deberíamos entrar en el juego de los titulares de este tipo, que es cierto, atraen la curiosidad de la gran masa, pero cuestionable su validez científica. Luego, deberíamos analizarlo desde una estructura más amplia.
Una visión desde la Antropología
Como antropólogo, tengo que admitir el valor que me merecen las tradiciones religiosas y/o culturales, pero, cómo poder intervenir desde mi cultura, este es el problema. Evitar imponer mis puntos de vista a los otros, hacer juicios de valor, prenociones o prejuicios. Yo no estoy circuncidado, pero el que lo esté, ¿dirá que su sexualidad es más completa que la mía? Seguro que sí.
Luego, pienso que no deja de ser meras conjeturas y especulaciones; y todo esto carece de cierto rigor científico, hasta que se demuestre lo contrario. La sexualidad es tan subjetiva que cualquier nueva experiencia a nivel individual invalida la regla universal.
El debate central es cómo inferir las tradiciones rituales de las diferentes culturas sin pecar de etnocentrismo, y a la vez, cómo hacer ver la lógica indefensión de los más débiles a aquellos que ejercen el poder, sin judicializar en exceso y educando en la coherencia. ¿Cómo ser coherentes, cuando el conocimiento de nosotros mismos es aún más rudimentario?
Ahora bien, es conveniente que se revisen estas prácticas y que no se hagan sistemáticamente por rutina, por higiene o como medida preventiva sin contar con el propietario.
No obstante, me gustaría contar con vuestras experiencias. Sobre todo me interesa investigar a los que de adultos fueron operados de fimosis o circuncidados. Que me cuenten el antes y el después.
Supongo que cuando ha sido por motivos médicos como la fimosis, etc, las relaciones sexuales eran poco satisfactorias, e incluso dolorosas. Hoy afortunadamente, estas operaciones ya no se hacen tan a la ligera: urólogos, pediatras,etc, examinan con más cautela antes de tomar la decision de quitar el prepucio.
Y termino con algo que me gustó especialmente:En efecto, nuestra ignorancia es profunda. Muchas de las preguntas a sí mismos quienes estudiamos los seres humanos, quedan sin respuestas (Alexis Carre: La Incognita del Hombre).Espero vuestras opiniones que me ayuden a seguir investigando y profundizando en este asunto.