Los evangelios son los 4 primeros libros del Nuevo Testamento y narran la historia de la vida, muerte, doctrina y milagros de Jesús de Nazaret. Solo hablaremos aquí de los 4 evangelios canónicos: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Como vimos en el artículo anterior existen una gran cantidad de evangelios que no entraron a formar parte del Nuevo Testamento ya que no cumplieron el requisito principal: Mostrar a Jesús como un ser sobrenatural y milagroso. Estos evangelios (también llamados evangelios apócrifos) exponen a un Jesús humano y lleno tanto de virtudes como de defectos.
Evangelio viene del griego εὐ, que significa "bien", y αγγέλιον, que significa "mensaje", buena noticia. La mayoría de los estudiosos consideran que fueron escritos a partir del año 70, coincidiendo con la gran revuelta Judía. La palabra “Evangelio” es empleada por primera vez en la literatura cristiana por Pablo de Tarso en la primera epístola a los corintios (escrito aproximadamente en el año 57)
1 Corintios 15,1
Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis
En total, la palabra"evangelio" es usada 76 veces en el Nuevo Testamento. Es interesante que sesenta de ellas tengan lugar en las cartas de Pablo, y que no exista ninguna mención del término en los evangelios de Lucas y de Juan.
La palabra ya había sido frecuentemente utilizada en la literatura anterior en lengua griega, incluyendo la primera traducción de la Biblia a este idioma, conocida como la versión de los LXX. Inclusive, se ha especulado sobre si las comunidades cristianas helenísticas adoptaron el término "evangelio" del culto al emperador. Existe en Priene una inscripción, fechada en el año 9 a. C., en que aparece esta palabra con un sentido muy similar al que después le darán los cristianos.
La persona encargada de establecer como canónicos estos cuatro evangelios fue Ireneo de Lyon, hacia el año 185. En su obra más importante, Adversus Haereses, Ireneo criticó con dureza tanto a las comunidades cristianas que hacían uso de un solo evangelio, el de Mateo, como a los que aceptaban varios de los que hoy son considerados como evangelios apócrifos, como la secta gnóstica de los valentinianos. Ireneo afirmó que los cuatro evangelios por él defendidos eran los cuatro pilares de la Iglesia. "No es posible que puedan ser ni más ni menos de cuatro", declaró, presentando como lógica la analogía con los cuatro puntos cardinales, o los cuatro vientos. Para ilustrar su punto de vista, utilizó una imagen, tomada de Ezequiel 1., del trono de Dios flanqueado por cuatro criaturas con rostros de diferentes animales (hombre, león, toro, águila), que están en el origen de los símbolos de los cuatro evangelistas en la iconografía cristiana. Por esto, amigo Cristiano lector, es por culpa de Ireneo de Lyon que usted tiene solo 4 evangelios. Puede pensarse incluso que fue una especie de capricho y empeño el de Ireneo el solo incluir estos evangelios.
Tres de los evangelios (Marcos, Mateo y Lucas) presentan entre sí importantes similitudes. Por la semejanza que guardan entre sí se denominan sinópticos. El término sinóptico proviene de los formantes griegos συν (syn, "junto") y οψις (opsis, "ver"); la palabra "sinóptico" indica que los contenidos de estos tres evangelios pueden ser dispuestos para ser "vistos juntos", bien en columnas verticales paralelas, bien en sentido horizontal.
La gran mayoría de los estudiosos Bíblicos afirman que Marcos es el evangelio más antiguo de los tres, y fue utilizado como fuente por Mateo y Lucas, lo que puede explicar la gran cantidad de material común a los tres sinópticos. Sin embargo, entre Lucas y Mateo se han observado coincidencias que no aparecen en Marcos; se han atribuido a una hipotética fuente Q (del alemán Quelle, fuente) o protoevangelio Q, que consistiría básicamente en una serie de logia ("dichos" o "enseñanzas" de Jesús), sin elementos narrativos. El descubrimiento en Nag Hammadi del Evangelio de Tomás, recopilación de dichos atribuidos a Jesús, contribuye a consolidar la hipótesis de la existencia de la fuente Q.
Como puede notar amigo Creyente lector, eso de la “Inspiración divina” parece desvanecerse cuando leemos que los evangelios son solo copias y recopilaciones de otros escritos anteriores. Al parecer no hay ni un asomo de la inspiración de Dios por ningún lado.
Tradicionalmente se atribuye la autoría de los evangelios a Mateo, apóstol de Jesús, a Marcos discípulo de Pedro, a Lucas, médico de origen sirio discípulo de Pablo de Tarso y a Juan apóstol de Jesús. Sin embargo, hasta hoy no ha sido determinada aun la autoría real de cada evangelio.
No se sabe con certeza la fecha de escritura de los evangelios. Raymond E. Brown, en su libro An Introduction to the New Testament, considera que las fechas más aceptadas son:
- Marcos: c. 68–73.
- Mateo: c. 70–100.
- Lucas: c. 80–100.
- Juan: c. 90–110.
Estas fechas están basadas en el análisis de los textos y su relación con otras fuentes. Sin embargo, a lo largo de los siguientes artículos podremos darnos cuenta que las fechas podrían ser mucho más recientes que las que tradicionalmente se les atribuye.
La copia más antigua de los evangelios es el llamado Papiro P52, que contiene parte del Evangelio de Juan y, según los estudiosos, es de la primera mitad del siglo II, aunque hay quienes lo consideran que es del segundo cuarto. (Entre el año 125 y el año 160)
_______________________
Cuando se redactaron los evangelios (después del año 70), los principios básicos de la nueva religión ya habían sido virtualmente completados.
La nueva religión estaba orientada principalmente a Roma o a un público romanizado. Así, notamos que en los evangelios el papel de Roma en la muerte de Jesús fue forzosamente «blanqueado» y la culpabilidad fue transferida a los judíos. Pero esta no fue la única libertad que se tomaron con los acontecimientos a fin de que resultasen aceptables para el mundo romano. Porque el mundo romano estaba acostumbrado a deificar a sus gobernantes y César ya había sido declarado oficialmente dios. Con el fin de competir, Jesús (a quien nadie había considerado antes como divino) tenía que ser deificado también. Y eso fue lo que hicieron los Evangelios. Convertir a Jesús en un Dios que competiría con el resto de los Dioses, inclusive contra el emperador Romano que acababa de ser recientemente convertido en Dios.
_______________________