Efesios 6.12 sintetiza el problema ante el cual nos enfrentamos.
“no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”
PRINCIPADOS;
(archás, en plural femenino) del gr. arché; los orígenes o los principios, los primeros; los principales, las personas que encabezan y que son líderes; o que son el origen y la causa activa; los gobernantes, los jefes.
Proviene de archó; comienzo, la esquina en el sentido que desde allí viene su influencia. Equivalente con el hebreo reshit, utilizado como encabezadura o el principio a partir de algo. Pero texto hebreo de Efesios utiliza shalit, que igualmente significa gobernador, poderoso, amo, dominador.
En Luc 1.2 indica el principio de un evento que no era muy distante para ese entonces, “tal como nos lo enseñaron los que DESDE EL PRINCIPIO [gr. archés] lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra”
También se usa en Marcos 13.19 para indicar tanta antigüedad de tiempo mucho más grande, como la que hay desde el principio de la creación que Dios creó. “porque aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido DESDE EL PRINCIPIO de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá.”
Lo mismo en Juan 6.64 “Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía DESDE EL PRINCIPIO quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar.”
Es decir que los principados ubicados en los lugares celestiales que señala Pablo en Efesios, vienen ejerciendo su influencia desde que el maligno originó su infamia; porque justamente el fin vendrá al suprimir su dominio con la obra de Cristo.
1Corintios 15.24 Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio [archēn], toda autoridad y potencia
POTESTADES;
Aquí el texto hebreo en Efesios utiliza moshelim, dominios, los reinos, y también refiriéndose a las regulaciones que provienen de los cielos.
En griego se utilizó exousias; autoridades, o poderes de peso que a su vez son delegados; poderes espirituales que influyen sobre el poder terrenal.
Como la autoridad que Dios da a sus santos, Mateo 7.29 “porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas”;
o como las autoridades que son delegadas para que se cumpla el orden superior “Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace”.
Al tratarse de un poder que proviene de Dios se cumple en la tierra mediante sus hijos Lucas 5:24 “ Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico):A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa”;
o como se manifiesta en la tierra mediante los "dos testigos" que tienen el poder que Dios les ha conferido para cerrar los cielos, o el poder que les da sobre las aguas para convertirlas en sangre.
De igual manera si se trata de un poder transmitido por el enemigo, como Efesios 6.12 lo señala, diciendo que nuestra lucha es contra esos principados que se originaron con el maligno, y que ejercen su influencia desde los cielos a través de sus potestades, que reflejan su autoridad aquí en la tierra sobre aquellos que siguen su propuesta, o que se dejan arrastrar por ella.
En este contexto Pablo nos dice que nuestra lucha es “contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo”
Contra los gobernadores, los kosmócratas, los gobernadores del Kosmos, palabra griega que no solo engloba al mundo, sino también el orden celestial existente en el universo. Por esto Pablo dice que están ubicados en lugares celestiales, y que desde allí influyen en la historia humana, porque son gobernadores de las tinieblas de este “siglo”; que es el período de tiempo que abarca la rebelión, o el imperio de la maldad y de la muerte; la situación más nefasta, terrible, y gravísima que enfrentó el universo desde la rebelión, hasta que finalice el reino de las tinieblas con el trabajo victorioso de Jesús y todo su ejército, para gloria del Padre celestial.